Sociedad

Encuentran un planeta habitable orbitando la estrella más cercana a la Tierra

Un equipo de astrónomos del European Southern Observatory (ESO) ha encontrado claras evidencias de la presencia de un planeta orbitando la estrella más cercana a la Tierra, ‘Próxima Centauri’, que se encuentra a 4 años luz de nuestro planeta.

El mundo, bautizado como ‘Próxima b’, orbita su fría y roja estrella anfitriona cada once días y tiene una temperatura que permitiría la existencia de agua líquida en su superficie. Se trata de un mundo rocoso, un poco más masivo que la Tierra y es el exoplaneta más cercano hallado hasta ahora.

Además, podría ser el mundo más cercano que puede albergar vida fuera del Sistema Solar. El artículo que describe el hallazgo de este hito se publicará en la revista ‘Nature’ este jueves 25 de agosto.

Así, a poco más de cuatro años luz del Sistema Solar, se encuentra una estrella enana roja que ha sido nombrada ‘Próxima Centauri’, dado que es la estrella más cercana a la Tierra aparte del Sol. Esta estrella fría de la constelación de Centaurus es demasiado débil para poder ser vista a ojo sin ayuda y se encuentra cerca de un par de estrellas, mucho más brillantes, conocidas como Alfa Centauri AB.

Durante el primer semestre de 2016, ‘Próxima Centauri’ fue observada con regularidad con el espectrógrafo HARPS, instalado en el Telescopio de 3,6 metros ESO en La Silla (Chile) y monitorizada simultáneamente con otros telescopios de todo el mundo. Esto formó parte de la campaña ‘Pale Red Dot’ (Punto rojo pálido), en la que un equipo de astrónomos, dirigido por Guillem Anglada-Escudé, de la Universidad Queen Mary de Londres, buscaba el pequeño bamboleo que, por la fuerza de la gravedad, provocaría en la estrella la existencia de un planeta en órbita.

Las primeras señales se vieron en 2013

Guillem Anglada-Escudé ha explicado que las primeras señales de un posible planeta se vieron en 2013, pero la detección no era convincente. «Desde entonces, hemos trabajado duro para obtener más observaciones con la ayuda de ESO y de otras instituciones», ha añadido.

Al combinar los datos de ‘Pale Red Dot’ con observaciones anteriores llevadas a cabo en observatorios de ESO y en otros lugares, se ha obtenido un resultado «verdaderamente emocionante», según han indicado desde ESO. A veces, ‘Próxima Centauri’ se aproxima a la Tierra a unos 5 kilómetros por hora -el ritmo de una marcha humana normal- y, a veces, retrocede a la misma velocidad. Este patrón regular de cambio de velocidades radiales se repite con un período de 11,2 días.

Un análisis de los minúsculos cambios en el efecto Doppler indicó la presencia de un planeta con una masa al menos 1,3 veces mayor que la de la Tierra, orbitando a unos 7 millones de kilómetros de ‘Próxima Centauri’, sólo el 5 por ciento de la distancia Sol-Tierra.

«Seguí revisando la consistencia de la señal todos los días durante las 60 noches de la campaña ‘Pale Red Dot’. Los 10 primeros fueron prometedores, los primeros 20 fueron consistentes con las expectativas, y a los 30 días el resultado era bastante definitivo, ¡así que empezamos a redactar el artículo!», ha declarado Anglada-Escudé.

Las enanas rojas como ‘Próxima Centauri’ son estrellas activas y pueden variar, generando efectos parecidos a los que genera la presencia de un planeta. Para excluir esta posibilidad, durante la campaña, el equipo también monitorizó de forma cuidadosa la luminosidad cambiante de la estrella usando el telescopio ASH2, instalado en el Observatorio de Exploraciones Celestes de San Pedro de Atacama (Chile) y la red de telescopios del Observatorio Las Cumbres. Se excluyeron del análisis final los datos de velocidad radial tomados cuando la estrella se dilataba.

Alrededor de una enana roja

Aunque Próxima b orbita mucho más cerca de su estrella que Mercurio del Sol en el Sistema Solar, su estrella es mucho más débil que el Sol. Como resultado, ‘Próxima b’ se encuentra dentro de la zona habitable alrededor de la estrella y tiene una temperatura superficial estimada que permitiría la presencia de agua líquida.

A pesar de la órbita templada, las condiciones en la superficie pueden verse fuertemente afectadas por las llamaradas de rayos X y de radiación ultravioleta procedentes de la estrella, mucho más intensas que las que experimenta la Tierra con respecto al Sol.

El inicio de observaciones más amplias

Desde ESO señalan que este descubrimiento será el inicio de observaciones más amplias, tanto con instrumentos actuales, como con la próxima generación de telescopios gigantes como el E-ELT (European Extremely Large Telescope). Además, añaden que ‘Próxima b’ será «un blanco perfecto» para la búsqueda de evidencia de vida en otros lugares del Universo. De hecho, el sistema Alfa Centauri es también el objetivo del primer intento de la humanidad de viajar a otro sistema solar, el proyecto StarShot.

«Se han encontrado muchos exoplanetas y van a descubrirse aún muchos más, pero buscar el potencial análogo de la Tierra más cercano y conseguirlo ha sido la experiencia de toda una vida para todos nosotros. Historias y esfuerzos de muchas personas convergen en este descubrimiento. El resultado es también un homenaje a todos ellos. El siguiente paso es la búsqueda de vida en ‘Próxima b’», ha concluido Anglada-Escudé.