Volcán Cumbre Vieja

Arquitectura que desvía la lava: la solución si el volcán Cumbre Vieja vuelve a rugir

Se cumplen cuatro años de la erupción del volcán Cumbre Vieja

Los expertos afirman que habrá más erupciones en Canarias

Así es la nueva estrategia de defensa contra las erupciones volcánicas

El próximo 19 de septiembre se cumplirán cuatro años del comienzo de la erupción del volcán Cumbre Vieja, en la isla canaria de La Palma. Una catástrofe natural que se extendió a lo largo de 85 días, dejando importantes daños materiales, valorados en más de 842 millones de euros, y también personales, al causar una víctima mortal.

El avance de la lava a lo largo de esos tres meses cubrió unas 1.200 hectáreas de terreno, obligando al desplazamiento de más de 7.000 personas, muchas de las cuales se quedaron sin sus viviendas y negocios. En total fueron destruidas 2.988 edificaciones, y resultaron sepultados cerca de 74 kilómetros de carreteras.

La lava también arrasó con unas 370 hectáreas de cultivos, principalmente de plátano, que constituye la principal fuente de ingresos para miles de familias de la zona. No en vano, esta simbólica fruta genera casi la mitad del PIB del sector primario de la isla. También fueron afectados viñedos y plantaciones de aguacate.

Riesgo volcánico

Los expertos consideran altamente probable que vuelvan a producirse erupciones volcánicas en algún punto del archipiélago. El coordinador científico del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), Nemesio Pérez, asegura que el riesgo de erupción en los próximos 50 años es del 77%.

Este riesgo es especialmente alto en La Palma (48,7%) y Tenerife (39,3%), porcentajes que suben al 48,7% y 63,2%, respectivamente, en los próximos 100 años.

Para el responsable, que aumente el riesgo volcánico tiene un aspecto positivo, ya que implica «más desarrollo socioeconómico y riqueza», según sus palabras, si bien entiende que hay que trabajar para minimizar los impactos.

MIT

Una interesante y rompedora investigación en este sentido es la que está desarrollando un equipo del Departamento de Arquitectura del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), compuesto por la española Cristina Parreño Alonso y los estadounidenses J. Roc y Skylar Tibbits.

Se trata de un trabajo de experimentación sobre el terreno que se está llevando a cabo en Islandia, nación insular que destaca por su intensa actividad volcánica. Allí han sido instaladas una serie de estructuras de acero, ligeras y de fácil despliegue, cerca de volcanes activos.

La intención es registrar, a través de varias cámaras, qué es lo que sucede cuando la lava choca contra estas estructuras y así comprender mejor la dinámica de estos flujos de materia rocosa derretida.

Arquitectura con lava

Esta investigación del MIT, cuyo nombre es Infraestructuras Volcánicas, está siendo exhibida al público en estos momentos, en el marco de la Bienal de Arquitectura de Venecia.

La citada muestra explica que dicho trabajo «busca desarrollar unidades modulares asequibles, ligeras y fáciles de implementar, con el objetivo de proporcionar un primer paso en el desarrollo de un sistema estratégico de defensa contra volcanes».

Sistemas de defensa

«Mediante la implementación y la observación de estos experimentos sobre el terreno, Infraestructuras Volcánicas espera comprender mejor el flujo de lava y sus interacciones con las intervenciones estructurales, y recopilar datos que puedan fundamentar futuras investigaciones y sistemas de defensa de infraestructuras», añaden desde la misma fuente.

«El proyecto se pregunta: ¿Podemos colaborar con las fuerzas naturales en lugar de oponernos a ellas?», recalca Parreño Alonso. La arquitecta española ha subido ese vídeo explicativo en sus redes.