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Para que cambie el dibujo al 4-3-3

El vestuario del Barcelona se rebela contra el sistema de Koeman

El vestuario del Barça pide a Koeman que recapacite con su esquema y regrese al 4-3-3 que tan bien funcionó al club en su última década. El entrenador es de momento reacio al cambio y mantendrá su apuesta inicial, el 4-2-3-1

La dinámica del Barcelona es preocupante ya no solo a nivel institucional y financiera, sino también deportiva. Desde la llegada de Ronald Koeman al banquillo culé el equipo ha jugado 16 partidos de los cuales ganó nueve, empató dos y perdió cinco. Partidos importantes ante Sevilla, Real Madrid o Atlético en los que fueron superados tácticamente y, obvio, en el marcador para deambular por la Liga. En Champions pasaron de tenerlo todo hecho a ir como segundo tras un partido negro ante la Juventus.

El malestar es evidente en todos los sectores del club, pero destaca uno sobremanera, casi que sorprende, por el momento y la forma. El diario Sport publica las críticas que están emergiendo desde el vestuario ante el sistema que ha instaurado Koeman desde que se sentó en el banquillo culé, pasando del clásico 4-3-3 al 4-2-3-1.

Las cinco derrotas tras 16 partidos, casi uno de cada tres partidos son doblegados, encienden las alarmas de los jugadores, que sienten que son inferiores a sus rivales cuando estos presentan batalla. Según Sport, citando a fuentes del vestuario, el malestar irradia con ese obligado y hasta ahora inamovible 4-2-3-1, por el que Koeman sigue firme pese a que son ya varias las propuestas de sus jugadores a volver al 4-3-3.

Para la plantilla, el 4-2-3-1 genera desajustes tácticos que facilitan el camino hacia el área Ter Stegen o Neto del rival y que va en contra de lo que han aprendido a lo largo de su formación en La Masía, dejando a las claras que son hombres de la casa los que alzan la voz.

«Penaliza la estabilidad del equipo porque hay cuatro que atacan y cuatro que defienden y dos en medio que tapan aguas como pueden. Así pues, ni se ataca bien ni se defiende bien», señalan de fuentes de la plantilla, las mismas que alegan que el equipo está partido en dos y que el sistema lo único que hace es facilitar al rival lo que deberían hacer difícil. Además, entienden que ofensivamente falta un eslabón en la medular que genere esa superioridad en la hora de sacar la pelota, obligando casi siempre a Messi a retroceder su posición y alejarlo del área. Y si Leo está lejos de la portería…

Ya Antoine Griezmann señaló tras el partido ante la Juve que la culpa era de los jugadores y confesó que no estuvieron: «No hemos estado. En la primera parte nos han pasado por encima. Falta de todo, de ganas, de actitud, de querer correr, de defender, de atacar… todo mal. La segunda parte ellos tenían la ventaja y fue más fácil para nosotros. Mal día y mal partido. De quién va a ser la culpa si los que jugamos somos nosotros. Hay que trabajarlo y mejorar. Hay que querer jugar y mejorar, con eso iremos hacia adelante».

Fuentes de la plantilla culé también señalan que «no hay ningún jugador que esté en un momento de forma excepcional y este sistema no ha mejorado el rendimiento de ningún jugador, lo ha empeorado», algo que podría ir conducido hacía jugadores como Coutinho, Griezmann, Messi o incluso Busquets, jugadores acostumbrados a otros roles sobre el terreno de juego y que con el 4-2-3-1 ven alterado su curso natural del juego. En este sentido, Sport apunta a que este argumento lo sostienen «gran parte de los jugadores».

Al parecer, pese a que la plantilla ha mediado con Koeman intentando que recapacite con el esquema y pruebe con el 4-3-3, de momento el holandés es reacio a rectificar su plan inicial y mantendrá el 4-2-3-1 con el que llegó por el momento. Mientras, el entrenador mantiene un discurso lleno de excusas mientras los resultados no están llegando.