CASA REAL BRITÁNICA

El rey Carlos III rescata la receta navideña de Isabel II con su nuevo pudding real

El rey Carlos III lanza puddings navideños inspirados en la receta familiar de la Reina Isabel II

Los postres contienen pasas, sultanas, corteza de cítricos, jerez y brandy

Carlos III sigue la costumbre de regalar puddings a los empleados del palacio

La Reina Isabel II. (Foto: Gtres)
La Reina Isabel II. (Foto: Gtres)
Marta Menéndez
  • Marta Menéndez
  • Televisión, moda y corazón. Periodista de vocación y comunicadora de formación, me he movido entre estudios de radio, redacciones digitales y bastidores de redes sociales. He narrado la actualidad en la 'Cadena SER', seguido la pista a las nuevas tendencias en 'El Independiente' y escrito sobre lifestyle y empresas en la 'Revista Capital'. En 'Diez Minutos', combiné redacción y estrategia digital como Community Manager. Ahora escribo en LOOK, donde cubro actualidad televisiva, moda, celebrities y realeza.
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Esta Navidad, la tradición real británica se adorna con un nuevo toque dulce y alcohólico: el rey Carlos III ha lanzado su propia versión de los puddings navideños, inspirados en la receta familiar de la difunta Reina Isabel II. A la venta en la tienda de su finca de Sandringham, en Norfolk, estos postres festivos buscan mantener viva la herencia culinaria de la monarquía, mientras ofrecen a los admiradores de la familia real un pedazo de la Navidad más genuina de los Windsor.

Los puddings, cuyo precio asciende a 19,99 libras para la versión grande y 6,99 libras para las más pequeñas, contienen una mezcla clásica de ingredientes que evocan los sabores tradicionales de la temporada: pasas, sultanas, corteza de cítricos confitada, pan rallado, jerez y brandy. Sin embargo, a diferencia de la receta original de la Reina, que incluía cerveza y ron oscuro, la versión de Sandringham prescinde de estas bebidas, adaptándose al gusto actual y al público más amplio. «Perfecto para reuniones familiares o para un capricho en solitario, nuestro pudding de Navidad se hace siguiendo una receta clásica, con tiempo para madurar, permitiendo que los sabores se desarrollen plenamente», afirma la tienda oficial del rey.

El rey Carlos III y Camila en un acto oficial. (Foto: Gtres)

El rey Carlos III y Camila en un acto oficial. (Foto: Gtres)

Detrás de esta iniciativa hay una tradición familiar profundamente arraigada. No es la primera vez que los miembros de la familia real se involucran personalmente en la elaboración de los puddings navideños. En 2019, la Reina Isabel II, el entonces príncipe Carlos, el príncipe Guillermo y el príncipe Jorge se reunieron para preparar juntos estos postres como parte de una iniciativa de la Royal British Legion. Cada uno tuvo su momento para remover la mezcla y añadir monedas de seis peniques como símbolo de buena suerte, un gesto que combina superstición con historia familiar.

Desde la muerte de Isabel II, Carlos III ha continuado la tradición iniciada por su abuelo, el rey Jorge V, regalando anualmente alrededor de 1.500 puddings a los empleados de palacio. Estos regalos no solo incluyen el postre, sino también una tarjeta de felicitación de los Royals, un detalle que refuerza el carácter personal y cercano de la monarquía hacia su personal de confianza. Según la experta real Jennie Bond, «el monarca entrega cientos de puddings de Navidad a los miembros de la Casa Real, en todos los palacios e incluso al personal del correo de la Corte y la policía», consolidando así un gesto que combina generosidad con tradición.

Los puddings de Navidad del rey Carlos. (Foto: Gtres)

Los puddings de Navidad del rey Carlos. (Foto: Gtres)

Más allá de su función como regalo, estos puddings representan una ventana hacia la vida familiar y las costumbres de los Windsor. Cada cucharada recuerda el afecto que caracterizan las celebraciones reales, y permite que el público participe de manera simbólica en una de las épocas más queridas del año para la familia real británica. Además, la venta al público de estos puddings en la tienda de Sandringham permite que la tradición trascienda los muros de palacio, llevando un sabor auténtico de la realeza a los hogares. Además, este lanzamiento también destaca la estrategia de Carlos III de mantener vivas ciertas costumbres de Isabel II, mientras las adapta a los tiempos actuales. Al prescindir del alcohol más fuerte de la receta original y ofrecer tamaños más pequeños, la familia real consigue que esta tradición sea accesible y atractiva para un público moderno, sin perder la esencia de la receta centenaria.

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