Supercopa Endesa: Real Madrid - Barcelona

Campazzo y Musa tumban al Barça y meten al Madrid en la final de la Supercopa

El argentino y el bosnio agigantan al Madrid en el Clásico de la Supercopa Endesa

El equipo blanco aspira a ganar este domingo su sexta Supercopa seguida

real madrid barcelona
El Real Madrid venció al Barcelona en la semifinal de la Supercopa. (EFE)

El Real Madrid ha cumplido con la tradición y se ha metido en la final de la Supercopa por sexto año consecutivo tras batir con autoridad al Barcelona en el Clásico de semifinales (80-90). Guiado por Dzanan Musa (24 puntos) y Facundo Campazzo (17 y 5 asistencias), el equipo blanco desarboló a su rival en una gran segunda parte y ganó con autoridad en el Palacio de los Deportes de Murcia. Este domingo intentará extender su reinado en la Supercopa, vigente desde 2018, frente a Unicaja a UCAM Murcia.

Inicio fuertecito para la temporada de clubes. Ni una semana había pasado desde la final del Mundial cuando Madrid y Barça se volvían a encontrar en un duelo plagado de novedades como la vuelta de Campazzo o el debut del técnico Roger Grimau y unos cuantos jugadores en los culés, el más esperado de todos Willy Hernangómez. El ex madridista empezaba su vida al otro lado de la trinchera y su estreno fue para el olvido: 2 puntos y -4 de valoración.

Del primer cuarto se adueñó otro de esos jugadores que han vestido ambas camisetas. Laprovittola firmó una exhibición ofensiva en los primeros minutos y cerró el parcial con 16 puntos, solo 6 menos de todos los que anotó el Madrid. Otro argentino, Gaby Deck, demostraba que estaba recuperado a la perfección de su lesión de rodilla y mantenía a los blancos en la pomada, antes de que el Chacho anotara un triple sobre la bocina marca de la casa  (25-22).

El Barça había entrado mejor a la Supercopa y con un triple de Joel Parra llegaba alcanzar una máxima +7 al inicio del segundo parcial, pero un par de sucesos inesperados, léase un apagón en la luz del pabellón y la brecha que Tavares le abrió a Brizuela con un codazo involuntario -y que dejó fuera de combate al vasco- frenaron el partido. El parón le sentó mucho mejor al Madrid, que agarró el partido por la solapa. Con Campazzo dirigiendo como antaño y reestablecida su vieja conexión con Tavares, los de Chus Mateo firmaban un parcial de 5-17 y ganaban el descanso con una pequeña ventaja (40-42).

Musa y Campazzo la rompen

Destapado el tarro de la nueva temporada, en la segunda parte emergieron los jugones del Madrid, categoría en la que nunca faltan Campazzo ni Dzanan Musa. Tremendo dúo anotador tiene Chus Mateo en la línea exterior de su segundo proyecto. 21 puntos combinados en el tercer cuarto. Ambos entraban como cuchillo en mantequilla por la zona culé. Un taponazo de Tavares a Willy, su particular bienvenida al nuevo duelo interior de los Clásicos, terminaba de lanzar al equipo hasta un +11 (59-70).

 

El Madrid demostraba ser un equipo más engrasado que su rival, todavía en construcción, sobre todo porque parecía que Campazzo no se había ido nunca, que su paso por la NBA y el Estrella Roja solo fue un espejismo. Mateo ni siquiera necesitaba a Yabusele y Hezonja, que pasaron de puntillas por el Clásico, para tener el duelo bajo control.

Dos triples seguidos de Musa, inspirado y picado tras varios encontronazos, puros Balcanes corriendo por sus venas, dejaban la semifinal vista para sentencia a falta de cinco minutos para el pitido final (66-81). El Barça se había deshecho como un azucarillo y Laprovittola (27 puntos) se quedaba demasiado solo en su empeño. Especialmente notable fue la novatada que pagó Willy. El Madrid fue superior y se llevó con justicia, e incluso comodidad, el pase a la final.

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