España
Tribunal Supremo

Un fiscal confirma al Supremo que vio a García Ortiz manipular un móvil durante el registro de la UCO

García Ortiz estaba con su segunda, Ángeles Sánchez Conde

"Estábamos todos sacudidos en la Fiscalía", afirma Salvador Viada

  • Laura Mosqueda
  • Redactora en OKDIARIO. Escribo en la sección de Nacional. (laura.mosqueda@okdiario.com).

El fiscal Salvador Viada ha declarado ante el Tribunal Supremo que vio a Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado investigado por filtrar datos sobre el novio de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, consultando un móvil cuando registraban su despacho en la Fiscalía. Viada ha confirmado que García Ortiz no estaba solo, le vio junto a su segunda, Ángeles Sánchez Conde.

El fiscal general del Estado y la fiscal provincial de Madrid, Pilar Rodríguez, están siendo investigados por un delito de revelación de secretos sobre los correos en los que el novio de Ayuso, Alberto González Amador, se declaraba culpable y le ofrecía un pacto a la Fiscalía por defraudar 350.000 euros de beneficios por la venta de mascarillas en la pandemia. Un delito del que Salvador Viada, fiscal del Tribunal Supremo, vocal del Consejo Fiscal y miembro de la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF), podría haber sido testigo.

Viada se ha presentado hoy como acusación en esta causa y ha respondido a todas las partes, incluyendo a la teniente fiscal del Tribunal Supremo, María Ángeles Sánchez Conde. Tras su declaración, Viada ha contado públicamente a la salida del Supremo lo que vio el pasado 30 de octubre cuando los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil registraron el despacho del fiscal general del Estado. «En un momento puntual vi a la fiscal encargada del asunto -María Ángeles Sánchez Conde- con el fiscal general del Estado consultando un teléfono», ha explicado el fiscal del Supremo.

Salvador Viada ha declarado que lo que más le ha llamado la atención no ha sido el propio hecho, sino el contexto del mismo. «Ni sabía qué miraban, ni de quién era el teléfono, ni ningún detalle por el estilo», ha argumentado. El fiscal del Supremo ha recordado también su buena relación con Ángeles Sánchez, aunque ha dicho que esta situación no le resulta agradable pero, como testigo de lo sucedido, tiene que decir lo que ha visto sin tener que valorarlo.

Los medios de comunicación han continuado preguntándole al fiscal del Supremo si no pensó en aquel momento en comunicarle a los agentes de la UCO lo que había presenciado, a lo que ha respondido que «no son idiotas». Entre las seis y las siete de la tarde, explica Viada, pensó que todo había acabado y ya les habían devuelto sus móviles, por lo que no le dio mayor importancia.

El fiscal del Supremo, aún sorprendido de lo que presenció aquel 30 de octubre, ha explicado que «un fiscal no habla con el investigado en medio de una diligencia» y ha defendido que esto es lo que les han enseñado siempre y también lo que dice el código ético. «Estábamos todos sacudidos en la Fiscalía porque no todos los días al fiscal general del Estado se le produce una diligencia invasiva de derechos fundamentales por la posible comisión de un delito. Te quedas un poco estupefacto», ha zanjado Viada.