Internacional

Glasgow se une a las marchas convocadas en todo el mundo para exigir justicia climática

Miles de personas han reclamado este sábado justicia climática y social a orillas de la COP26 de Glasgow, en vísperas de que la cumbre de la ONU entre en su recta final en busca de un pacto que evite que las temperaturas suban más de 1,5 ºC a final de siglo.

«Aquí estamos todos marchando no sólo por nosotros: por los animales, por el mundo vegetal, por todo lo espiritual. Las estrellas acompañan hoy este camino. No hay fronteras, no hay religiones, no hay colores. Somos todos una gran familia, la familia humana», ha declarado el mapuche chileno Calfín Lafkenche al inicio de la marcha.

Bajo una intensa lluvia con golpes de viento que fue amaninando durante el día, hasta 100.000 personas, según los colectivos convocantes del Día Global de la Justicia Climática, cifra no confirmada por la policía, han participado en la marcha.

La protesta ha arrancado en Kelvingrove Park a las 12:00 hora local hora GMT), en las proximidades del recinto donde se celebra la COP26, y ha atravesado Glasgow para terminar en el parque de Glasgow Green. En paralelo, el activismo climático había convocado este mismo sábado réplicas de la protesta en 200 puntos del mundo, desde Seul a Río de Janeiro, pasando por Manila, México DF, Lisboa, Los Ángeles o Nairobi.

Entre gaitas, trompetas y batucadas, pero también paraguas y mascarillas sanitarias, la gran marcha del clima se ha desarrollado en un ambiente festivo y familiar con aroma altermundista y mensajes contra el capitalismo, el consumo de carne, la energía nuclear o a favor de los refugiados políticos.

Los organizadores han querido ceder el protagonismo a los «pueblos originarios», como símbolo global del activismo climático. «El indigenismo es el clima. Los pueblos indígenas son la naturaleza, son los espacios, los que protegemos que todo el mundo respire. No hay otra alternativa. Somos naturaleza. Estamos teniendo un pequeño reconocimiento pero falta aún mucho camino por recorrer».

«Seguro que los dinosaurios también pensaban que les quedaba tiempo», «Basta de excusas», «No podemos beber dinero», «No hay planeta B» o «Salvemos nuestro futuro» son algunos de los eslóganes que han podido verse en la gran movilización social de la COP26 entre banderas escocesas, tibetanas o palestinas donde los mensajes han trascendido al ecologismo y reivindicaban desde equidad social hasta la paz en Sudán.

Según el último informe de Naciones Unidas actualizado con los nuevos compromisos de 14 países, las emisiones globales de CO2 van camino de crecer un 13,7 % para 2030 respecto a 2010 en lugar de caer un 50 % como deberían si se quiere mantener el objetivo de 1,5 ºC.

Esta misma semana, la organización científica Global Carbon Budget señaló que las emisiones de dióxido de carbono repuntarán en 2021 cerca de los niveles previos a la pandemia de coronavirus, tras experimentar un descenso del 5,4% en 2020.