Ciencia

Por qué la ciencia aconseja no hacer la cama

¿Hacer la cama te produce una pereza tremenda? Pues ahora la ciencia está de tu parte, aunque no por ese motivo. Lo que siempre se creyó que era positivo, ahora resulta que no lo es, así que es conveniente dejarla deshecha todos los días. ¿El motivo? Lo desvelamos a continuación.

Una nueva investigación llevada a cabo en el seno de la Universidad de Kensington señala que, si queremos evitar la proliferación de ácaros, hacer la cama es una mala idea. ¿Es esto posible? Según la ciencia, así es.

Curiosamente, el hábito o tarea de hacer la cama se ha visto siempre como un detalle de higiene, organización y limpieza. Sin embargo, en realidad es perjudicial para la salud porque permite que se reúnan las condiciones ideales para que proliferen los ácaros y se produzcan agravamientos de los ataques de asma o las reacciones alérgicas.

Los ácaros se reúnen más fácilmente al hacer la cama

Seguro que has oído hablar de los temibles ácaros del polvo. Estos pequeños seres llamados científicamente Dermatophagoides farinae tienen un tamaño de entre 0,2 y 0,5 milímetros y la fea costumbre de alimentarse de las células muertas de la piel humana. Además, disfrutan en ambientes húmedos y evitan la luz.

Obviamente, su fobia hacia la luz hace que la cama sea un medio ideal para ellos a la hora de proliferar y vivir. Por ello se encuentran en una media de 1,5 millones de ácaros del polvo por cama. Y, aunque no se consideran parasitarios, pues se alimentan de piel muerta, sus heces son muy perjudiciales para las alergias humanas.

Como es lógico, por más que limpiemos nuestra casa, estos seres proliferan por doquier. Así pues, los investigadores del estudio quisieron saber si había alguna forma de reducir el número de estos en los hogares domésticos.

Entre los hallazgos más llamativos encontraron que si no se hace la cama, favorece que las sábanas se mantengan más secas, por lo que estos organismos acaban por morir por deshidratación. Así que, si la dejamos deshecha, la humedad de las citadas sábanas y el colchón desaparece y los ácaros terminan por perecer.

Ya ves que un gesto tan simple como este puede ser fantástico para tu salud. Ahora, ya tienes una excusa genial para no hacer la cama ni una sola mañana más en tu vida. Y si se queja alguien, recuérdale que la ciencia está de tu parte y te apoya firmemente en este cometido, no es pereza.