Éste pueblo está a una hora de Barcelona y lo tiene todo: calles empedradas y playas de aguas cristalinas
Una joya mediterránea que invita a descansar y relajarse
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A tan sólo una hora de Barcelona, se encuentra un auténtico tesoro mediterráneo: Tossa de Mar. Este encantador pueblo lo tiene absolutamente todo para cautivar a los visitantes: desde calles empedradas impregnadas de historia hasta playas de aguas cristalinas que invitan al relax. Su casco antiguo, rodeado por imponentes murallas, te transporta a la Edad Media mientras paseas por sus calles.
Pero la verdadera joya de Tossa de Mar se encuentra en sus costas, donde playas de arena dorada y aguas cristalinas esperan a los bañistas en un espacio natural de belleza inigualable. Ya sea para explorar su rica historia, sumergirse en sus aguas o simplemente tumbarse al sol, este es un destino maravilloso cerca de la capital catalana.
Un pueblo para disfrutar del mar y la historia
La riqueza histórica de esta localidad se manifiesta a través de los vestigios dejados por los pueblos que la han habitado a lo largo de los siglos. La Villa dels Ametllers, un legado de la cultura romana, fue descubierta en 1914 y aún conserva magníficas estructuras como termas, mosaicos, estucos y una fuente.
Por otro lado, el recinto amurallado de la Villa Vella, del siglo XIII, es un símbolo del municipio, con cuatro torreones y tres torres cilíndricas, destacando la imponente Torre d’en Jonàs, que domina la bahía desde lo alto. El interior de este recinto es realmente mágico, con callejones empedrados y casas que, en algunos casos, se apoyan directamente sobre la muralla.
Qué ver
Recorrer las estrechas calles del casco antiguo y llegar al Faro de Tossa es una experiencia inolvidable. Más allá de las murallas, el pintoresco barrio de pescadores de sa Roqueta y la encantadora fachada marítima son destinos que vale la pena explorar, desde las murallas hasta la playa de la Mar Menuda.
La Casa Sans, construida en 1906 por el arquitecto Antoni de Falguera, presenta una fachada marítima única con elementos modernistas como gárgolas, mosaicos de cerámica vidriada y forja, similar a la Casa Vicens de Barcelona.
La Iglesia de San Vicente, de estilo neoclásico y construida en el siglo XVIII, aunque lamentablemente sus retablos fueron destruidos durante la Guerra Civil, con excepción del retablo de la Purísima.
La Casa de la Cultura, ubicada en el antiguo Hospital de San Miguel, financiado por Tomás Vidal Rei, un hombre que hizo fortuna en América. El edificio alberga un claustro y la capilla de San Miguel.
El Museo Municipal, inaugurado en 1935 en la antigua casa del gobernador, fue el primer museo de arte contemporáneo de España. Tossa atrajo a numerosos artistas en el siglo XX, como Marc Chagall y Georges Kars, quienes trabajaron aquí antes de la Guerra Civil.
El Faro de Tossa, inaugurado en 1917 en la cima del Cabo de Tossa, alberga el proyecto museístico «Faro de Tossa. Un siglo de señales marítimas en la Costa Brava». Las impresionantes vistas desde este punto son simplemente espectaculares.
Playas
La playa Gran, la más grande y conocida, con sus 400 metros de longitud, ofrece unas vistas espectaculares de la Villa Vella y el Cabo de Tossa. Esta playa cuenta con todos los servicios necesarios y ha sido galardonada con la bandera azul por su calidad. La revista»National Geographic» la incluyó en su lista de las 25 mejores playas del mundo en el año 2013.
Situada al otro lado de la muralla, justo bajo la imponente Torre del Homenaje, se encuentra Cala Es Codolar, una joya escondida de Tossa de Mar. Con solo 33 metros de longitud y 27 metros de ancho, esta pequeña cala de arena dorada está rodeada de imponentes acantilados que añaden un aire de misterio y belleza. Con sus aguas cristalinas y una variada vida marina, es un paraíso para los amantes del snorkel.
A poca distancia se encuentra playa del Reig, una pequeña playa situada bajo la carretera, que puede variar en tamaño según las mareas. Aquí se puede disfrutar de la Vía Brava, un espacio delimitado para nadar en aguas abiertas.
La playa de la Mar Menuda destaca como una de las opciones más populares entre las playas de Tossa de Mar. Con una extensión de 160 metros de longitud y 41 metros de ancho, es la segunda playa más grande de la zona.
Cala Giverola destaca como una de las calas más impresionantes en los alrededores de Tossa de Mar. Con su arena dorada y gruesa, aguas cristalinas y entorno rocoso, ofrece un paisaje encantador rodeado de pinos.
Las playas que se encuentran en la carretera entre Tossa con Lloret de Mar se caracterizan por su entorno natural y virgen, rodeadas de vegetación y acantilados. Santa María de Llorell ofrece dos playas, Levante y Garbí, que se fusionan en una sola. Además, hay pequeñas calas como Cala Morisca y Cala Portopí, así como rincones más íntimos como Cala Figuera.