Cuenta atrás para la cita más incómoda de los Reyes
El próximo año, don Juan Carlos y doña Sofía celebran sus bodas de diamante, todo un hito dentro de las casas reales actuales y que podría suponer más de un quebradero de cabeza para don Felipe y doña Letizia.
Se cumplen 59 años de uno de los días más importantes para la familia Borbón. El lunes 14 de mayo de 1962, Atenas se vestía de gala para acoger lo que los medios griegos habían denominado “una boda de cuento de hadas”. El príncipe Juan Carlos hijo del conde de Barcelona, y la princesa Sofía de Grecia se daban el ‘sí, quiero’ en una triple ceremonia -civil, católica y ortodoxa- que congregó a lo más granado de la aristocracia y la realeza europeas.
Boda del Rey Juan Carlos y la Reina Sofía / Gtres
Aunque la pareja se había conocido varios años antes cuando se embarcaron en el ‘crucero del amor’, el Agamenón. Era el año 1954, en un viaje organizado por la reina Federica, en el que participaron miembros de diferentes casas reales. Por aquel entonces, el joven Juan Carlos estaba centrado en otras cuestiones y el nombre de Sofía se barajaba como posible consorte de Harald de Noruega quien, sin embargo, luchó contra viento y marea para casarse con Sonia Haraldsen. No fue hasta 1961, después de coincidir en varias bodas de parientes, cuando se oficializó su compromiso, en el hotel Beau Rivage de Lausana, con la presencia de la reina Victoria Eugenia. Imposible olvidar aquel ‘Sofi, cógelo’, cuando Juan Carlos le tiró a la hoy reina madre la cajita que llevaba dentro el anillo de compromiso, que tantas especulaciones ha generado en los últimos tiempos a raíz de la complicada situación por la que pasa la Institución.
Don Juan Carlos y doña Sofía en una imagen de archivo / Gtres
El día de la boda, doña Sofía vistió un espectacular diseño de encaje de Jean Desses y lució la tiara prusiana heredada de su abuela, Victoria Luisa, a través de su madre. La misma joya que varias décadas después llevaría la reina Letizia en su enlace con don Felipe. Sin embargo, la felicidad de aquella jornada nada tiene que ver con la situación actual ni de los contrayentes ni de su entorno.
Un aniversario agridulce
Casi sesenta años después de aquel día y tras haber cumplido con sus respectivas obligaciones, don Juan Carlos y doña Sofía están más lejos el uno del otro que nunca. Su matrimonio nunca fue de esos que se juran amor eterno y lo llevan hasta el final de sus días, pero sí que lograron formar un tándem perfecto que hizo que España viviera una de sus mejores etapas a pesar de la incertidumbre inicial que generaba el final de la dictadura.
La abdicación del Rey en el año 2014, apenas un año antes de cumplir cuarenta años en el trono supuso un importante cambio para la propia doña Sofía que, sin dejar de cumplir con su agenda, veía su papel cada vez más reducido a cuestiones relacionadas con su fundación, Más aún cuando empezaron los escándalos que han puesto en el punto de mira la figura del padre de Felipe VI, que vive un ‘exilio’ dorado en Abu Dabi desde hace casi un año, sin visos de regresar a casa.
El Rey Juan Carlos en una imagen de archivo / Gtres
Solo las infantas Elena y Cristina han viajado en varias ocasiones a visitarlo, así como amigos íntimos del monarca. Sin embargo, sin noticias de Sofía que, a diferencia de sus propias hijas o de su marido, esperó pacientemente a que le llegara el turno para vacunarse del coronavirus sin dejar de lado su agenda, en una clara muestra de responsabilidad y coherencia.
El año 2018, tanto don Juan Carlos como doña Sofía cumplían 80 años y, pese a que ya no ejercían como reyes titulares, sí que se celebraron algunos actos en su homenaje durante todo el año. Nada que ver con la gran celebración que por la misma efemérides se celebró en Noruega y a la que, por cierto, asistieron ambos juntos, en una de sus últimas apariciones a nivel internacional. Sin embargo, mientras que don Juan Carlos disfrutó de un discreto almuerzo en Zarzuela con algunos de los miembros de su familia, doña Sofía consiguió lo que hasta entonces se antojaba impensable: el regreso de la infanta Cristina a Zarzuela. Ahora, con Iñaki Urdangarin en un régimen de semilibertad, la posibilidad de que el exduque de Palma pueda reencontrarse con su familia política se antoja cada vez más plausible.
Sesenta años de matrimonio no se cumplen todos los días, pero las circunstancias que rodean a los padres de Felipe VI no son las más óptimas. No hay muchos royals en el panorama actual: la reina Isabel y el duque de Edimburgo (que tristemente ya no se encuentra entre nosotros) y Alberto y Paola de Bélgica. Algunos como Margarita de Dinamarca o Beatriz de Holanda ya no podrán celebrar esta fecha importante, mientras que otros, como Harald y Sonia de Noruega están ya muy cerca de cumplirlos, al igual que Constantino y Ana María de Grecia.
El Rey Juan Carlos junto a su hijo en una imagen de archivo / Gtres
Al margen de las circunstancias actuales, que previsiblemente serán mucho mejores el próximo año, lo que está claro es que para don Juan Carlos y doña Sofía no es un aniversario feliz. Mucho menos quizás para el propio Felipe VI, a quien esta fecha tan señalada podría ponerle en una situación delicada. No parece, a tenor de los últimos acontecimientos, que la reina Sofía esté dispuesta a viajar para visitar a su todavía marido -el divorcio para ella nunca ha sido una posibilidad-, y se antoja impensable que se haga una celebración pública por este aniversario, sobre todo cuando el exmonarca está fuera. Otra cosa es que pueda orquestarse algún tipo de evento privado, pero es pronto para conjeturas. Sea como fuere, lo que está claro es que la reina Sofía sigue muy comprometida con el papel que aceptó hace casi seis décadas y, a pesar de las adversidades y otras cuestiones, lo cierto es que no se ha quitado de forma definitiva esa sortija que un día ‘voló’ por el cielo de Lausana para marcar un nuevo comienzo en la historia de la Corona en nuestro país.