PP y Vox discrepan de cuánto deben bajar los impuestos en Zaragoza y dejan los presupuestos en el aire
El basurazo de Sánchez tensa la negociación de los presupuestos en Zaragoza entre PP y Vox
Están pendientes de aprobarse varias ordenanzas fiscales claves para lograr el apoyo de Vox
El basurazo de Sánchez ha tensado la cuerda entre el PP y Vox en el Ayuntamiento de Zaragoza de cara a la aprobación de los próximos presupuestos. Vox ha sido el único grupo municipal que se negó a subir la tasa de basuras. Una tasa que los populares propusieron incrementar al 13% en Zaragoza, siguiendo la ley de Sánchez, y que finalmente se pactó actualizarla al 3% con el IPC.
Esta subida fue fruto de una propuesta de la extrema izquierda capitaneada por Zaragoza en Común y que salió adelante con el apoyo del PP, el PSOE y finalmente de Vox, en la Comisión de Hacienda del pasado jueves.
Desde Vox, Eva Torres denunció que mientras la tasa del basurazo se incrementaba, los ingresos que se obtenían de las empresas con las que se realizaba los convenio para el reciclaje eran de 838.582 euros menos. «Curioso que conforme más reciclan los zaragozanos, menos ingresos recibe el Ayuntamiento de estas empresas». Además criticó el resultado de los contenedores con tarjetas, puesto que ha supuesto «un encarecimiento del servicio», así como «una apuesta por el control del ciudadano».
Sin embargo, tanto el PP como Vox marcaron posiciones de cara a los próximos presupuestos, en lo que se ha considerado como un endurecimiento de la postura de Vox para apoyar las cuentas del Ejecutivo de Natalia Chueca, y que sin duda marcará la dinámica de las próximas semanas, pendientes de aprobar las ordenanzas fiscales.
Vox en los presupuestos de Zaragoza
El PP necesita a Vox si no quiere depender de la izquierda en Zaragoza para los próximos presupuestos. En las pasadas elecciones, Chueca se quedó a un concejal de la mayoría absoluta, obteniendo 15 concejales, mientras que los de Vox duplicaron sus resultados, pasando de dos ediles a cuatro. En esta tesitura y con un nuevo panorama político, los de Abascal han fijado como línea roja para apoyar los presupuestos del próximo 2025, seguir reduciendo la presión fiscal a los ciudadanos.
«No podemos evitar los impuestos de Sánchez, pero podemos compensarlos desde los Ayuntamientos», sostiene Eva Torres a OKDIARIO, quien defendió el pasado jueves que no subiera el basurazo, tal y como proponía el PP hasta un estratosférico 13%, considerando además que esta ley fue aprobada con la abstención popular en el Congreso, «acabará en los tribunales por la inseguridad jurídica y el trato diferente que se va a dar en unos municipios y otros».
«La propia Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) lo ha advertido», añade. De hecho, desde el Consistorio son conscientes de que la estrategia política de Sánchez es «asfixiar los ayuntamientos».
Más ordenanzas fiscales por negociar
En aquella Comisión de Hacienda, hubo una serie de claves en la posición entre ambos partidos que evidenciaron el tira y afloja de cara a los presupuestos. La consejera Blanca Solans retiró del orden del día la modificación de la Plusvalía ante «el cambio de las previsiones de ingresos» que tenía el PP de sacar adelante el basurazo de Sánchez. Un mensaje de navegantes para Vox, que era el que había propuesto reducir el gravamen del 30% al 28%.
Un juego de cartas entre ambos partidos al que hay que añadir que Vox, liderado en Zaragoza por Julio Calvo, también tiene en su mano otra de las tasas, la del agua. Sólo el PP votó a favor de subir el recibo del agua un 13%, mientras que la izquierda se negó y Vox se abstuvo para poder negociar el precio de su apoyo más adelante y darlo a conocer en el próximo pleno.
«No tenemos motivos para votar en contra, porque la calidad del agua se ha mejorado, se trae más agua procedente de Yesa y se están llevando a cabo las obras necesarias para esta infraestructura, pero nos parece un importante incremento y tenemos que someterlo a estudio», justifican.
Por otro lado, además de la tasa de agua, quedan pendientes por negociar otros tributos municipales de cara al próximo año, entre los que se encuentran las tasas del estacionamiento regulado y la modificación de los precios públicos.
Nuevamente en estos dos puntos, los de Vox se quejan de que la «modificación es al alza», y rebaten la idea de que el PP «ha congelado los impuestos». «La congelación de Bienes Inmuebles (IBI) fue fruto de una exigencia de Vox para que Jorge Azcón fuera alcalde de Zaragoza en la pasada legislatura», señalan.
«También el impuesto de circulación se aplica este año 2024, por una exigencia de Vox en 2023», añaden, como «las bonificaciones al Impuesto sobre Construcciones Instalaciones y Obras (ICIO)». «Sin duda, la congelación o bajada de impuestos en Zaragoza se ha producido en el Gobierno del PP, pero como parte de los acuerdos alcanzados por Vox», añaden.
Vox tras la ruptura en Aragón
El pasado año, la buena sintonía entre ambos partidos estaba armonizada con el pacto de gobernabilidad entre PP y Vox en el Gobierno de Aragón, que así mismo, forzaba al resto de instituciones de la comunidad a entenderse y facilitar los acuerdos. Sin embargo, rotos los gobiernos de coalición en todas las comunidades, este vínculo también se ha sentido resentido, y los de Abascal reconocen que se encuentran aun más supeditados a las directrices de Madrid.
En cualquier caso, desde el grupo municipal de Vox en Zaragoza, defienden que su postura en los presupuestos será «responsable» y pesará sobre todo «el bienestar y los intereses de los zaragozanos». «Para eso nos han votado», señalan.
De ahí que la línea roja que han marcado al PP en Zaragoza es «la bajada de impuestos». Una postura radicalmente económica, a diferencia de que la que han dibujado en las Cortes, teniendo en cuenta que el fruto de la ruptura fue la política migratoria defendida por Jorge Azcón, y que, por ende, es más fácil que llegue a buen puerto.
«Para dar el apoyo a unos presupuestos, tenemos que poder aliviar la carga impositiva a los ciudadanos», defienden desde el grupo. Sin duda, las próximas semanas serán cruciales puesto que se consolidarán las posturas de cada partido de cara al apoyo o no de las nuevas ordenanzas fiscales, y con ello, las posibilidades de que los presupuestos entre ambas formaciones conservadoras puedan rubricar nuevamente un acuerdo. Por su parte, desde la consejería de Blanca Solans, defienden como principios que rigen su proyecto fiscal «la igualdad y la solidaridad».
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