CASA REAL BRITÁNICA

El llamativo cinismo de Meghan Markle: de ‘royal’ escondida a ‘celebrity’ expuesta

La duquesa de Sussex comparte detalles de su vida privada en las redes

Antes era muy hermética con todo lo que tuviera que ver con su intimidad

Meghan Markle
Meghan Markle en un acto. (Foto: Gtres)

Cuando los duques de Sussex tomaron la decisión de dar un paso atrás y llevar una vida independiente de la familia real, una de las cosas de las que más se quejaban Meghan Markle y el príncipe Harry era de la falta de privacidad que tenían siendo miembros de La Firma. El hijo menor y la nuera del rey Carlos III se mostraron contrarios a la exposición constante que implica ser miembro de la monarquía y apostaron por una estrategia de silencio y secretismo que se confirmó cuando nació su primer hijo.

No hubo posado a las puertas del hospital, ni siquiera se supo al momento dónde había nacido Archie Harrison. Tampoco se celebró con naturalidad su bautizo, sino que se distribuyeron algunas fotografías oficiales a posteriori.

Meghan Markle

Meghan Markle y el príncipe Harry juntos en Nueva York. (Foto: Gtres)

Una actitud que fue muy criticada en su momento, dado que Harry y Meghan eran figuras públicas y nadie entendía que no quisieran cumplir con los requisitos más sencillos que supone la pertenencia a una familia real. La gente quiere saber de su vida, quiere verlos, quiere información, en definitiva. Ellos no estaban dispuestos.

Un cambio de actitud

Durante un tiempo la pareja se mantuvo firme en estas convicciones y blindaron su privacidad y la de sus hijos, hasta el punto de que incluso emprendieron batallas legales contra los medios por invadir su intimidad. Batallas en las que, por cierto, salieron victoriosos. Precisamente por eso, el giro de guion de la duquesa de Sussex en este último año resulta tan paradójico.

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Meghan Markle y el príncipe Harry juntos en un acto. (Foto: Gtres)

Es cierto que la exposición pública de la pareja ha ido in crescendo en los últimos años, desde la polémica entrevista con Oprah Winfrey a las incendiarias memorias del duque de Sussex, pero ha sido ahora cuando ha llegado a un punto de no retorno.

El vídeo de Meghan y Harry haciendo twerking antes del nacimiento de su hija menor ha supuesto un punto de no retorno. Una imagen que nadie esperaba en un miembro de la familia real -que, por cierto, siguen siendo parte de ella aunque no de la institución- y que muestra una cercanía y una naturalidad excesivas y hasta ridículas.

Desde que Meghan Markle anunciara su regreso a las redes a principios de este año, la actitud de la duquesa ha ido cambiando de manera radical. Atrás han quedado los tiempos en los que no sabíamos nada de su vida o de la de sus hijos, más allá de algunas polémicas que protagonizaban. Ahora la exposición de la familia Sussex es continua, con Meghan como protagonista absoluto.

El príncipe Harry se ha convertido en una especie de actor secundario. Un bufón que le sigue la corriente a su esposa y que no tiene casi entidad propia porque, de hecho, no tiene cuenta en Instagram. Es Meghan Markle la que mueve los hijos de un perfil que nada tiene que ver con la cuenta oficial que tenían en sus tiempos en La Firma o con las actuales del rey Carlos o de los príncipes de Gales.

No se sabe con certeza el motivo por el que Meghan Markle ha pasado del celo excesivo por su vida privada a la exposición máxima, aunque algunas fuentes consideran que se trata de una cuestión económica y de un deseo de volver a su etapa como actriz en la que, por cierto, su popularidad era mucho menor que cuando pasó a ser la novia de Harry.

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