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Un pueblo medieval único en Cataluña: perfecto si buscas una combinación de historia y naturaleza

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Rupit, uno de los pueblos más bonitos de la provincia de Barcelona, se encuentra a aproximadamente una hora y media de la capital catalana. Este encantador pueblo medieval destaca por sus calles empedradas, casas de piedra y un ambiente histórico que refleja su rica herencia.

El casco antiguo de Rupit es una joya por descubrir, con la Iglesia de San Miguel y el famoso Puente Colgante construido en 1945. Su entorno natural es impresionante, ofreciendo diversas rutas de senderismo como la que lleva al Salto de Sallent, una espectacular cascada de 115 metros de altura. Este pueblo se puede visitar en cualquier época del año, ofreciendo una combinación perfecta de historia, cultura y naturaleza.

Rupit, un pueblo atrapado en el tiempo

En el corazón del espacio natural del Collsacabra, rodeado de densos bosques y un río serpenteante, se encuentra Rupit, un pueblo que es un verdadero tesoro de Cataluña. Este encantador lugar, situado a 845 metros sobre el nivel del mar, forma parte del municipio de Rupit i Pruit, al norte de la comarca de Osona. Con sus calles empedradas y su ambiente rural, Rupit invita a los visitantes a sumergirse en su historia y a disfrutar de su singularidad.

Para explorar Rupit, es necesario dejar el coche en el aparcamiento exterior, ya que el acceso vehicular está restringido dentro del pueblo. El recorrido comienza cruzando el icónico Puente Colgante, que atraviesa el río de Rupit, marcando el inicio de una aventura por este pintoresco pueblo.

Una vez dentro, las calles de Rupit revelan casas con fachadas de piedra que datan de hace más de cuatro siglos. Uno de los primeros puntos de interés es la Iglesia de San Miguel, que ofrece la posibilidad de subir a su campanario para disfrutar de unas vistas impresionantes del entorno. Al lado se encuentra la plaza Mayor, un rincón pintoresco adornado con balcones floridos y tiendas rústicas, ideal para relajarse con un aperitivo.

Continuando el recorrido, se llega al carrer del Fossar, una empinada calle de piedra que es el rincón más antiguo y rústico del pueblo. En la parte alta de esta calle, se encuentran las ruinas del Castillo de Rupit, construido alrededor del año 1000. En esta zona también se encuentra la plaza de los Caballeros, antiguo punto de encuentro de la nobleza, junto con otros edificios históricos como la casa del boticario, la notaría Soler y la antigua Ferrería.

Rupit, con su encanto medieval, también alberga los molinos de la riera, construidos originalmente en el siglo X. Aunque la mayoría fueron destruidos por la riada de 1940, el molino de Marandes del siglo XVII, que operó hasta 1962, sigue en pie. Más allá de la iglesia, una calle estrecha conduce hacia el río y desde allí a la ermita de Santa Magdalena, del siglo XVII, destacada por su altar de piedra y su campanario de espadaña.