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Un ex ministro del Interior confirma los vínculos de Pedro Castillo con el terrorismo: «Puedo dar fe»

«Hubo un documento confiscado en la celda del líder terrorista Abimael Guzmán en la que se lee cómo le da el beneplácito a Pedro Castillo para que sea elegido secretario general del Conare», ha afirmado el exministro del Interior Carlos Basombrío en una entrevista a Perú 21.

“La gente que conoce un poco a ese gremio sabe que su origen y actuación están vinculados con Sendero Luminoso y, además, tiene propuestas radicales para el país. Castillo se presenta como un lobo disfrazado de cordero y nadie lo ha desenmascarado. Como ex ministro, puedo dar fe de que Castillo estaba vinculado con Sendero Luminoso”, dijo Basombrío.

«Esta gente tiene una visión muy primitiva del mundo, choca con toda la institucionalidad democrática del país, por lo que es previsible que traten de acabar con ella. Son mucho más radicales que el chavismo. Si logra sus propósitos, el Perú sería un mundo comunista primitivo, como Corea del Norte, destruiría la economía del país y tendríamos una etapa de enorme inestabilidad. Es una amenaza inmensa para la viabilidad democrática», resume el ex ministro.

Basombrío era el ministro del Interior en 2017 cuando se desplegó una masiva huelga de maestros que exigían mejoras salariales y laborales. En 2017 el entonces presidente de Gobierno del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, fue asediado por el avance de dos columnas de la ultraizquierda que pusieron en jaque a su gobierno: la masiva huelga de maestros que dejó sin clases al país durante 75 días y las marchas del Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales (MOVADEF), el brazo político de Sendero Luminoso que exige la liberación del genocida Guzmán. El objetivo de las protestas era desestabilizar al conservador Kuczynski incendiando las calles, tal como reza el manual de la izquierda chavista.

Pedro Castillo, el denominador común

Entre ambas movilizaciones había un denominador común: un maestro rural de Cajamarca llamado Pedro Castillo Terrones, de 51 años, que lideraba las huelgas estudiantiles y era, al mismo tiempo, bien visto, por Sendero Luminoso. La organización terrorista es responsable junto al Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) del asesinato de más de 69.000 peruanos, según la la Comisión de la Verdad y la Reconciliación. Desde entonces el entorno de Castillo está infestado de personas que operan desde la Batasuna senderista para hacerse con el control sindical de los maestros y desbancar al histórico sindicato Sutep.

La misma opinión que Basombrío la comparte la ONG antiterrorista Waynakuna Perú. «Desde nuestra perspectiva Pedro Castillo, ha sido un instrumento de Sendero Luminoso, desde su elección como dirigente en Cajamarca hasta su paso por la Coordinadora de Bases Regionales Sute. Conare ha estado siempre cerca de él, impulsándolo, formándolo. Su candidatura a la presidencia del Perú no hubiera podido ser posible sin la presencia de los admiradores del pensamiento Gonzalo», afirma la ONG.

Futuros congresistas de Perú Libre como Guillermo Bermejo y Alfredo Pariona aparecen como presuntos participantes en actos terroristas en expedientes de la Dirección contra el Terrorismo de la policía, según ha denunciado ‘El Comercio’. Bermejo está acusado por pertenencia y afiliación a los remanentes de la organización terrorista marxista-leninista-maoísta entre 2008 y 2009.

Castillo, recién investido presidente, ha lanzado todo un aviso sobre las intenciones con el nombramiento de su primer ministro: Guido Bellido, un marxista radical y defensor confeso de los actos del grupo terrorista Sendero Luminoso. El nuevo primer ministro de Perú es un ferviente comunista, que defiende al régimen de Cuba como modelo de democracia.

Perú Libre está también infiltrado de miembros del brazo político del MRTA conocido como ‘Frente Democrático del Pueblo’. Un caso es el de la excongresista María Elena Foronda, que forma parte del equipo asesor de Castillo en temas medioambientales.

Foronda fue sentenciada en 1994 por pertenecer al MRTA, tras haber contratado como asistente a una terrorista administradora de las “cárceles del pueblo”, zulos de tortura en los que el MRTA mantuvo secuestrados a numerosos empresarios y autoridades a quienes se les exigía suculentas sumas de dinero a cambio de su libertad.

Vínculos fraternales con el terrorismo

Los vínculos fraternales de Castillo con el MRTA no acaban allí: Peter Cárdenas Schulte, el ex número 2 de la organización terrorista y que vive en el extranjero, dijo que si Pedro Castillo ganaba las elecciones, «podría volver a Lima».

Keiko Fujimori se lo recordó en campaña: “Es él [Castillo] quien tiene miembros del MOVADEF, es él quien tiene congresistas con procesos con vinculación a Sendero Luminoso, entonces, por favor, un poquito más de respeto”. Castillo se defendió negando aunque sin pruebas sus vínculos con el terrorismo: “Basta de falsedades, de adjetivar a personas de abajo”.

Para José Luis Gil, exintegrante del Grupo Especial de Inteligencia de la Policía (GEIN), “este descarado apoyo a Castillo no es espontáneo. Van a seguir apareciendo criminales de izquierda porque sueñan con tener el poder que no lograron por la fuerza desde 1980 hasta 1995 con el objetivo de cambiar el sistema, destruir el país e instaurar un modelo socialista como el de Nicolás Maduro en Venezuela empezando por un cambio de Constitución”, afirmó al periódico Gestión.

El oscuro objeto de deseo de las marcas blancas del terrorismo en Perú es que Castillo decrete una amnistía general que deje en libertad a los terroristas que ellos consideran luchadores sociales o presos políticos.

Recordemos que el líder de Perú Libre también se ofreció a indultar a Antauro Humala [hermano menor del expresidente peruano Ollanta Humala], que purga prisión por el asesinato a sangre fría de cuatro policías.

Castillo está muy lejos de ser ese maestro humilde ante el cual parece hincarse de hinojos la prensa española describiéndolo como un ejemplar marido que vive con su esposa evangélica y sus tres hijos, «y que cuando no está haciendo política, ayuda en múltiples tareas en la casa familiar: ordeñando vacas, buscando follajes para sus animales, arando la tierra y compartiendo tiempo libre con sus compañeros», como presumió en ABC.

En su mochila política de Castillo pesa como un losa la foto del ex líder de su partido, Vladimir Cerrón, embobado con Maduro en un viaje de bautismo político a Caracas en 2019. Cerrón hoy está en la cárcel por un macro caso de corrupción que salpicó a toda la cúpula de Perú Libre tras más de veinte investigaciones por delitos de corrupción y lavado de dinero. Cuando le preguntaron si Venezuela estaba en manos de una dictadura, Castillo eludió la respuesta. «No voy a solucionar los problemas de Venezuela. No voy a responder».

Su ideario totalitario lo redujo a una sola frase: «El Estado tiene que controlar a la población, al mercado». Pese a que se ha pasado la campaña repitiendo que «no somos comunistas, no somos chavistas, no somos terroristas”, la mano que le sostiene el lápiz a Castillo no es otra que la del sátrapa Nicolás Maduro.