Especies invasoras

En otros países es un manjar, pero en España es una dañina especie invasora que está degradando los ríos

Pescado frito, comida, curiosidades
Pescado frito.
  • Sofía Narváez
  • Periodista multimedia graduada en la Universidad Francisco de Vitoria, con un Máster en Multiplataforma por la Universidad Loyola. Editora en Lisa News con experiencia en CNN y ABC.

Las especies invasoras son aquellas que llegan a un territorio y, sin pedir permiso, terminan cambiando todo a su paso. Su impacto suele ser muy negativo y, muchas veces, no hay manera de frenarlas.

Este es el caso de un pez invasor que ya se ha hecho fuerte en embalses, lagunas y tramos bajos de los ríos de buena parte de España. Aquí apenas se come, pero en países de Europa del Este no falta en ninguna mesa por Navidad. Y la verdad es que empezar a comerlo frito quizá podría ayudar a frenarlo un poco.

Este es el pez invasor que se come en Europa del Este, pero que arrasa los ecosistemas en España

El pez es la carpa común (Cyprinus carpio). Tiene un cuerpo macizo, alargado, con labios gruesos y un par de barbillones a cada lado de la boca. El color cambia según el entorno, pero suele moverse entre el marrón verdoso del lomo y el dorado del vientre, con aletas grisáceas de bordes rojizos.

Es un pez fuerte, puede superar el metro de largo y los 30 kilos sin problemas. Se adapta fácilmente, vive en aguas lentas, pantanosas, turbias, sin importar si están oxigenadas o no. Su dieta también es amplia, pues come insectos, algas, semillas, lombrices… lo que encuentre en el camino.

En la gastronomía española  la carpa común no es muy popular. ¿La razón? Tal vez sea su sabor fuerte (hay que limpiarla bien si viene de aguas estancadas), o sus numerosas espinas, pero en España simplemente se asocia más con la pesca deportiva.

Sin embargo, podría hacerse frito y comerse acompañado de patatas sin problema. En Europa del Este y Central es muy común e incluso especial. En Polonia es un plato típico de Nochebuena (carpa empanada o en gelatina), en República Checa es protagonista en la cena de Navidad, y hay piscifactorías tradicionales dedicadas sólo a la cría de carpas. Por otro lado, en Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Ucrania está en guisos, sopa de pescado…

Y si nos vamos un poco más lejos, en Asia, países como China y Vietnam, es un pescado bien apreciado en la gastronomía, que se puede asociar a la prosperidad y la buena suerte.

No es boquerón ni salmonete, pero con una buena limpieza y un rato en la sartén puede quedar delicioso.

¿Cómo esta especie invasora está destrozando los ríos españoles?

La carpa común no sólo sobrevive en condiciones difíciles, sino que prospera en ellas. Su forma de alimentarse es parte del problema, ya que remueve el fondo, arranca plantas acuáticas y enturbia el agua.

Al final, lo que antes era un ecosistema claro y equilibrado se convierte en un agua espesa, llena de nutrientes y algas, sin luz y sin oxígeno. Las macrófitas desaparecen, se reduce la diversidad de peces y aves, y el ecosistema colapsa.

Por otro lado, se alimenta de huevos, larvas y crías de especies autóctonas. Compite por el alimento, por los refugios, por los lugares de reproducción. Y no tiene depredadores naturales suficientes como para frenar su expansión.

En zonas como la Albufera de Valencia o el bajo Guadiana, ya hay datos que muestran el impacto directo: menos peces nativos, más turbidez, más nutrientes en el agua.

El control es complicado y costoso. Por eso, tal vez tocaría plantearse comer más de este pescado, dejar de verlo como una plaga y más como un plato, tal y como hacen en varios países.

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