Cuando hablamos de pieles con tendencia a brotes, solemos dividirlas en dos grandes categorías: acné y rosácea. Sin embargo, lo que pocos saben es que estas afecciones comparten más de lo que parece a simple vista. No se trata sólo de una cuestión de piel sensible o grasa; en realidad, ambas patologías forman parte de un mismo espectro, donde la disfunción de la barrera cutánea y el sistema nervioso juegan un papel clave.
- Soy farmacéutica y hoy hablamos sobre el detox
- Soy farmacéutica y hoy hablamos sobre el ácido ascórbico
- Soy farmacéutica y hoy vengo a hablarte sobre la caspa
Rosácea y acné
El eje intestino-cerebro-piel: un triángulo de impacto
La piel y el sistema nervioso tienen un origen común, y todo lo que afecta al sistema nervioso se refleja en la piel. Si a esto le sumamos que el 80% de nuestro sistema inmune se encuentra en el tubo digestivo, entenderemos por qué el equilibrio intestinal es fundamental en cualquier tratamiento dermatológico. El eje intestino-cerebro está conectado por el nervio vago y transporta más información del intestino al cerebro que al revés. ¿El resultado? Estrés, inflamación digestiva y desequilibrios inmunitarios se traducen en brotes en la piel.
Rosácea: más que piel sensible
A diferencia del acné, la rosácea es una dermatosis crónica que cursa en brotes y afecta principalmente a adultos. Aunque se ha extendido la idea de que es un problema de piel sensible que debe tratarse con productos suaves, la realidad es otra: la rosácea comparte con el acné una alteración en la producción de grasa, pero en este caso, la disfunción no es fisiológica, sino patológica. Esto significa que la piel genera un tipo de sebo que no cumple su función protectora y debe ser tratado para evitar brotes recurrentes.
Tratamiento integral: Vía oral y tópica
Para abordar eficazmente estas afecciones, es esencial actuar en varios frentes:
- Control del estrés: si el sistema nervioso está tranquilo, no hay brotes. Adaptógenos como la rhodiola, pasiflora, valeriana y ashwagandha pueden ser aliados clave.
Rhodiola Cuídate by PB Menorca: ayuda a aumentar la resistencia no especifica del cuerpo, bajar el nivel de cortisol para evitar la intoxicación del mismo y normalizar sus funciones en situaciones de estrés.
Valeriana: la raíz de valeriana presenta actividad sedante e hipnótica, por lo que está indicada en casos de nerviosismo o ansiedad y en trastornos del sueño.
Valeriana: actúa tanto en la inducción de sueño como en la calidad de mismo, pudiendo incrementar la duración y aumentando la fase más reparadora, que es la fase de ondas lentas.
Tradicionalmente utilizada por su acción tranquilizante, relajante e inductora del sueño, es una planta que actúa como un agente sedante, relajando el sistema nervioso y el cerebro, por lo que se suele recomendar a personas con trastornos del sueño o para aliviar el estrés y la ansiedad.
Passiflora: es conocida por sus propiedades sedantes y ansiolíticas, reduce los síntomas de ansiedad como taquicardia, nerviosismo, sudoración, náuseas, etc.
Es un potente hipnótico natural, prolonga el tiempo del sueño sin causar somnolencia o dependencia.
Ayuda a conciliar el sueño y a combatir el insomnio y a calmar los dolores en el cuerpo ocasionados por problemas emocionales.
Ashwagandha KSM-66: reduce el estrés. Frena la perdida de ánimos y de vitalidad.
- Regulación del sebo: sin grasa no hay acné ni rosácea. Se requieren activos que ayuden a equilibrar la producción sebácea, como niacinamida, ácido salicílico y retinoides.
Espuma limpiadora anti-imperfecciones: espuma especialmente formulada para pieles grasas y con tendencia acnéica, con Salicílico, agente queratolítico, que desobstruye los poros y contrarresta el exceso de producción de sebo. El extracto de Caléndula controla la microflora cutánea y el Hamamelis ejerce una acción calmante y anti-rojeces. Uso complementario con tratamientos de acné.
- Fortalecimiento de la barrera cutánea: en rosácea y acné, la función barrera está alterada. No basta con aplicar ácido hialurónico; hay que restaurarla con glicólico, ceramidas y limpiadores adecuados.
Glycolic acid 15%: ayuda además a eliminar las manchas de la piel. Limpieza y exfoliación: Lejos de evitar la exfoliación por miedo a irritar la piel, es recomendable realizarla al menos dos veces por semana con fórmulas suaves y equilibradas.
Conclusión
El acné y la rosácea no son sólo problemas de la piel; son manifestaciones de desequilibrios más profundos en el organismo. Tratar la piel de manera aislada, sin abordar el estrés, la salud intestinal y el sistema nervioso, es sólo un parche temporal. La clave está en un enfoque global, donde la ciencia y el autocuidado trabajen juntos para lograr una piel sana y equilibrada.
Recuerda que para hacer un buen tratamiento holístico y global, debes asistir a tu farmacéutico experto en piel y en el triángulo que se produce en el eje INTESTINO-PIEL-CEREBRO.
Si tienes dudas escríbeme y te las resuelvo:
📲 @pilucabarrau
💻 pilucabarrau.com
⚕️ Farmacéutica titular en Farmacia Pilar Barrau Maó Menorca.
👁️ Optometrista en Óptica Barrau.
🔉 Divulgadora de salud.
