Sucesos
'CASO COLEGIO HIGHLANDS'

Víctimas del cura de Highlands a la juez: «Muchas veces nos quejamos a las profesoras y no hacían caso»

Víctimas del Highlands: "El cura también nos lo hizo en el oratorio"

El duro testimonio de las víctimas del colegio Highlands: "Nos bajaba los pantalones hasta los tobillos"

Víctimas del cura del Highlands a la juez: "Siempre le decíamos que no queríamos que nos tocara

Las dos primeras víctimas del cura del colegio Highlands en declarar han ratificado al detalle ante la juez sus denuncias previas ante la Policía Nacional. «Las niñas han ratificado todo lo que han vivido. Han sido declaraciones muy duras y han llevado mucho tiempo» confirmaba su abogado José Ignacio Fuster-Fabra al término de las declaraciones de las dos pequeñas de 6 y 7 años.

Durante sendas declaraciones de más de una hora, cada una de las dos niñas han explicado a la juez del caso, al fiscal y a la psicóloga del juzgado que les interrogaba, las presuntas agresiones sexuales que sufrieron a manos del padre Marcelino de Andrés. «A unas nos llevaba a los baños del patio más alejado del colegio en el primer turno del recreo, a otras en el segundo turno».

Fuentes judiciales relatan cómo las niñas han descrito el comportamiento de un verdadero depredador sexual que dividía a sus víctimas en pequeños grupos para tenerlos más controlados. «Además, también nos tocaba en el oratorio» han explicado las víctimas aportando nuevos detalles del caso que se desconocían. Nos decía que teníamos que acompañarle y nos regalaba cosas, como no queríamos nos agarraba del brazo y nos conducía hacia allí».

«Nos encerraba en el baño»

Las presuntas agresiones sexual se sucedían en los baños. El relato de las dos primeras niñas en declarar ha sido espeluznante, apuntan fuentes judiciales: «Cuando estábamos dentro del baño nos bajaba los pantalones hasta los tobillos y nos tocaba nuestras partes». Las víctimas han explicado que había ocasiones en que no podían aguantar más y se resistían:  «Nosotras le decíamos que no queríamos hacer eso y el padre Marcelino nos decía que nos aguantáramos o iba a hablar mal de nosotras». «Una vez, o varias, nos encerró con llave en el baño y nos dijo que así podíamos ver cómo nadie nos iba a socorrer salvo él».

Las cámaras grabaron al cura con las niñas denunciantes.

Las cámaras de seguridad del centro captaron al cura Marcelino dirigirse con tres de las menores hacia esos baños apartados del resto, cuando las normativa del colegio prohibía a cualquier adulto quedarse a solas con menores.

«A veces conseguimos escapar»

A pesar de todo, las niñas han contado que en algunas ocasiones «llegaron a escaparse» y regresar al patio donde estaban el resto de sus compañeras. Y lo más grave, ambas niñas según fuentes del caso, han implicado a dos profesoras en los hechos. «Casi todas las veces que nos pasaba se lo contábamos a las dos profesoras pero no nos hacían caso», han explicado las niñas.

Se trata de dos profesoras conocidas como miss Marilou y miss Madeleine cuya imputación ya ha solicitado la defensa de las niñas y volverá a hacerlo de nuevo tras este testimonio de las víctimas ante la juez con todas las garantías. La familia de una de las niñas solicita que se impute a las profesoras «al haber referido las menores que pusieron los hechos en conocimiento de estas profesoras y no adoptaron las medidas correspondientes o interpusieron denuncia».

«No pasada nada, pero no os puede tocar»

Una de las víctimas de 6 años ya relató en su denuncia ante los especialistas de la Policía Nacional que fue a pedir ayuda a las dos profesoras, tutoras de primaria, y les contó que el cura «les tocaba en sus partes íntimas a ella y sus amigas». Según la niña, las profesoras sólo le dijeron que «no pasa nada y que el cura no le puede tocar sus zonas íntimas, advirtiéndole a la menor que no pueden estar solas». A pesar de todo, en la investigación no consta que las profesoras denunciaran los hechos, advirtieran a los padres o que se tomara alguna medida para evitar que continuara sucediendo el presunto delito.

Ahora, tras los testimonios en sede judicial de la víctima, la defensa que dirige Ignacio Fuster-Fabra tiene cada vez claro que «con lo que han contado las niñas es imposible que nadie del centro supiera nada de lo que estaba ocurriendo allí durante meses y con múltiples víctimas».

La tercera víctima, otra niña de entre 6 y 7 años, no se ha personado en la causa y no ha acudido a declarar. «Un error» según fuentes del caso, que recomiendan a la familia de la menor que pida ayuda legal ya que los interrogatorios «no han sido precisamente fáciles para las niñas, con un trato y un interrogatorio lejos de la empatía que cabe esperar con dos niñas de tan corta edad».