España
Violencia en las calles

El vandalismo toma Barcelona por segunda noche consecutiva: 30 detenidos por peleas y saqueos

Barcelona vive inmersa en un escenario de caos. Por segunda noche consecutiva, miles de jóvenes se han echado a las calles para festejar con macrobotellones las fiestas de La Mercé, en unas concentraciones que han terminado de nuevo con peleas multitudinarias, destrucción de mobiliario, quema de vehículos y enfrentamientos con la policía. Varios restaurantes y chiringuitos fueron saqueados. Se han registrado cerca de medio centenar de heridos y 30 detenidos.

De nada ha servido que los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana de Barcelona blindasen desde primera hora de la tarde del sábado la Plaza de España, epicentro de los disturbios en la madrugada del viernes. Las concentraciones de jóvenes buscaron un nuevo emplazamiento en la zona de playas para eludir la vigilancia policial. Miles de personas acudieron a la cita, que terminó como esperaban las propias fuerzas del orden: con otra noche de caos, robos con violencia, peleas, agresiones y destrucción.

Tal y como ha quedado reflejado en los registros de actuación de Mossos, la noche se ha saldado con un total de 39 personas heridas, de las que 16 requirieron traslado a un centro hospitalario. Sin embargo, fuentes del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) advierten que ese número puede ser mayor, cercano al medio centenar de personas heridas.

Mientras tanto, el Ayuntamiento de Barcelona, gobernado por Ada Colau, se muestra incapaz de frenar la situación de inseguridad que reina en la ciudad. La alcaldesa se ha reunido con mandos de la Guardia Urbana este domingo para analizar lo sucedido, después de que ayer mostrase su indignación por las escenas de violencia vividas en la noche del viernes. Pese a sus llamamientos a la calma, Barcelona ha reeditado esas mismas escenas una noche más.

Por otra parte, el teniente alcalde Albert Batlle, responsable del área de Seguridad, ha comparecido ante los medios para detallar la destrucción cometida por las hordas de individuos que han campado a sus anchas por toda la ciudad. Entre los negocios atacados hay dos restaurantes, que fueron saqueados por la turba, y un local comercial situado en la Villa Olímpica.

Además, también han resultado quemados varios vehículos por toda la ciudad, incluido uno que sería presuntamente una unidad de policía secreta que fue identificada por los vándalos en una zona próxima a donde se registraron los disturbios.