Sánchez quiere regatear a Casado mandando a Lesmes al TC para poner un presidente ‘ad hoc’ en el CGPJ

Carlos Lesmes
Carlos Lesmes, presidente del CGPJ (Foto: EFE)
Carlos Cuesta

El PSOE no acepta el “no” del PP a la renovación del Poder Judicial y está dispuesto a desestabilizar más el órgano de Gobierno de los jueces con el único propósito de intentar forzar al principal partido de la oposición a tener que aceptar su imposición de vocales. El último plan de los hombres de Pedro Sánchez pasa por ofrecer a Carlos Lesmes, actual presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), una salida cómoda en el Tribunal Constitucional.

De ese modo, y en caso de que las tentaciones llegasen a contentar a Lesmes, el deseo de abandono del CGPJ y del Tribunal Supremo afectarían directamente a su cabeza y presidente, con lo que los socialistas esperan incrementar la crisis del Poder Judicial y la presión sobre el PP para que dé el brazo a torcer. Hoy por hoy, Casado ha dejado claro que no habrá renovación del Poder Judicial sin un cambio previo del sistema de elección de los miembros de forma que se acabe con la politización de este organismo.

Los socialistas no aceptan el rechazo de los populares a una renovación del CGPJ. La estrategia de Sánchez se basa en el incremento de la presión sobre Pablo Casado para intentar que ceda y permita a los sociocomunistas controlar la Justicia. Y está dispuesto a todo para forzarlo.

Carlos Lesmes tiene que buscar una salida judicial tras su paso por la Presidencia del CGPJ y el Tribunal Supremo. Y es ahí donde los equipos de Sánchez han visto una oportunidad: en tentar a Lesmes ofreciéndole acomodo sin problema en el Tribunal Constitucional con tal de que presione para cerrar el pacto en el CGPJ y muestre su deseo de salir de su actual cargo.

Traducido: el PSOE quiere que Lesmes se sume a la estrategia de presiones al PP para intentar forzarle y doblar el pulso a Pablo Casado. Porque sin Lesmes, el CGPJ debería buscar nuevo presidente y sin su respaldo a la continuidad del organismo la crisis institucional se agravaría.

Por el momento la determinación de Pablo Casado es clara: no va a entregar un cheque en blanco al Partido Socialista en la renovación del Poder Judicial.

El líder del PP está dispuesto a aceptar una negociación sobre la renovación de los miembros del Tribunal Constitucional debido a que el calendario exige esos nombramientos. Pero eso no implicará que los miembros del Consejo General del Poder Judicial sean pactados con el PSOE si Pedro Sánchez no acepta previamente una despolitización de todos esos cargos. Y el PP exige en ese punto una modificación completa del sistema de designación de los cargos que comandan la profesión judicial.

Casado quiere que el modelo retorne a la esencia constitucional, donde la mayoría de esos cargos era determinada por los propios jueces.
 De este modo, tal y como adelantó OKDIARIO, la renovación de los cargos del Poder Judicial se puede convertir en otro más de los choques entre Pedro Sánchez y Pablo Casado.

Pero eso no le vale a Sánchez: él quiere el control de la Justicia. Él y su socio de Gobierno: Pablo Iglesias, atrapado en estos momentos en un dudoso futuro judicial.

Como ya ha publicado este diario, Iglesias ha exigido oficialmente a Pedro Sánchez un cambio urgente de los miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) con el fin de introducir afines a la formación morada y poder interferir, de este modo, en la causa abierta por la ‘caja B’ de Podemos.

Iglesias sabe que los hombres de Pablo Casado disfrutan de una mayoría de bloqueo que puede impedir la entrada de nuevos vocales en el CGPJ. Pero Podemos ha elevado la apuesta ante el nerviosismo reinante en sus filas por el avance del caso que apunta a una ‘contabilidad B’ dentro del partido, tal y como ha denunciado ya el ex responsable jurídico de la formación morada, José Manuel Calvente.

Por todo ello, el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, ha pedido al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que haga todo lo posible por intentar convencer a los populares como sea, con el único fin de intentar controlar y manipular ese proceso judicial en el que el propio partido morado se encuentra ya imputado.

Podemos, de hecho, puso ya en marcha a mediados de agosto una campaña de ataques para desacreditar al titular del Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid, Juan José Escalonilla, que investiga la corrupción del partido que dirige Pablo Iglesias.

Tras tomar declaración al abogado José Manuel Calvente (al que Podemos despidió con una falsa acusación de acoso sexual para intentar silenciarle, como ha acreditado la Justicia), el juez decidió imputar a Podemos como persona jurídica; al responsable de sus campañas electorales, Juanma del Olmo; al tesorero Daniel Frutos y a la gerente del partido, Rocío Val.

Y ese caso será difícil de sortear por Iglesias. Por eso quiere el control de la Justicia. Y por eso igualmente Sánchez ha recibido ya su petición de forzar como sea la renovación de cargos en el CGPJ.

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