OKDIARIO reconcilia a Zaplana y Camps: «Nos criminalizaron porque no podían ganarnos en las urnas»
No podíamos haber elegido un escenario mejor para juntar a Eduardo Zaplana y Francisco Camps: un restaurante en la Avenida de la Pau (paz, en valenciano) de la capital del Turia, muy cerca del Palacio de la Generalitat. Desde 2003, en el que los dos ex presidentes de la Generalitat rompieron sus relaciones, Zaplana y Camps nunca se habían encontrado sentados en torno a una misma mesa.
OKDIARIO ha propiciado ese reencuentro después de 18 años de ruptura. Durante todo ese tiempo, la gestión de los populares valencianos siempre ha discurrido entre dos corrientes políticas: los zaplanistas y los campistas. Y, a veces, el enfrentamiento superaba lo tolerable dentro de un mismo partido.
Durante tres horas de conversación, los ex dirigentes del PP hablan de todo: gestión política, modernización de la Comunidad Valenciana, corrupción, persecución desde la izquierda, fuego amigo… Únicamente se reprimen a la hora de hablar de sus casos judiciales por recomendación de sus letrados. Ambos ex presidentes, que acumularon cinco legislaturas con mayoría absoluta en las Cortes Valencianas -dos de Zaplana y tres de Camps- suscriben el mismo mensaje: “Los socialistas y la izquierda en general nos criminalizaron porque no nos podían ganar ni en la gestión ni en las urnas. Tampoco desde las ideas. La imagen que se ha querido transmitir es tramposa”.
Zaplana y Camps, aparcan las diferencias personales y políticas que han arrastrado durante años y se estrechan las manos en el restaurante Entrevins de la Avenida de la Pau de Valencia. Se trata de un punto de partida para unas nuevas relaciones con OKDIARIO de testigo.
Por qué ahora
¿Y por qué ahora la reconciliación? ¿Qué les ha motivado para tener este encuentro? Es una de las preguntas obligadas para el periodista. Pero, por lo que se evidencia, no es tan apremiante para los entrevistados. “La culpa es tuya. Tú nos has convocado”, contesta Camps, refiriéndose al periodista que ha logrado juntarlos.
Zaplana asiente con la cabeza y prefiere no entrar en más detalles: “Tú nos has llamado y convencido”. Los dos pretenden pasar de puntillas, pero reconocen la importancia del encuentro que, sin duda alguna, va a provocar una gran sorpresa entre sus seguidores.
Zaplana así lo considera: “Seguro que alguno hará chistes y frivolizará sobre este encuentro, pero eso es fruto de la imposibilidad de entrar en el fondo de lo que estamos diciendo”.
Ruptura de relaciones
Ninguno de los dos se muestra muy comunicativo sobre otro tema pendiente por aclarar: ¿Por qué se rompió la relación entre ellos?
Camps: “No lo sé. Nunca lo sabré”.
Zaplana: “Ahí es mejor no entrar. Tendremos cada uno nuestra versión. Prefiero hablar del presente”.
Y Camps retoma el asunto: “Yo nunca lo sabré. Pero habrás visto que hace siglos que no nos vemos y cómo muestro el cariño y el respeto que le tengo. Nunca nadie, jamás, nadie me habrá oído decir nada contra él. Cuando me decían en el Parlamento: ‘Zaplana …’. Yo decía: ‘Para que me entiendan todos: suscribo lo que hizo el presidente Zaplana de la A a la Z, que es la inicial de su apellido. ¿Lo entienden?’. Y así varias veces.
Zaplana se manifiesta en la misma línea: “Paco, yo estoy seguro de que has hecho una gestión honrada. Como ha sido nuestra gestión en todos los años que hemos estado al frente del Gobierno. Mira que tú y yo hemos discutido y nos hemos llevado mal. Yo he podido discrepar contigo, pero cuando alguien me ha preguntado sobre ti: ‘¿Pero es honrado?’ siempre he contestado: ‘Sí. Seguro que sí. Se ve y se nota’. Ésa ha sido siempre y es mi percepción”.
