Internacional

Erdogan eterno: gana las elecciones en Turquía y estará 25 años en el poder

  • María Ruiz
  • Portadista. Especialista en 'breaking news' y noticias de nacional, sociedad e internacional.

Erdogan parece el presidente eterno en Turquía: escrutado el 98% de las urnas en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, gana con el 52% de los votos, frente al 48% de Kemal Kiliçdaroglu, según los datos no oficiales de la agencia estatal turca de noticias Anadolu.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan gobernará, pues cinco años más, con lo que estará 25 en el poder. Revalidará su título de presidente más años gobernando desde el nacimiento de la nueva patria turca.

La primera vuelta le dio ciertas esperanzas al socialdemócrata laico Kemal Kiliçdaroglu, pero el recuento final ha sido definitivo: el islamoconservador Erdogan será de nuevo la cara visible de un país de una extraordinaria importancia geoestratégica y política.

Es de esperar que el continuismo sea la línea imperante en la política del presidente de Turquía, un país que se enfrenta a las siguientes claves esta legislatura:

Lazos entre Turquía y Rusia

Erdogan ha provocado en multitud de ocasiones el rechazo de sus socios occidentales al seguir manteniendo estrechos lazos con Rusia mientras continúa su brutal embestida contra Ucrania, y ha causado dificultades a los planes de expansión de la OTAN al paralizar el ingreso de Finlandia y Suecia en la alianza. El presidente ruso, Vladímir Putin, aprovechó la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái en 2022 para mostrarle a Occidente que la energía rusa era aún poderosa en el mundo y anunció frente al presidente turco que ambos países seguirían trabajando juntos en la construcción de la central nuclear de Akkuyu. Hoy, la construcción de esa central, con la que coopera Rusia, continúa según lo planeado después del fuerte terremoto que sacudió Turquía en febrero pasado.

Relevancia geoestratégica del Bósforo

El estrecho del Bósforo, que conecta el Mediterráneo con el Mar Negro, Europa con Asía, lo controla Turquía, que, aunque es miembro de la OTAN, tiene muchos compromisos adquiridos con Rusia. La regulación del estrecho permite a Turquía, en tiempos de paz, el paso de navíos militares de menos de 15.000 toneladas, exigiendo 15 días de preaviso y estableciendo un límite en número y tamaño a los barcos de países no ribereños, cuya estancia no puede superar, además, los 21 días. Estas limitaciones impiden el envío de portaviones de países de la OTAN al Mar Negro, al superar todos ellos el máximo de peso establecido.

En tiempos de guerra, sin embargo, la aplicación del tratado depende de la posición que Turquía adopte ante el conflicto. Como hizo durante la Segunda Guerra Mundial, Erdogan cerró finalmente el estrecho del Bósforo y el de Dardanelos a los navíos militares involucrados en la guerra en Ucrania, excepto para retornar a su base de origen. Pero lo hizo tras muchas presiones de la OTAN, porque durante los primeros días de la invasión rusa, permitió el paso de barcos rusos, lo que indignó a sus aliados occidentales.

Intervencionismo en Siria y Libia

La Turquía de Erdogan ha intervenido en Siria apoyando a grupos islamistas opositores al régimen de Bachar Al Asad; ha intervenido también en la guerra civil en Libia, donde apoyó al Ejecutivo reconocido por la ONU frente a tropas rebeldes respaldadas por Rusia o Egipto. Ha apoyado también a Catar ante el bloqueo impuesto por Arabia Saudí.

El conflicto entre Turquía y Siria referido a la actual confrontación tanto bélica como diplomática comenzó en 2012 entre ambos países a raíz de la posición del Gobierno turco en el marco de la Guerra Civil Siria. El presidente sirio, Bashar Al Assad, acusó a Turquía de apoyar a grupos terroristas (refiriéndose a los rebeldes sirios) mediante el suministro de armas y dinero, así como de haberse entrometido en asuntos internos de Siria. El gobierno de Erdogan respondió acusando al sirio de violar los derechos humanos de su pueblo al atacar a civiles indefensos.

Alza del nacionalismo y economía

En la Turquía actual hay una creciente oposición nacionalista, con varios partidos que le quitan votos al aliado de Erdogan del ala dura de la derecha, el Partido del Movimiento Nacionalista (MHP). Este nacionalismo turco bebe de la penosa situación de la economía turca, inmersa en una profunda crisis, con una inflación descontrolada de dos dígitos y unos precios de los alimentos disparados. Pero esta baza no la tiene por completo el líder opositor porque el AKP del presidente ha movilizado a sus bases, a las que ha insuflado la idea de que sus vidas han mejorado enormemente en estos 20 años.

Fronteras de la UE

Básicamente, este aspecto afecta a Siria, la zona que más iba a notar notará la victoria de  Erdogan o Kilicdaroglu. Turquía ha sido uno de los principales apoyos a las fuerzas rebeldes contra el régimen de Bashar al Asad. Con la victoria de Erdogan el resultado más probable es un mantenimiento del statu quo actual por el que Turquía ocupa militarmente un 10% del territorio de Siria. El partido de Kilicdaroglu se oponía casi por completo a la participación turca en una operación en Siria porque lo considera un proyecto personal de Erdogan.

El futuro de la OTAN

El Gobierno turco mantiene bloqueada desde hace meses la adhesión a la OTAN de Suecia, como lo hizo también con Finlandia. Ambos países pidieron acelerar el proceso de adhesión tras la invasión rusa de Ucrania ante el temor de resultar perjudicados por el conflicto bélico. La excusa del Ejecutivo turco para bloquear la admisión de Suecia es que la acusa de dar «protección a terroristas» kurdos y a la cofradía religiosa que Erdogan considera que está detrás del golpe de Estado fallido de 2016.

Se prevé que tras las elecciones del domingo el bloqueo a Suecia se resolverá, ya que Erdogan no pretende alargar más un conflicto bastante artificial y además se beneficiaría si levanta el veto.

A pesar de todo, habría un hándicap que seguiría cerrando el paso a la integración de Suecia en la OTAN: el deseo de Ankara de mediar en unas conversaciones de paz para un armisticio entre Rusia y Ucrania podría alargar el proceso, ya que Rusia exige que el país nórdico no ingrese en la OTAN. Turquía ha jugado a dos bandas porque ha dotado de drones Bayraktar a Kiev, pero a la vez se ha convertido en la vía principal de Moscú para evadir las sanciones occidentales.