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Ni Llanes ni Bulnes: este es el desconocido pueblo más bonito de Asturias según National Geographic

Nos trasladamos a los paisajes asturianos, donde los acantilados se mezclan con las verdes montañas de la cordillera Cantábrica. Aquí, los pueblos abundan entre villas pesqueras que recuerdan las rutas imperiales y aldeas ocultas en valles. Dicho esto y aunque parezca una decisión difícil, National Geographic ya definió cuál es el pueblo más bonito de Asturias.

Rodeado de castañares, prados y montañas y con una población que apenas supera las 40 personas, este rincón que estás por conocer encarna la esencia de Asturias de la mejor forma posible.

¿Cuál es el pueblo más bonito de Asturias, según National Geographic?

El rincón asturiano que obtuvo el reconocimiento de este importante portal es Bandujo (o Banduxu en asturiano). Situado a tan solo 11 kilómetros de Proaza, es un pequeño pueblo medieval que parece haberse estancado en el tiempo.

Declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico en 2010, Bandujo destaca por su excelente estado de conservación y por un entorno natural único. Algunos datos clave sobre Bandujo son los siguientes:

La aldea, que hasta los años 80 no tenía acceso por carretera ni servicios básicos como electricidad o agua corriente, conserva un camino medieval que la conecta con Proaza. Hoy, una carretera rural de 9 kilómetros facilita el acceso en coche, aunque dentro del núcleo poblacional solo los residentes pueden circular.

Todo lo que se puede hacer en Bandujo

Para empezar, Bandujo invita a un recorrido por su historia y arquitectura. Entre las opciones más destacadas se encuentran:

Pero no todo se reduce a su patrimonio y arquitectura. También hay otras actividades en los alrededores a las que hay que prestarles atención:

Además, a pocos kilómetros se encuentra el Museo Etnográfico de Quirós y Comarca, donde es posible conocer cómo la industrialización transformó la vida rural en Asturias.

Naturaleza y tradiciones del pueblo más bonito de Asturias

Bandujo está enclavado en el Valle del Oso, un área conocida por albergar una de las últimas poblaciones de oso pardo en España. Desde el mirador de La Cruz de Linares hasta las cascadas y saltos de agua que rodean el pueblo, la naturaleza forma parte esencial de la vida aquí.

Además, el cementerio de Bandujo es un reflejo de las tradiciones locales. Este espacio comunal, sin nichos ni propiedades, tiene la peculiaridad de reutilizar las tumbas más antiguas cuando alguien fallece.

Durante el Día de los Difuntos, las vecinas del pueblo adornan las tumbas con pétalos de flores, una tradición que perdura hasta hoy.

Acceso y consejos para visitar Bandujo

Aunque se puede llegar en coche, el espacio habilitado como aparcamiento es muy reducido (máximo para seis vehículos).

Para quienes buscan una experiencia más auténtica, se recomienda subir a pie por el Camino Medieval que conecta Bandujo con Proaza. Durante la caminata, es posible disfrutar de cascadas y paisajes que enriquecen el trayecto.

En verano, es aconsejable planificar la visita con antelación debido a la afluencia de turistas en la cercana Senda del Oso.

Por último, y a tener en cuenta, en el concejo de Proaza se pueden encontrar alojamientos rurales y restaurantes que ofrecen especialidades locales como la fabada o el pote de castañas.