Rajoy deja KO a una oposición ‘de vacaciones’ y pide que Iglesias aclare el dinero «de Irán y Venezuela»

• Luz Sela
• Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.
• • 30/08/2017 14:57
  • Actualizado: 30/08/2017 15:31

«Puede ser un revolcón para la oposición», presagiaban fuentes del Gobierno hace unos días. Y efectivamente. Mariano Rajoy trazó para este miércoles la hábil estrategia de dar la vuelta a una intervención solicitada con inquina por la oposición y la convirtió en un reproche directo a la Cámara.

Primero, por haberse puesto de acuerdo para pedir explicaciones al Gobierno por un asunto de hace más de 20 años, olvidando cuáles son las prioridades. Rajoy las enumeró con celo: unidad contra el terrorismo, recuperación económica y frente común contra el desafío independentista. El jefe del Ejecutivo dio a su intervención el tono de sentido de Estado que, acusan desde su bancada, falla al resto del hemiciclo. Y en un momento crítico, con el órdago separatista.

«Debemos ser conscientes de la gravedad del desafío que supone la voluntad de algunos de liquidar nuestra unidad nacional y nuestra convivencia de manera unilateral», abroncó en una intervención severa.

El presidente del Gobierno se quejó de que en la oposición «hay gente que tiene el afán de poner zancadillas» y que «para algunos, su hábitat natural es la desgracia de los demás». «Pero son gajes del oficio», remachó.

Más aún, el presidente resolvió con ironía que otros partidos le pidan explicaciones y se mostró sorprendido «de que haya algunos intervinientes que digan que el PP tiene más corrupción que otros partidos políticos».

«A mí me importa si un partido se ha financiado con dinero de Venezuela e Irán», le espetó a Iglesias, haciendo alusión a la información revelada por OKDIARIO- según la cual el líder podemita habría recibido un pago de 272.325 dólares del Gobierno venezolano en una cuenta a su nombre en el banco Euro Pacific del paraíso fiscal de Islas Granadinas.

Rajoy instó a abrir también una investigación sobre el caso destapado por este diario y señaló, contrariado, a la «confabulación» de las fuerzas parlamentarias para que la financiación de Podemos no se investigue.

Las críticas fueron secundadas después por el portavoz parlamentario del PP, Rafael Hernando, quien también exigió a Iglesias saber dónde fue a parar el dinero que recibió Iglesias o Juan Carlos Monedero desde Venezuela antes de montar Podemos, además de acusar al líder del partido morado de «pagar cantidades miserables» a sus colaboradores en televisión.

Contra los socialistas centró el presidente sus más áridos ataques. Y sobre todo, contra Margarita Robles, la portavoz parlamentaria del PSOE que este miércoles se estrenaba en una intervención directa desde la tribuna.

La acusó de tener una doble vara de medir, y no pedir las mismas responsabilidades a Podemos que al PP por sus casos de corrupción. Pero el debate más encendido lo motivó el caso Lasa y Zabala, que Rajoy rescató para preguntarse por «cuando liquidamos la presunción de inocencia».

El presidente del Gobierno recordó a Robles cuando fue citada en la Audiencia por este asunto y entonces, dijo, a nadie se le ocurrió pedir explicaciones por ello. Más aún, prosiguió Rajoy, «ser testigo en un procedimiento judicial no es un deshonor para nadie». «Señora Robles, esto no es un tribunal», ironizó después, porque «una cosa es que me sometan a control y otra que me nieguen el derecho a la legítima defensa».

Visiblemente enfadada, Robles quiso aclarar las «diferencias entre su declaración como testigo y la mía». Primero porque «yo declaré como testigo en el caso Lasa y Zabala y aquellas personas que asesinaron a Lasa y Zabala fueron puestos a disposición judicial». Y segundo porque «algunas personas responsables que luego fueron acusados salían de Castellana 5, donde yo estaba, y se iban a Génova 13 a recibir instrucciones». La socialista pidió la dimisión de Rajoy pero convirtió su intervención en una causa personal. «No voy a aceptarle que me dé ninguna lección», dijo al presidente.

La cena en casa de Roures

Rajoy se valió también de la cena entre Pablo Iglesias y Oriol Junqueras en casa del empresario y propietario del diario ‘podemita’ Público, el pasado sábado, para pedir explicaciones al líder de Podemos. «Eso es muy importante porque puede tener consecuencias políticas», consideró Rajoy. Iglesias esquivó el asunto y resumió su intervención en seis preguntas para el presidente del Gobierno, entre ellas, cuándo se enteró de la presunta financiación ilegal del PP o sus relaciones con Bárcenas. Iglesias se atrevió incluso a calificarle de «incompetente» por «no saber lo que pasaba en su partido» y le avanzó la intención de «seguir trabajando para echarles del Gobierno».

No desveló cómo. Ni mencionó tampoco la moción de censura, que él mismo presentó el pasado 13 de febrero y que fracasó con los únicos apoyos de Bildu y ERC. El propio presidente del Gobierno ironizó ante la oposición con que la moción era la única herramienta para echarlo y les invitó a presentar una nueva, a sabiendas de que fracasaría.

Rajoy dejó clara que, lejos del frente del «todos contra él», su preocupación está en otras cosas y ridiculizó a la oposición por su empeño en utilizar las instituciones para sus intereses.

«Lo que me llama la atención de esta comparecencia, y no sé si debo congratularme de ello, es que se justifique, no por actuaciones de mi Gobierno como estipula la Constitución, sino por actuaciones de mi partido de hace más de 20 años”, afeó en un momento de su intervención. Por esas actuaciones, abroncó también, ya dio explicaciones en 52 ocasiones.