En el Bernabéu esperaban 80.000 cartulinas que formaron el primer escudo y el actual del equipo blanco. Sólo una pequeña vena del estadio latía en rojo y blanco. Arriba en una esquina estaban situados los 600 aficionados del Atlético que compraron entrada en la zona visitante.
Hasta los 90 euros ascendía el precio de las entradas para la hinchada colchonera. El Atlético ha vendido el cupo total de las localidades que tenía a su disposición. De hecho, la lista de peticiones de los socios rojiblanco excedía el cupo. Hasta 2.000 socios solicitaron una localidad en el recinto madridista.
Hace días que el derbi entre capital por la Liga se convirtió en un partido de tenis. Con Ancelotti y Simeone como tenistas y la polémica arbitral actuando de pelota. El partido se inauguró con la queja del Real Madrid por el arbitraje sufrido ante el Espanyol. Una salvaje entrada de Romero sobre Mbappé no fue expulsión y, para más inri, el propio Romero anotó el gol de la victoria perica.
Eso lo entendió el Atlético como un intento de coaccionar, presionar, amedrentar, atemorizar, imponer e influir. Elevaron su duda a la Real Academia Española y los días siguientes publicaron en sus redes sociales instrucciones básicas para ver el derbi. Analizar al rival, buena preparación física y utilizar tu televisión oficial para presionar a los árbitros.
Una clara indirecta al equipo blanco y su medio de comunicación audiovisual. Ello derivó a las ruedas de prensa de Ancelotti y Simeone y desembocó en una última publicación del equipo rojiblanco mostrando solidaridad y dando ánimo a la la familia de los árbitros porque «están siendo días muy duros», otra befa con el Real Madrid como destino.
La guerra social se dio una tregua durante la comida de directivas entre Enrique Cerezo y Florentino Pérez en el restaurante Zalacaín. Fue el único paréntesis de las tensiones. Durante la llegada de los equipos en sus respectivos autobuses, el Atlético por la calle Padre Damían y el Real Madrid a través de la plaza de los Sagrados Corazones, se creó una atmósfera hipnótica que se trasladó dentro del feudo blanco.
