Maialen Chourraut, leyenda del piragüismo y madre contracorriente

Maialen Chourraut se ha colgado la medalla de plata en piragüismo y le da a España su tercera medalla olímpica en Tokio 2020. La palista de Lasarte (Guipuzcoa) logra su tercera medalla en unos Juegos, siendo toda una referencia en el piragüismo y agrandando aún más su leyenda.  Repasamos su excelso palmarés y algunos datos de esta deportista tan laureada y ejemplo de que la maternidad no está reñida con el deporte de élite.

«Vuelvo a tener el sueño olímpico encendido», había manifestado días antes de la competición Maialen Chourraut, la palista nacida en Lasarte en 1983. Bronce en Londres 2012 y oro en Río 2016, la española llegaba a Tokio con ganas de colgarse una nueva medalla olímpica. Insaciable y pese a algunas adversidades -vértigos y algunas lesiones que le impidieron rendir al máximo-, camino de sus 38 años, la palista quería agrandar más su leyenda y ya ha dado a España una nueva medalla en estos Juegos Olímpicos.

Su palmarés está cargado de títulos: fue campeona en el Europeo de Markkleeberg, plata en el Mundial de 2009 y bronce en el de 2011, y otras dos platas en el Europeo de 2014 y 2017. Además, ha sido condecorada con la Real Orden del Mérito, una como medalla de oro en 2016 y la otra como bronce en 2013. En total, doce años sin bajarse del podio.

Su pasión por el piragüismo le llegó muy pronto, con apenas 12 años ingresó en el Club Atlético San Sebastián y enseguida despuntó. Entró en el equipo estatal absoluto cuando aún pertenecía a la categoría junior y en aguas bravas esta mujer se convirtió en toda una leyenda del piragüismo español, responsable de las tres medallas olímpicas para España en la modalidad eslalon.

Una familia olímpica

«El camino hasta aquí ha sido duro, estos Juegos han sido especiales, sin Ane…, estoy deseando coger un avión y darle un beso y volver a casa…», decía Maialen Chourraut sin perder la sonrisa y acariciando la medalla de plata que minutos antes había conquistado en Tokio 2020. En la mente su hija, Ane, de ocho años, su mejor premio, ausente en estos Juegos Olímpicos de Tokio por las restricciones de la organización, y quien ya espera a Maialen, una madre contracorriente, olímpica y ejemplo para el mundo.