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La física de la música: ¿qué hace que una canción sea recordada y pegadiza?

La física y la psicología se entrelazan en la creación de música pegajosa. Desde las frecuencias y el ritmo hasta la emoción y la repetición, diversos factores contribuyen.

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  • Francisco María
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La música en general tiene un gran poder para permanecer en la mente de las personas. Sin embargo, hay algunas melodías que tienden a fijarse más en el recuerdo. Es lo que se conoce como “canciones pegadizas” o “gusanos auditivos”. Esos ritmos no solo persisten en el recuerdo, sino que, de hecho, resulta difícil sacarlos de allí.

Aunque parece que fuera un simple capricho de la mente, lo cierto es que detrás de esas canciones pegajosas hay mecanismos físicos y psicológicos que determinan su recordación. La ciencia ha comenzado a estudiar ese fenómeno y su impacto en la vida individual y en la cultura. Veamos.

Las canciones pegadizas

¿Por qué algunas canciones se fijan de una manera tan nítida en nuestra mente? La investigación ha establecido que esas melodías casi siempre tienen una estructura musical que presenta patrones de simetría y familiaridad. Esto quiere decir que contienen segmentos regulares y que están elaboradas con sencillez, por lo cual nos resultan “conocidas”.

Ahora bien, ese tipo de estructura activa la memoria auditiva. Esto lleva a que el cerebro las codifique y las recuerde con mayor facilidad. La repetición, aportada por la simetría y la familiaridad, se convierte en una secuencia reconocible para el cerebro y por eso la incorpora fácilmente a la memoria.

El cerebro es especialmente sensible a la simetría y a los patrones predecibles. Gasta mucha menos energía en comprender y asimilar esto, que al exponerse a la novedad y a lo impredecible. Lo repetitivo ayuda a reducir la carga cognitiva y aumenta la facilidad para recordar ciertas secuencias.

A lo anterior se suma que las personas que se aficionan por una canción en particular tienden a escucharla muchas veces. Al hacerlo, contribuyen a fijar esa melodía en su cerebro. Además, suelen vincularla a una emoción específica, que experimentan con intensidad una y otra vez.

Efecto en el estado de ánimo

Las canciones pegajosas no solo se arraigan a la mente, sino que también tienen un impacto importante en el estado de ánimo. La música influye en lo que los psicólogos llaman “valencia emocional”. Esta es la forma como las personas evalúan estímulos, eventos o situaciones en términos de agrado o desagrado.

Así pues, la melodía puede evocar sentimientos positivos o negativos. Una canción alegre y pegajosa eleva el estado de ánimo y aporta una dosis de energía. De ser así, en el cerebro se activa el sistema de recompensa. Esto significa que “exponerse” a esa canción se percibe como una experiencia gratificante. De este modo, se fija más a la mente.

En algunos casos, esto llega a tener también consecuencias negativas. Una canción excesivamente fijada a la memoria puede llevar a que sea difícil mantener la concentración en tareas que lo exigen. Es como si la melodía estuviera todo el tiempo persiguiendo la atención. Se produce así una sensación de intrusión que llega a ser molesta.

El papel en la cultura

Las canciones pegajosas no solo impactan a los individuos específicos, sino que también llegan a marcar generaciones y épocas enteras. Esos temas traspasan fronteras y crean fuertes vínculos entre las personas a través de la música. La difusión masiva de esas melodías influye en la creación de una identidad colectiva.

Las letras de esas canciones no operan solo como un divertimento, sino que también suscitan una cosmovisión y un estado de ánimo colectivo, en el que predominan ciertas emociones. Establecen puntos de referencia comunes, promoviendo que las personas compartan experiencias y se sientan parte de una comunidad.

Desde el punto de vista de la industria musical, la perspectiva es diferente. Producir canciones pegadizas es una estrategia que garantiza éxito e ingresos, de forma continuada. Por desgracia, muchas veces un tema musical se hace viral en función de su simplicidad temática y melódica. Llega a ser masivo y se convierte en referente de muchas personas, pero tiene una calidad cuestionable.

Emoción y Contexto

Se ha demostrado que canciones que evocan sentimientos de felicidad, nostalgia o emoción pueden resonar más fuertemente en nuestra memoria. Además, el contexto en el que escuchamos una canción, como en una fiesta o durante un momento especial, puede hacer que esa canción sea aún más memorable.

La Psicología del Enganche

Como vemos, la psicología juega un papel fundamental en lo que hace que una canción sea pegadiza. Algunos estudios indican que la «teoría de la fluidez» sugiere que las personas prefieren lo que les resulta fácil de procesar. Las canciones que son simples y directas tienden a ser más memorables. Además, la «teoría de la anticipación» sugiere que ciertas progresiones armónicas crean una expectativa que se satisface cuando se resuelven, lo que puede hacer que un oyente quiera escuchar la canción una y otra vez.

Conclusión

La próxima vez que escuches una melodía que no puedas sacarte de la cabeza, recuerda que hay mucho más tras de ella que solo la creatividad del artista; la ciencia de la música también juega un papel fundamental. ¡Así que disfruta de esas canciones pegajosas y deja que la música te lleve!

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