España
Congreso de los Diputados

Odón Elorza llama «franquistas» a PP y Vox, lo mismo que hizo con Gregorio Ordóñez

¿A qué se arriesgan Elorza y Pita por romper la disciplina de voto en el Congreso?

El diputado del PSOE, Odón Elorza, ha defendido la presencia de EH Bildu en el Congreso de los Diputados asegurando que «ETA ya no existe» y que «aquí no hay terroristas», para a continuación llamar «franquistas» a los miembros del PP y Vox. El mismo calificativo que usó el propio Elorza contra Gregorio Ordóñez cuando ambos rivalizaban en el Ayuntamiento de San Sebastián. Al concejal donostiarra del PP le asesinó en 1995 el sanguinario etarra Txapote, el mismo que mató de dos tiros en la nuca a Miguel Ángel Blanco.

Llamar franquista a alguien en el País Vasco en los años 80 era poco menos que ponerle en una diana. Y eso, como refleja la hemeroteca, fue lo que hizo Elorza con Ordóñez. El Diario Vasco publicó el 20 de julio de 1988 una carta titulada «a mi querido amigo Odón Elorza», en la que recordaba cómo el entonces aún diputado en el Parlamento vasco (Elorza alcanzaría la alcaldía de San Sebastián en 1991) le llamaba «reaccionario franquista y opresor de barrios obreros».

«Casi cometo la torpeza de contestarte al mismo nivel rastrero que tú demuestras», le recuerda Ordóñez a Elorza en su réplica. «Me coges en un momento en que estoy tremendamente cansado de esta política de alpargatas, de calumnias y mentiras, y de usar como único argumento el insulto. En nuestro Ayuntamiento importa muy poco el trabajo que desarrolles o la iniciativa que se proponga. Basta con no comulgar con unas siglas para ser objeto de todo tipo de desacreditaciones».

Carta de Gregorio Ordoñez publicada en 1988.

Elorza utilizó en aquella ocasión el apelativo de «reaccionario franquista» para acusar a Ordóñez de que había dejado fuera de un mapa turístico al barrio de Alza (San Sebastián). En aquel momento, Ordóñez era concejal delegado de Turismo de ciudad.

Asesinado mientras comía

El 23 de enero de 1995, meses antes de unas elecciones municipales en las que Ordóñez se iba a enfrentar a Elorza por la alcaldía de San Sebastián, el candidato y otros miembros de su equipo -entre ellos María San Gil- comían en el bar La Cepa de la zona vieja de la ciudad, una zona que solía frecuentar el político del PP.

Mientras almorzaban, un encapuchado se acercó hasta Ordóñez y le puso una pistola en la cabeza. La propia San Gil confesaría más tarde que en un primer momento pensó que se trataba de una broma, pero entonces sonó el sonido seco del disparo. Uno solo, no hubo remate, porque la bala atravesó de lado a lado la sien de Ordóñez.

El asesino huyó a la carrera. El comando, como determinaría posteriormente la investigación policial, estaba formado por los etarras Valentín Lasarte, Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote, y Juan Ramón Carazatorre, Zapata. El primero está libre, el segundo fue acercado por Marlaska de Huelva a Estremera -donde cumple condena junto a su pareja sentimental, Irantzu Gallastegi-.

Elorza recupera el «franquistas»

Este mismo miércoles, 33 años más tarde y en el Congreso de los Diputados, Elorza ha recuperado el apelativo de «franquistas» contra PP y Vox. Lo ha usado en medio de su alegato en defensa del apoyo de EH Bildu a los Presupuestos de Sánchez.

«Ya está bien, dejen de utilizar a las víctimas del terrorismo que son de todos para atacar al Gobierno de izquierdas y a los presupuestos. No sean tan miserables, dejen ya en paz el terrorismo de ETA. ¡ETA desapareció, aquí no hay terroristas!», gritó ante el Hemiciclo el diputado socialista.

Instantes antes había recordado los detalles de asesinatos de ETA contra miembros del PSOE que él mismo había vivido muy de cerca. Su discurso, aplaudido por todos los socios del Gobierno y especialmente por los diputados de EH Bildu, terminó con un ataque contra la bancada de la oposición. Tras insistir en que «aquí no hay terroristas», Elorza aseguró que «lo que sí hay es franquistas, y unas derechas de vocación golpista». Un término que, como demuestra la hemeroteca, ya empleó contra Gregorio Ordóñez en 1988.