¿Cómo pueden afectarle a Cristina Pedroche sus salidas de tono?
La paciencia de Cristina Pedroche tiene límites. Al menos, eso ha demostrado en los últimos días. Lo que quizás no se haya parado a pensar es en las posibles consecuencias que pueden traer sus últimas palabras dedicadas a los ‘haters’ y que podrían traerle más de un disgusto en lo que a contratos publicitarios se refiere. Porque, ¿hasta qué punto es positivo que un personaje público conteste a las críticas?, ¿qué imagen se proyecta de alguien cuando empieza a dar relevancia a los reproches? o incluso: ¿podría llegar afectar a la madrileña su actitud impulsiva a la hora de mantener ciertos contratos publicitarios? Y es que varias son las cuestiones que ahora mismo están en el aire sobre la percepción que las marcas podrían tener sobre la esposa del chef, David Muñoz.
LOOK ha querido despejar las posibles incógnitas generadas en torno a este asunto y expertos de Personality Media, agencia especializada en el estudio de la sinergia entre las marcas y los personajes famosos, lo tienen claro. No tendrá consecuencias en cuanto a ingresos publicitarios se refiere. «En este caso no le afectará publicitariamente porque ha sido un hecho puntual. Si es costumbre y se empieza a parecer a Ramoncín, podría llegar a perjudicarle», explican. Pese a ello, Cristina debe guardar las formas, ya que la impulsividad puede traerle disgustos: «Cristina debe ser capaz de controlar su comportamiento».
La presentadora en una imagen de archivo /Gtres
Comportamiento que se ha visto alterado al pronunciarse en su propio blog. Pedroche se ha sentido atacada por varios usuarios de Twitter a los que ha respondido hastiada de los comentarios. «Alucino porque como a día de hoy ¡¡¡se sigue hablando de mis vestidos de Nochevieja y de si enseño o no!!! ¿Pero esto está pasando?», escribía sorprendida. La presentadora se pregunta si es sólo un cuerpo para el resto y responde a quien todavía lo duda: «Si sólo me han contratado por “estar buena”, ¿por qué no me echaron cuando me llamaban “la ballena de Vallecas”? Si sólo me contratan por mi cuerpo, ¿por qué en mi puesto no está cualquier otra chica de la calle que obviamente son mucho más guapas que yo o tienen mejor cuerpo?». Respuestas que chocan con su último mensaje, al que parece que quiere dar más relevancia Cristina: «Os voy a decir una última cosa, de corazón, que supongo que es lo que molesta a mis detractores… ME RESBALA. Lo siento, de verdad, soy muy feliz y hago lo que me da la gana y visto como me apetece».
Sin embargo, su presencia en televisión es lo que los consumidores utilizan para crearse una imagen en torno a la presentadora, un hecho que hace que se extrapole su comportamiento. Relacionada hasta ahora con una figura amigable y cercana, es un sector concreto el que no le tiene verdadera estima. «Tiene un perfil muy específico. Causa rechazo en las mujeres de a partir de 30 años y esto también le afecta publicitariamente», revelan desde Personality Media.
Lo que sí consideran que ha sido una equivocación es detallar aspectos de su vida personal. «Cuando ella confundió su vida profesional con la personal perjudicó a su marido. Entrar en detalles de tu vida personal es un error para cualquier personaje público». Algo que todavía se desconoce si terminará haciendo, pues de momento Cristina se siente saturada ante las innumerables críticas que recibe, lo que hace pensar que sus respuestas coparán, de nuevo, todas las portadas del corazón.