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Drogas

Qué son las drogas virtuales

La globalización ha hecho que ciertas cosas que antaño eran difícilmente alcanzables, ahora se hayan democratizado y estén casi al alcance de cualquiera. De la misma forma que internet, por ejemplo, ha acercado la información a todo el mundo, también la tecnificación ha permitido que prosperen y sean muy accesibles las drogas virtuales.

Pero, ¿qué son estas drogas? ¿Realmente alguien puede sufrir efectos físicos y psicológicos simplemente consumiendo ‘sustancias’ que solo están en una pantalla de ordenador o móvil?

La verdad es que se ha experimentado mucho con este tipo de softwares, y se ha observado que pueden reproducir ciertos efectos de las sustancias psicoactivas.

Una de las drogas virtuales más conocidas es el I Doser. Esto consiste en un programa virtual que se descarga de internet y que produce una serie de sonidos que crean efectos en el cerebro humano que se asemejan a los que sienten cuando se consume una sustancia alucinógena.

Cómo funcionan las drogas virtuales

Una vez se ha descargado el programa que reproduce los efectos de la droga, se ha de ejecutar. En el caso de I Doser, por ejemplo, el equipo comienza a emitir una serie de sonidos que duran unos 30 minutos y que producen una estimulación sensorial alterada que podrían alargar sus efectos entre 20 y 45 minutos más, siempre dependiendo del estado emocional del individuo que se ha expuesto a los citados sonidos.

En principio, este tipo de drogas no poseen efectos negativos a nivel fisiológico en el cuerpo humano. Sin embargo, eso no significa que no sean peligrosas. Y es que los efectos psicológicos son cosa distinta, ya que sí que podrían crear ciertos niveles de dependencia.

A día de hoy, estos softwares no son ilegales y son fácilmente localizables en internet. Sin embargo, sus efectos distan mucho de los de la musicoterapia, como mucha gente quiere hacer ver.

Estas drogas online pueden ser muy dañinas a nivel cerebral desde el primer día en que se ‘prueban’. Y es que no tienden a generar bienestar en el paciente, más bien comportamientos inadecuados que pueden derivar en adicción.

Además, este tipo de ‘sustancias online’ son capaces de provocar sobredosis. Si se escuchan sus sonidos con auriculares durante un tiempo muy elevado, pueden acabar por alterar las sensaciones y la percepción de la realidad.

Sea como fuere, el daño siempre dependerá de la persona que se expone a estas drogas. Y es que los efectos no son fácilmente visibles y detectables. Sin embargo, es posible que el individuo, al no estar expuesto a sus efectos, sienta ansiedad y estrés, síntomas importantes de la adicción psicológica.