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Brahim Díaz, la perla de España que pule Guardiola

El estadio Pedro Escartín de Guadalajara fue testigo de la última exhibición de Brahim Díaz, el joven malagueño que está llamado a ser el futuro de la selección española y en su día a día es Pep Guardiola el que lo pule y disfruta. El jugador del Manchester City se puso el disfraz de jugón en el amistoso que enfrentó a España e Italia. Es la referencia de la nueva Selección sub 19 que comienza a emerger con la ilusión de clasificarse para el Europeo de Finlandia, donde buscará ganar su undécimo entorchado continental en esta categoría. Con Brahim en este estado de forma, todo puede ser más fácil.

El atacante dirigió como si de un director de orquesta se tratase a España durante los 64 minutos que su sóleo le permitió jugar. El músculo le dijo basta pasada una hora de partido, aunque el recital por aquel entonces ya estaba dado. Díaz se movió, dio, creó, tocó, regateó y buscó una y otra vez a sus compañeros para servirles balones de gol. Uno de esos pases a Ferrán Torres despertó el «¡ooooh!» del estadio. Poco después, el seleccionador Luis de la Fuente, el hombre que no le permitió ni un segundo de relajación, le sustituía en medio de una gran ovación. El ’10’ y capitán en el segundo tiempo ponía punto y final a su exhibición.

Brahim Díaz durante el España-Italia sub 19. (EFE)

De la Fuente sacó el máximo de él desde la banda. Por todos es conocida la calidad innata que tiene el malacitano en sus botas, pero la localidad alcarreña vio a un jugador que ha mejorado notablemente en el aspecto defensivo. El veterano seleccionador se desgañitó gritando en innumerables ocasiones su nombre. «¡Vamos, Brahim, sigue!», «¡quieto, Brahim, quieto!», «¡venga, Brahim!, ¡seguimos, seguimos!» y así una y otra vez el técnico se esforzaba en ayudarle cuando tocaba parar las acometidas italianas. Tanta era la obsesión de Luis en que estuviese bien en el apartado defensivo que celebraba más un corte que un pase al hueco. 

Brahim, sin quejarse y muy concentrado, escuchaba y trataba de hacer caso a su entrenador con la única intención de aprender para seguir creciendo. Los que lo conocen destacan su profesionalidad y sus ganas de mejorar a día. Esta forma de entender el fútbol está permitiendo que evolucione a pasos agigantados, lo que tiene impresionado al City y muy contenta a la Federación Española.

«Mi crecimiento es el que me dé el equipo. Si todos juegan bien, uno juega mejor. Sin ellos no se puede ser referente», aseguraba tras el encuentro Brahim a OKDIARIO con una gran sonrisa que muestra la felicidad del que sabe que ha hecho un buen trabajo. «Tenemos que hacer un buen grupo. Hay que ir poco a poco haciendo equipo. Tenemos jugadores muy buenos y nos vemos muy bien. Queremos estar en Finlandia y si se puede, ganar», añadió el atacante que se muestra muy ambicioso.

Feliz en Inglaterra

Brahim es feliz en Inglaterra, a donde llegó en 2013 tras dejar la cantera del Málaga y decir no al Barcelona. Y eso que los azulgranas le intentaron convencer hasta con Messi, pero el joven tenía claro que quería formarse en las islas británicas, y en concreto en Mánchester. El City le ha dado todo y ahora es el momento de empezar a corresponder al City.

Brahim Díaz celebra un gol con el Manchester City. (AFP)

Esta temporada Guardiola, el que le cuida con mimo, le ha hecho debutar en la Champions. Fue el pasado 21 de noviembre ante el Feyenoord cuando irrumpió en la mejor competición de clubes. Brahim, que finaliza contrato en 2019, no tiene pensado dejar el City a corto plazo, aunque muchos grandes, Real Madrid y Barcelona entre ellos, le recibirían con los brazos abiertos.

Seguido en Valdebebas

Los blancos nunca han estado cerca de ficharle, pero sí le siguen desde hace tiempo. Incluso, en su corta carrera, su camino y el del actual campeón de Europa se han cruzado en varias ocasiones. Hace dos temporadas, con 16 años, Brahim visitó Valdebebas para medirse al equipo de Guti en la Youth League y este verano dejó su selló en el amistoso que enfrentó al Real Madrid y al City en pretemporada con un golazo.

Por Concha Espina están convencidos de que está llamado a ser el futuro del fútbol español. Su juego encandila por el Bernabéu, aunque también manejan unos informes excelentes sobre su forma de ser. Es un profesional de los pies a la cabeza, un chico que piensa en fútbol, su gran pasión, 24 horas al día. Sólo su familia, en especial sus cuatro hermanos, son capaces de apartarle de la pelota. Una estrella está en camino.