Recetas de cocina

Suculenta sopa de mariscos

La sopa de mariscos es tan ligera y sabrosa que a pesar de ser un plato caliente, resulta apetecible hasta en verano. Es muy nutritiva, fácil de elaborar y emplea unos ingredientes muy naturales, con mucha sustancia. De hecho, suele prepararse para aprovechar los restos de pescado, gambas o almejas que nos han podido sobrar de una comilona anterior. Sabe muy rica, y cuánto más estará, si adquirimos productos de calidad en la pescadería. La preparación de un buen fumé también cuenta bastante en el gusto de este plato.

La sopa de mariscos la podemos preparar con una gran variedad de pescados. Es bastante frecuente encontrarlo con el de roca, conocido así porque están en este tipo de fondos y se alimentan sobre todo de crustáceos, moluscos y de otros peces. Entre otras especies, encontramos la gallineta, el gallo, la vieja o el pargo. Es un tipo de pescado bastante sabroso y es muy económico. No obstante, hemos decidido hacer nuestra receta con rape.

Comenzamos calentando una olla de agua caliente a la que añadimos sal. Si tiene un tamaño grande, la llenamos a la mitad. Cuando esté hirviendo introducimos la cabeza y los lomos del rape. Lo dejamos en ebullición entre diez y quince minutos. No hace falta más tiempo ya que el pescado se cuece muy pronto. Retiramos de la candela, y apartamos.

En una sartén con aceite de oliva virgen extra, freímos dos pimientos, dos tomates y tres dientes de ajo muy picaditos. Cuando estén bien pochaditos lo pasamos por el filtro de la batidora. Ya colado, incorporamos este sofrito al caldo de pescado que tenemos en la olla y completamos el fumé. Agregamos 200 gramos de gambas peladas y la misma cantidad de almejas, media cucharadita de pimentón, azafrán y probamos de sal. No requiere de apenas mucho tiempo para que el marisco se haga. Más o menos hasta que hierva que serán cinco minutos.

Mientras, desmenuzamos el pescado que habíamos cocido. Mucho cuidado con que no se nos cuele ninguna espina. En el caso del rape es más fácil puesto que sólo cuenta con una columna vertebral central. El de roca si es bastante espinoso por lo que habrá que tener mil ojos. Un minuto antes de que se cueza el marisco, volvemos a echar el pescado al caldo.

En un cazo, cocemos dos huevos duros y luego lo picamos en un plato junto a pan duro que tengamos del otro día. Lo repartimos en cuatro platos y vertemos nuestra suculenta sopa de mariscos.