OKDIARIO: ¿Y no pondrá este encuentro nervioso a más de uno?
Zaplana: “No. Eso no lo creo”.
OKDIARIO: ¿Podríamos convenir que ustedes han sido los presidentes autonómicos más perseguidos, espiados y machacados por los socialistas y el resto de la izquierda?
Camps se adelanta a Zaplana: “Ya te digo. Se nos ha demonizado y convertido en delincuentes pasa justificar nuestro hostigamiento y persecución. No tiene otra explicación. El que me hayan convertido en un tipo sin capacidad y entidad ha servido para ser apaleado sin provocar el más mínimo sufrimiento en quien me apaleaba. Para poder dispararme sin ningún tipo de consideración. Con Eduardo ha ocurrido lo mismo”.
Zaplana lo secunda: “Sabían que con la gestión no nos habrían ganado nunca. Pero sería imposible relatar en esta comida todo lo que llegamos a conseguir. La transformación fue espectacular. Por eso, recurrieron a una oposición patética: Julio Iglesias, Terra Mítica, Fórmula I y otros asuntos. Pero de eso no hay que culpabilizar sólo a la izquierda. Eso ha sido apoyado e impulsado por actitudes incomprensibles de otros”.
“Así es -continúa Camps- Os voy a dar una clave que ocurrió hace unas semanas. En el 25 Aniversario del Consejo Consultivo, Joan Lerma comenta: ‘Si no le llegan a hacer a Paco lo que le hicieron, seguiría siendo presidente de la Generalitat’. Hubo un momento mágico en 1995. Bueno, creo que en 1991 -para ser justos- porque Rita cambió la visión del Gobierno de la derecha cuando llegó a la Alcaldía”.
– Zaplana: “Sobre todo, cuando ganó Rita, se evidenciaba la posibilidad de que se podía ganar la Generalitat”.
Las manos negras
Camps sigue con su discurso: “Pero, en 1995, a escala autonómica se cambia la percepción de la Comunidad Valenciana y fuera de Valencia a favor de Zaplana. Yo luego tuve la habilidad y la suerte de extender aquello que se había comenzado con Zaplana. Si no lo rompen, el PP seguiría gobernando. Yo o el que hubiera venido luego. Se había creado un halo”.
“Pero había que romperlo -señala Zaplana- y no desde las urnas ni desde el discurso político. Tenían que hacerlo al margen del éxito electoral. En esta tierra en ninguna elección democrática había ganado la derecha ni en los años de la República”.
Y el ex presidente valenciano retoma su argumento: “Decir que nosotros hemos sido una impostura, después de los resultados de las elecciones generales, autonómicas, municipales en la Comunidad Valenciana en las que siempre nos votaba el pueblo, es llamar imbécil a la gente. Es insultar a la gente. Y lo más grave, es el daño que hacen a las instituciones que tanto nos ha costado recuperar, generalizando. Eso es muy malo para nuestra tierra y también lo es para España”.
Pero ambos saben o intuyen que nunca podrán olvidarse del fuego amigo, de la gente de su entorno político o de su propio partido que públicamente o subterráneamente cargaron contra los dos. Zaplana toma la palabra: “Siempre pensamos en la izquierda, pero no se pueden olvidar los ataques enfermizos de algunos medios de comunicación y el fuego amigo, el de los nuestros. Tras dejar la responsabilidad del poder sucedía que se temía más por lo que decían algunos de los nuestros que por los ataques de los rivales”.
Dolido con algunos compañeros de partido
Camps también se siente dolido por el comportamiento de algunos compañeros de su partido: “La conversación con Rajoy el día en que dimito no me auguró nada bueno. Después nos encontramos con situaciones dolorosas: cómo mi partido vota para Síndico de Agravios a alguien que había sido el azote de nuestro partido”.
Zaplana sentencia: “No creía en las manos negras, pero algunas debe de haber”.
