Opinión

La batalla de Barcelona

  • Xavier Rius
  • Periodista y cofundador del diario E-notícies. He sido redactor en La Vanguardia y jefe de sección del diario El Mundo. Escribo sobre política catalana.

Como han cambiado las cosas. Alberto Núñez Feijóo presentó este miércoles los cuatro candidatos del PP en las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo: Alejandro Fernández (Barcelona), Pere Lluís Huguet (Tarragona), Jaume Veray (Gerona) y Montserrat Berenguer (Lérida).

Hasta se dio un pequeño baño de masas al llegar paseando al hotel para que los fotógrafos y las cámaras pudieran explayarse. No había ni un independentista, ni un antifascista, ni un cupaire. Nada, normalidad absoluta. Cosa de la que me alegro porque el derecho de participación política, sobre todo en unas elecciones, es fundamental.

Pero lo que decía: como han cambiado las cosas. Feijóo hizo el acto en el Hotel Catalonia Plaza, un cuatro estrellas en la Plaza España, inaugurado en 1993 por Jordi Pujol y Pasqual Maragall, entonces alcalde de Barcelona.

El líder del PP no lo sabe, pero dio el mitin en el mismo recinto que utilizó la ANC como sala de prensa en la Diada del 2019.

Recuerdo que, en los alrededores, se podía tocar la «campana de la libertad». Hasta me suena que, en otra zona, había una guillotina. Como en la Revolución francesa. Cuando cortaron la cabeza a un rey. ¿Lo pillan, no? Era la segunda Diada tras la aplicación del 155 en el 2017.

A mí, lo que más me sorprendió es que a través de los altavoces de la propia organización se recomendaba el «consumo estratégico». Que era una manera, en realidad, de llamar al boicot de empresas españolas.

Quizá en la lista de anécdotas y agravios de la zona hay que recordar también aquella otra ocasión que la ANC proyectó la imagen del rey cabeza abajo en las Torres Gemelas de Montjuïc, al otro lado de la plaza, durante una visita oficial. Se supone que con el visto bueno del Ayuntamiento de Barcelona, entonces en manos de Ada Colau, que no expresó protesta alguna.

Pero todo esto, felizmente, es historia. Unas 800 personas, a ojo de buen cubero, se agolpaban en la sala. Tres de los cabezas de lista del PP catalán -todos menos Alejandro Fernández- son nuevos.

Abrió el fuego el cabeza de lista por Tarragona, Pere Lluís Huguet, que ya lo fue en las generales y que vuelve a repetir en las autonómicas. Huguet recordó que con la propuesta de referéndum pactado de Aragonés «volvemos a la matraca». Y aseguró que «nos han llevado a la decadencia». «No ha sido por la convivencia, han sido por siete votos», añadió respecto a la amnistía.

Monterrat Berenguer, de Lérida, afirmó que «esta vez irá bien» en alusión a los tres escaños de las elecciones del 2021. «La sensatez al final tiene recompenda» y reivindicó que «catalanes somos todos».

Jaume Veray, de Gerona -hermano de la histórica del PP en esta provincia, Concepció Veray- instó a recuperar «el tiempo perdido» y que «el proceso nos ha hecho perder una década». «Es hora de cambiar las prioridades de este país», añadió.

Finalmente, Alejandro Fernández dio las gracias por la confianza depositada en él por Alberto Núñez Feijóo. Incluso se llevó la mano al corazón en dos ocasiones en señal de agradecimiento. Como ya hizo el día de su presentación.

El cabeza de lista inyectó adrenalina a todos los militantes y simpatizantes del partido, por lo que han tenido que aguantar durante todos estos años. «No tenemos miedo y por eso somos imparables», auguró.

El PP, en efecto, aspira a sumar el constitucionalismo ahora que Ciudadanos está de baja y Vox va a la suya. El propio Alberto Núñez Feijóo se mostró sincero.

«Cualquier presidente del PP sabe que sin Cataluña no podrá gobernar España», admitió y ofreció al PP catalán como la verdadera alternancia. En el otro bando puso a Junts, ERC, la CUP e incluso el PSC por su «compadreo» con los independentistas.

De hecho, recordó que a los socialistas ya sólo les queda Asturias, Navarra «con Bildu» y Castilla-La Mancha. «En todo el resto gobernamos nosotros», subrayó.

Diluidos, en efecto, en Andalucía, en Madrid, en Galicia y previsiblemente en el País Vasco; la batalla de Barcelona puede ser la próxima etapa en su intención de llegar a La Moncloa.

Feijóo hasta explicó su receta secreta para el éxito: «La fórmula para ganar es decir la verdad». Lo cual no es mala fórmula porque, como saben, el proceso ha estado lleno de posverdades.

Como la del món ens mira («el mundo nos mira») o que la independencia estaba «a tocar». A la vuelta de la esquina.

Ahora que Sánchez insiste en que Illa es el candidato para recuperar la convivencia y «pasar página», Feijóo lo dejó claro a su electorado. «No va a ser el PSC el que salve Cataluña del independentismo».

Me temo que tiene razón, descartado un pacto con el PP en el caso que llegaran a la mayoría absoluta, a Illa ya sólo le queda Esquerra y los Comunes de muleta. El tripartito habitual.

O incluso, si Puigdemont queda antes que ERC, con Junts. Parece improbable, pero los de Junts ya pactaron con los socialistas en la Diputación de Barcelona para cabreo de los republicanos.

Por supuesto, una de las condiciones fue mantener en antena un programa en inglés de la mujer de Puigdemont que no ve nadie aunque cuesta, sólo para la presentadora, 6.000 euros al mes. La pasta es la pasta.