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Lambán planta cara a Bolaños por la amnistía: «Como socialista, no me siento orgulloso»

Javier Lambán ha vuelto a desafiar a la cúpula del PSOE de Pedro Sánchez por la amnistía. Este jueves, el ministro de Justicia, Presidencia y Relación con las Cortes, Félix Bolaños, ha presentado como un gran hito para «la historia» de nuestro país la amnistía, unas declaraciones por las cuales Lambán le ha plantado cara.

Según Bolaños, la amnistía servirá para lograr la «normalización política, institucional y social en Cataluña», tal y como ha declarado en la rueda de prensa celebrada en los exteriores del Congreso de los Diputados al punto de la mañana antes de que diera comienzo la Comisión de Justicia, en la que se debatirá la medida de gracia.

El ministro ha defendido este medida apoyándose en la comisión de Venecia. «Podemos decir que es una ley que nace del parlamento, pero que es una ley europea, plenamente conforme con los estándares y la mejor jurisprudencia europea», ha señalado. El ministro ha defendido que la norma «se entenderá mejor en unos años cuando se compruebe que ha sido útil».

Por lo que las declaraciones de Lambán ante la nueva ley de amnistía, contrastan con el consenso unánime que ha dejado ver el ministro entre los tres partidos que la harán posible el acuerdo: el PSOE, Junts y ERC, sin contar además con sus socios de EH Bildu.

«Con esta ley, en el que hoy damos un paso muy importante en su aprobación, se cierra una etapa», ha expresado Bolaños, quien otra hora, junto con el resto de los miembros del PSOE, ante las elecciones pasadas de julio, sostuvieron, en plena campaña electoral, que no era una cuestión posible ni debate. Y no solo eso. Tal y como expresó Sánchez hace sólo unas semanas, el texto de la ley de amnistía no se cambiaría porque «era un buen texto».

Lambán, Page y la amnistía

Sin duda, si de verdad existe otro PSOE dentro del PSOE actual, éste lo liderarían los barones críticos con la deriva de Sánchez. Nos puede dar un indicio de ello las últimas investigaciones de la Fiscalía, respecto de la trama Koldo.

Las comunidades socialistas que no se han visto salpicadas de momento por la sombra de la compra de mascarillas y las mordidas, son los mismos que llevan meses marcando una crítica frontal contra la amnistía, como Lambán (por aquel momento presidente de Aragón) o Emiliano García-Page.

Eso sí, sin que de momento se haya materializado en una acción directa en el voto de sus diputados tanto en el Congreso, como en el caso de Lambán en el Senado.

En cualquier caso, es llamativo que precisamente sea en «los últimos días», en palabras del propio ministro, cuando se ha logrado «desbloquear la ley de la amnistía». Si bien, Bolaños ha defendido que esta celeridad por retomar su tramitación se ha debido a conocer «el borrador del dictamen de la Comisión de Venecia», que, según Bolaños, «avala la amnistía». «Cuando conocimos ese borrador de dictamen se intensificaron esas conclusiones», ha defendido.

Lambán y la rebelión de Huesca

Precisamente, justo la semana pasada, Lambán tuvo que torear la rebelión del PSOE del Alto Aragón que le pidió en un congreso la dimisión.

Fue el propio Lambán quien explicó este domingo que sus compañeros le pedían algo de tamaña «irresponsabilidad», dada la circunstancia que estaba atravesando el partido, por la «debacle electoral» en la que está inmersa la formación, ante los resultados de Galicia, preocupa a los miembros del partido, puesto que el «dichoso caso Koldo, ha empeorado «todavía más la incertidumbre, crisis, desazón y angustia» que vive el socialismo español.

Lambán mostró su apoyo a la Ejecutiva Federal para «esclarecer» los hechos y «depurar responsabilidades» en relación al caso Koldo con el objetivo de que el partido «salga lo más indemne posible de este preocupante escándalo».

Hay que tener en cuenta que el PSOE del Alto Aragón ha mostrado desde hace tiempo sus posturas radicales a favor del independentismo catalán, en el último episodio que protagonizaron en la Diputación Provincial de Huesca, ante los amagos de Quim Torra por la expansión de los «países catalanes» hacia la franja oriental. Los socialistas fueron incapaces de rechazar la postura.