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Pérdidas de leche materna: cómo manejar el goteo durante la lactancia

La lactancia puede implicar pérdidas o goteo de leche de forma inesperada

Consejos para lidiar con esta situación y evitarla

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La lactancia es una etapa crucial en la vida tanto del bebé como de la madre, donde se establece un vínculo íntimo y se asegura la nutrición óptima del recién nacido. Sin embargo, junto con los beneficios innegables, también surgen desafíos. Uno de los problemas comunes que enfrentan muchas madres es el goteo o la pérdida involuntaria de leche materna. Este fenómeno, que puede resultar embarazoso o incómodo, suele ocurrir de manera inesperada, ya sea mientras el bebé no está siendo alimentado o incluso durante momentos en los que el estímulo externo, como el llanto de otro bebé, activa la producción de leche. Aunque es una parte natural del proceso, puede ser frustrante y generar dudas sobre cómo manejarlo adecuadamente.

El goteo de leche materna no es motivo de alarma, ya que es una señal de que el cuerpo de la madre está produciendo suficiente leche para su bebé. De hecho, se considera una señal positiva de que el suministro de leche está bien establecido. No obstante, la cantidad y la frecuencia con la que ocurre puede variar de una madre a otra. En algunos casos, puede ser apenas perceptible, mientras que en otros, la leche puede gotear abundantemente, incluso empapando la ropa. Esto puede generar incomodidad física, pero también puede afectar emocionalmente, ya que muchas madres se sienten cohibidas por los momentos inoportunos en que el goteo se manifiesta. Además, el manejo del goteo es fundamental no sólo para evitar molestias, sino también para prevenir la irritación de la piel y otros posibles problemas. Existen diversas razones por las que el goteo de leche materna ocurre.

A menudo, se debe al reflejo de eyección de leche, un proceso en el que los músculos alrededor de los conductos lácteos se contraen para liberar la leche. Este reflejo puede desencadenarse por varios estímulos, incluyendo el llanto de un bebé, el contacto con la piel o incluso simplemente pensar en el bebé. Para algunas madres, el goteo disminuye con el tiempo, pero para otras, puede persistir durante gran parte del período de lactancia. Por eso, es importante conocer las diferentes formas de manejarlo y reducir las molestias asociadas a esta experiencia.

Pérdidas de leche materna

El reflejo de eyección de leche es una parte integral de la lactancia, facilitando que el bebé obtenga la leche necesaria durante la succión. Este reflejo puede ser muy sensible en algunas madres, lo que resulta en la pérdida involuntaria de leche. Cuando el bebé comienza a alimentarse, los nervios en el pezón envían señales al cerebro, lo que desencadena la liberación de la hormona oxitocina. Esta hormona es la encargada de contraer los músculos alrededor de los conductos lácteos, lo que expulsa la leche. Sin embargo, este reflejo no sólo ocurre durante la alimentación, y es común que las madres experimenten goteo incluso en momentos inesperados.

El goteo suele ser más pronunciado en los primeros meses de lactancia, cuando la producción de leche aún se está ajustando a las necesidades del bebé. Durante este tiempo, el cuerpo a veces produce más leche de la que el bebé consume, lo que puede llevar a fugas. Además, las madres que amamantan a gemelos o a bebés con grandes necesidades calóricas pueden notar que el goteo es más frecuente o abundante debido a la mayor demanda de leche. A medida que el proceso de lactancia avanza y el cuerpo se adapta a los patrones de alimentación del bebé, muchas mujeres notan que el goteo disminuye o desaparece por completo, aunque esto no es siempre el caso.

Estrategias para manejar el goteo

Para las madres que enfrentan el goteo constante, existen varias estrategias que pueden ayudar a minimizar las molestias. Una de las soluciones más simples es el uso de almohadillas absorbentes, que se colocan dentro del sujetador para absorber el exceso de leche. Estas almohadillas pueden ser desechables o reutilizables, y ayudan a evitar que la ropa se manche, manteniendo a la madre más cómoda y segura durante el día. Es importante cambiarlas regularmente para evitar la acumulación de humedad, lo que podría irritar la piel y aumentar el riesgo de infecciones.

Otra opción útil es la técnica de presión manual. Algunas madres descubren que presionar suavemente los pezones cuando sienten que el reflejo de eyección está por comenzar puede ayudar a reducir o detener el goteo. Esta presión interrumpe temporalmente el flujo de leche, lo que puede ser particularmente útil en situaciones donde el goteo sería incómodo o embarazoso. Además, algunas mujeres optan por llevar un extractor de leche portátil para recolectar la leche que se escapa, especialmente si ocurre con frecuencia. Esto no solo ayuda a reducir el goteo, sino que también permite almacenar la leche para futuras tomas.

Importancia de mantener la calma

El goteo de leche materna es una experiencia común y completamente natural, pero puede generar ansiedad o vergüenza, especialmente en situaciones sociales. Es importante que las madres recuerden que este fenómeno no es algo de lo que deban avergonzarse, y que, en la mayoría de los casos, disminuye con el tiempo. Buscar apoyo en grupos de lactancia o en profesionales de la salud puede ayudar a manejar mejor estas situaciones, además de proporcionar orientación sobre cómo mejorar la experiencia de la lactancia en general.