Nadal se estrena en el Godó con victoria ante un gran Carballés
La máquina de Rafa Nadal ya se ha puesto en marcha en el Conde de Godó, aunque sin la fluidez esperada. Sufrió Nadal en un encuentro con el semidesconocido –para el público medio– Roberto Carballés, quien posiblemente jugó uno de los mejores partidos de su vida en torneo ATP, pero acabó con el único premio de ser el jugador que más ha hecho sufrir al incombustible rey de la tierra en lo que va de año en polvo de ladrillo. El 6-4, 6-4 final no refleja lo que tuvo que pasar Rafa, que se impuso a un jugador descarado y que en varios tramos desafió el dominio del número uno.
Paradójicamente, Nadal se mostraba inquieto e incómodo en el estreno en su pista, la que lleva su nombre después de diez títulos conquistados a lo largo de su carrera. El 2-0 inicial de Carballés, si bien resultó efímero, avisó de que podíamos tener un partido mucho más igualado de lo esperado, al menos en la primera manga.
Roberto, si bien es un jugador que frecuenta los torneos de categoría Challenger, es un hueso con un torneo ATP de tierra en su haber, el logrado en altura en Quito el pasado mes de febrero. Sin presión y con muchas ganas de destaparse en un escaparate inmejorable, el tenista de origen granadino no se amilanó cuando Nadal le endosó cuatro juegos consecutivos para darle la vuelta al luminoso.
Rafa comenzó a tratar entonces a su rival como lo que es, un gran jugador en arcilla, y subió su nivel dentro de una cadena de winners y errores no forzados que le alejaban de su versión infranqueable. Con 5-4 en el luminoso, el manacorense tuvo que afrontar una pelota de rotura después de ver como Carballés le levantaba dos pelotas de set.
A la tercera, el número uno no iba a fallar. Primer set a la buchaca de Nadal, pero aquellos que esperaban un partido rápido se iban a quedar con las ganas de marcharse a hacer sus quehaceres. Roberto estaba siendo un hueso para el rey de la tierra.
Carballés compitió hasta el final
Ahora llegaba lo más difícil para el modesto Carballés, que no era otra cosa que superar mentalmente el quedarse cerca de arrebatarle un set a Nadal y pelear con su físico después de la paliza que significa someterse de tú a tú a una lucha con Rafa en su pista del Godó. Pronto se iba a abrir la primera ventaja, como no, para el número uno del cuadro, con un break inicial que apuntaba a marcar el resto del parcial y por tanto del partido.
No se rindió en ningún momento Carballés, que ya con más corazón que piernas siguió luchando cada pelota y haciendo del sufrimiento un disfrute por el mero hecho de tener la oportunidad de jugar contra Nadal, quien ya había encontrado su juego y parecía lanzado a la victoria. La recompensa para el número 77 del mundo llegó cuando, resurgido de sus cenizas, logró llegar a un nivel superior del ya mostrado y romper a un ya notable Rafa e igualar la contienda.
En la penitencia que supone jugar contra Nadal en tierra, Roberto vio como la ventaja volvía a esfumarse con un contrabreak de su rival, que ya no iba a frenar en los juegos restantes, impidiendo a su contrincante volver a subirse a la ola del partido -a pesar de mantener su saque– y cerrando su pase a los octavos de final del torneo.
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