Camps: “Nos han abierto comisiones de investigación cuando ya estábamos en la oposición. Yo siempre he creído que esas comisiones se abren para los gobiernos que están gobernando. Toda la izquierda ha malgastado ese sistema parlamentario”.
Zaplana y Camps (que antes de ser presidente fue consejero de Educación y Cultura de su predecesor), aprovechan el encuentro para reivindicar su gestión al frente de la Generalitat valenciana, sobre todo por los datos y cifras que se traslucen tras la gestión de ambos.
Camps: “La Comunidad crecía más que el resto de España”.
Zaplana: “Y la mitad del empleo se creaba aquí. Ejercía la autonomía rompiendo el esquema de los nacionalistas y de la izquierda. Los vascos y los catalanes venían aquí a vernos con envidia. Ahora tenemos lo que nos merecemos.
Camps: “La autovía y el AVE a Madrid fueron construidos gracias al Partido Popular y al Gobierno de Zaplana. Nos podrán contar lo que quieran. Yo fui acabando lo que él empezó en 1995, lo que él puso en marcha. Pero cuando me fui todo acabó. Cero de autopistas y cero de infraestructuras.
Orgulloso de su pasado
Zaplana: “Había que destruir a la Comunidad en todos los órdenes. Y para ello también nos tenían que destruir a quienes la habíamos realizado una gestión de progreso.
Camps: “Conseguimos colocar a Valencia en un lugar extraordinario. Hemos pasado de ser capitalidad a aldea con los socialistas. La primera vez que se impuso un proyecto de turismo como industria estratégica lo hizo Zaplana y yo lo seguí. Modernizamos el turismo y lo convertimos en una gran industria de la Comunidad. Con accesos, con infraestructuras. Con equipamientos. Y con una ley de rehabilitación de hoteles en toda la Comunidad”.
Según los ex presidentes, en esas cuatro décadas de gestión política se produjo la modernización y el desarrollo de la región levantina. Camps fue durante dos legislativas candidato número uno al Congreso de los Diputados por Valencia, en las elecciones de 1996 y 2000, las dos ganadas por Aznar. En esos años Zaplana era presidente de la Generalidad, hasta que saltó desde Valencia a Madrid en julio de 2002 como ministro de Trabajo y Asuntos Sociales.
Camps dice sentirse orgulloso de su paso por la Presidencia de la Generalitat: “Durante mi mandato el presupuesto autonómico pasó de 11.300 millones de euros a 16.000 millones y en el ejercicio 2006 tuvimos un superávit superior a 138 millones. Puig acumula ahora un déficit presupuestario de más de 10.000 millones. Los gastos sociales de mi Gobierno suponían un 90% de los presupuestos. Con Zaplana y conmigo el personal sanitario se duplicó. En mi último año la cifra de sanitarios ascendía a 60.097. Hoy son menos. Construimos 13 hospitales. El PSOE en cinco años: cero. También creamos 845 centros de salud. Por eso me siento orgulloso de mi labor”.
Zaplana: “Fuimos nosotros quien reivindicamos la figura de García Berlanga construyendo en Alicante los estudios de cine más importantes de Europa: la Ciudad de la Luz. Y lo nombramos miembro del Consejo valenciano de cultura. Creamos los premios Miguel Hernández y reivindicamos la figura de Max Aub”.
Camps: “Y este señor crea la Universidad de Elche y le pone el nombre de Miguel Hernández. Zapatero presenta un recurso en el Constitucional contra la puesta en marcha de la Universidad y lo pierde. Creamos una Fundación Miguel Hernández, el poeta que tanto utilizaba la izquierda, pero por el que nunca hizo nada. La gente ahora se olvida de eso. Creamos la Ciudad de las Artes y de las Ciencias. La izquierda tenía otro proyecto, el de las Ciencias, pero se le había olvidado el de las Artes, que nosotros reivindicamos. Llegó a superar en visitantes al Museo del Prado, la Alhambra y la Sagrada Familia. Ahora es el segundo. Y el Oceanográfico es el más importante de Europa”.
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