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Facebook: Una gaviota a punto de perder una pata por culpa de una mascarilla

Las mascarillas son las nuevas bolsas de plástico, con gran potencial para destruir la naturaleza. Una mascarilla higiénica tarda entre 300 y 400 años en degradarse.

  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

Las mascarillas son las nuevas bolsas de plástico, con gran potencial para destruir la naturaleza. Una mascarilla higiénica tarda entre 300 y 400 años en degradarse. Si tenemos en cuenta que un gobierno como el español ha sido el único en hacerlas obligatorias en todas las partes del territorio, e incluso en los colegios, el consumo de esta herramienta llega a limites estratosféricos. Con un 21% de IVA y un ciclo de vida de unas horas o en el mejor de los casos días, la cantidad de residuos que se están generando son enormes.

Esta gaviota está a punto de perder una pata por culpa de una mascarilla

Are you disposing of your face coverings properly, or do you have re-useable items?

Is single use PPE a threat to wildlife?This seagull got trapped in a face mask in Essex 💔

Publicada por BBC Breakfast en Miércoles, 22 de julio de 2020

Hasta hace unos meses, los cirujanos, las personas con enfermedades autoinmunes y habitantes de zonas con alta contaminación, usaban mascarillas. Con el coronavirus, se cree que una de las vías de transmisión son las gotas de saliva que salen de la boca al estornudar, toser o gritar. En espacios cerrados la carga viral puede ser alta, por eso se instauró en el transporte público y las tiendas.

A pesar de tener su sentido, en esos espacios, el gobierno de Cataluña, en primer lugar, las instauró como obligatorias y a éste, le siguieron el resto de las comunidades. Una medida sin demasiado éxito en cuanto a número de contagios, pero, con grandes números a la hora de generar recursos. Las mascarillas se tiran en cualquier lugar, las podemos ver si salimos a caminar, en plena naturaleza o en la playa, además de en la calle o en las papeleras.

España compró 500 millones de mascarillas a China, a esta cifra se le suman las que se venden en las tiendas y grandes superficies. Aunque, es el único país que impone esta medida. Estados Unidos o, por ejemplo, Reino Unido, no han aplicado las mascarillas en todos los lugares, solo, en espacios cerrados. Por suerte para los animales como esta gaviota.

Una gaviota que intentaba hacerse con un pez acabó con las patas enganchadas en una mascarilla. Por suerte unos voluntarios consiguieron capturarla y llevarla a manos de los especialistas a tiempo. Vemos como el animal tiene las patas enganchadas, de esta forma no puede alimentarse y podría morir en cuestión de días. Además del peligro de ser capturada o de engancharse en una rama de árbol, por ejemplo.

El animal visiblemente asustado es liberado. Consiguen que sus patas vuelvan a moverse, lo examinan bien para ver si tendrá secuelas. El dolor ha debido de ser terrible a juzgar por el daño provocado por la mascarilla. Los animales más vulnerables empiezan a sentir la presencia de estos elementos que no dejan de multiplicarse.

China fabrica la mayor parte de las mascarillas y consigue con este elemento unos beneficios asegurados. España es uno de sus principales mercados de distribución, que no tiene en cuenta el destino de estos elementos en un futuro o el daño que puede estar provocando al medio ambiente. Esta gaviota es solo un ejemplo de muchos, seres inocentes que no entiende que con esta pandemia acaban saliendo perjudicados por las acciones de los seres humanos.