JOYAS CON HISTORIA

La historia detrás de la subasta de la tiara del ‘duelo’ de los Windsor

Windsor
La tiara Poltimore de los Windsor. / Gtres
  • Andrea Mori
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Si hay una Familia Real de Europa que destaca por su impresionante joyero esa es, sin duda, la británica. Los Windsor atesoran una impresionante cantidad de piezas de incalculable valor histórico, y otras de menor importancia, pero también al alcance de muy pocos. Un joyero que ha ido creciendo con el paso del tiempo, con incorporaciones, algunas de ellas a nivel oficial y otras a modo privado. De hecho, a día de hoy todavía hay piezas de las que la mayor parte de la población desconoce su existencia y que solo han sido vistas por el círculo más íntimo de la Familia Real.

La Reina Isabel en una imagen de archivo. / Gtres

Un joyero en el que no solo destaca la colección que ha sido propiedad de la Reina Isabel, sino también de otras royals. Reinas que han ocupado el puesto de consortes, princesas, duquesas y otras figuras de menor rango que han dejado su impronta en la colección de los Windsor, o que han ido legando sus tesoros a sus respectivos herederos. Por ejemplo, en la boda de la princesa Eugenia, la hija del príncipe Andrés recurrió a una impresionante tiara de esmeraldas de la colección Greville, una herencia que recayó en la Familia Real y que cuenta con algunas de las piezas más espectaculares que se guardan en el joyero de la Familia Real. Esta pieza fue un préstamo de la Reina Isabel a su nieta por su boda con Jack Brooksbank, al igual que también prestó diademas a la princesa Beatriz, y a Kate Middleton y Meghan Markle. En el caso de Diana de Gales y de Sarah Ferguson, a ambas les obsequió con una tiara para su uso oficial.

La Reina Isabel con la princesa Margarita en un acto. / Gtres

Y es que lo habitual en este tipo de enlaces es que la Casa Real pueda prestar algunas piezas a las novias, en caso de que ellas no posean diadema propia -Diana, por ejemplo, recurrió a su diadema familiar-. En algunas ocasiones la Reina ha apostado por regalar diademas de encargo, como fue el caso de Sarah Ferguson a principios de los ochenta. No obstante, también ha habido ocasiones en las que alguna royal ha sorprendido comprándose su propia tiara.

La princesa Margarita con la tiara Poltimore en su boda. / Gtres

Esto fue lo que ocurrió con la princesa Margarita, a la que la Reina Isabel no tuvo ni que prestarle ni regalarle ninguna diadema. La hija menor de los Reyes Jorge VI e Isabel Bowes-Lyon lució en su boda con el fotógrafo Anthony Amstrong-Jones una impresionante diadema que ella misma había adquirido. Se trataba de la tiara Poltimore, una diadema con mucha historia.

Esta pieza originalmente perteneció a Lady Poltimore y fue fabricada en 1870 por la prestigiosa joyería Garrard de Londres -la misma del anillo de Diana de Gales. La joya es la máxima expresión del estilo victoriano, con volutas de diamantes que evocan flora y naturaleza, y hecha en oro y plata. Lady Poltimore lució la pieza, curiosamente, en la Coronación del rey Jorge V en 1911.

La tiara Poltimore de la princesa Margarita. / Gtres

Sin embargo, la familia la puso a subasta en el año 1959, cuando la princesa Margarita se encaprichó de ella y decidió comprarla por 5500 libras. Aunque tenía acceso al joyero de los Windsor, Margarita quería algo propio, que no tuviera que compartir. Aunque la estrenó poco después en una función de ballet en Covent Garden en mayo de 1959 y también la llevó en muchas ocasiones en forma de collar o partes de ella como broches, fue en su boda cuando acaparó todo el protagonismo.

Pese a que la pieza está asociada a una bonita historia, al menos en lo que respecta a sus orígenes, no así a su final. La diadema fue subastada a principios de la década de los 2000 tras la muerte de la Princesa, en la Casa Christie’s. Además de la tiara, la subasta incluyó otras joyas de Margarita que alcanzaron un importe superior a un millón de euros. No trascendió el nombre del comprador.

La princesa Margarita con su marido, Anthony Amstrong-Jones. / Gtres

No obstante, según las últimas informaciones publicadas por el tabloide Daily Mail, la venta de la tiara supuso para el ex marido de la Princesa un enorme disgusto. Tal como confirma el diario, el fotógrafo quedó ‘devastado’ por la decisión de sus hijos de subastar los artículos que pertenecían a su madre, entre ellos la tiara nupcial. Así lo confirma un nuevo episodio de la serie Secrets of the Royals.

En este episodio se asegura que tanto David Linley como su hermana, literalmente rompieron el corazón de su padre con su decisión de vender las pertenencias de la Princesa. La vizcondesa Hinchingbrooke afirma que «esta subasta de Christie’s fue desgarradora para Lord Snowdon… de hecho, les escribió a sus hijos pidiéndoles que la detuvieran». Tal como se reveló en su momento, los dos hijos de la Princesa recaudaron hasta 14 millones de libras con la subasta.

El propio David, actual Lord Snowdon, declaró en una entrevista que «hubo muchas razones, principalmente financieras, que nos persuadieron de que ese era el camino correcto porque, ya sabes, cuando la gente muere, los impuestos deben pagarse». La gran duda es si volveremos a ver alguna vez la pieza en público.

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