Cuidar nuestra Tierra ante el desafío de la sequía
Regenerar el agua y los ecosistemas naturales es fundamental para preservar la sostenibilidad de nuestros territorios, especialmente en un contexto de escasez hídrica.
El cambio climático es el mayor desafío que afronta la humanidad. El Día Mundial del Medio Ambiente, promovido por las Naciones Unidas cada 5 de junio, focaliza este año su mensaje en restaurar las tierras, detener la desertificación y fortalecer la resiliencia a la sequía. Este llamamiento a la acción nos recuerda la urgencia de proteger nuestro planeta.
Según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, casi la mitad de la población mundial reside en zonas “degradadas”; es decir, aquellas zonas que sufren desertificación. Desde el año 2000, los episodios de sequía se han incrementado un 29% a nivel global. En concreto, España es uno de los países de la Unión Europea más afectados por la sequía, en estos momentos especialmente en el sur y en Cataluña, y su ciudadanía se encuentra entre las más concienciadas.
Veolia, referente mundial de la transformación ecológica con soluciones en agua, energía y residuos, ha publicado este año la segunda edición del Barómetro de la Transformación Ecológica realizado a nivel global junto a la consultora Elabe, que destaca esta mayor concienciación de la población española ante el cambio climático. Así, un 78% se siente vulnerable ante sus efectos, frente a la media mundial del 65%. Por otra parte, el 80% de la ciudadanía española considera que puede verse afectada por un deterioro de su calidad de vida, frente al 68% global.
En España, Agbar, parte del grupo Veolia, representa un ‘hub’ de conocimiento del ciclo integral del agua, donde suministra agua a 13,5 millones de personas y presta servicio a 1.100 municipios, actuando desde la proximidad al territorio. En el esfuerzo colectivo para actuar ante el cambio climático, y frente al reto de la desertificación y la sequía en particular, la compañía ha reforzado su estrategia de soluciones innovadoras para la preservación y la gestión sostenible del agua.
Esas soluciones se basan en modelos circulares y se inspiran en la propia naturaleza, con la finalidad de cuidar y restaurar los ecosistemas en las instalaciones del grupo, así como en espacios naturales clave. Un ejemplo: en el parque El Recorral de Rojales (Alicante), Hidraqua, parte del grupo, ha creado en colaboración con el ayuntamiento una zona húmeda de cinco lagunas artificiales con agua regenerada. Una variedad de vegetación y fauna salvaje prospera ahora en un nuevo paisaje cuya función consiste en evitar vertidos al medio ambiente ante episodios de lluvias torrenciales.
Reutilización para ser más resilientes
La economía circular está en el centro de las actividades del grupo. Ante el contexto actual de escasez hídrica, Agbar apuesta por la regeneración y posterior reutilización del agua, otorgándole múltiples nuevos usos. El riego, tanto de zonas verdes urbanas como de cultivos, la limpieza de las ciudades o la devolución de agua regenerada en condiciones óptimas a ríos y acuíferos para reiniciar el ciclo de captación son ya algunos ejemplos funcionales de esta solución. La ecuación no puede ser más clara: a mayor cantidad de agua regenerada en circulación, menor dependencia de la climatología y menor presión en general sobre los recursos hídricos disponibles.
En el área metropolitana de Barcelona, el 25% del agua que se consume hoy en día ya es agua regenerada. Lo consigue gracias a la ecofactoría del Baix Llobregat, que depura las aguas residuales que le llegan y, tras un tratamiento avanzado, emplea esta agua regenerada para nuevos usos urbanos, agrícolas e industriales.
Ejemplos que también son referentes a nivel nacional los encontramos en la Región de Murcia. Allí, el agua regenerada de las depuradoras de La Hoya, en Lorca, y de Cabezo Beaza, en Cartagena, ya sirve para usos agrícolas en campos cercanos, contribuyendo así a paliar los efectos de la sequía en la zona.
Además de regenerar el agua para reutilizarla, otro eje fundamental del grupo consiste en naturalizar las instalaciones y minimizar la huella ecológica para transformarlas en infraestructuras verdes. Precisamente en Cabezo Beaza este enfoque, que se basa en la reducción de productos fitosanitarios, la lucha contra especies invasoras y la creación de zonas de alimentación y refugios para animales, ha permitido reintroducir la malvasía cabeciblanca, un peculiar pato buceador muy escaso en España. Asimismo, en los humedales artificiales de depuración de Begudà, en Girona, se ha podido observar el nóctulo gigante, un murciélago en peligro de extinción en la zona.
Definitivamente, el cambio climático es el mayor desafío al que nos enfrentamos como sociedad. La concienciación ambiental es parte fundamental de este reto al que todos podemos contribuir y en lo que Agbar se compromete también, a través de la organización de exposiciones, talleres y recogida de residuos en playas, entre otras acciones. Cada gota de agua, cada grano de arena cuentan. Juntos, podemos idear y concretar nuevas soluciones más respetuosas con nuestra Tierra.
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