Los 6 primeros presos de ETA que acercará Marlaska a cárceles vascas
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Los primeros presos terroristas en beneficiarse de su traslado a instalaciones carcelarias próximas al País Vasco serán 6 históricos dirigentes de ETA.
Atendiendo a los requisitos fijados por el Ejecutivo de Sánchez para la revisión de la política penitenciaria que afecta a los miembros de la banda armada en prisión- haber superado los 70 años de edad o sufrir enfermedad grave- Grande Marlaska, ministro del Interior, iniciará los acercamientos con media docena de ellos:
Santi Potros
Santiago Arrozpide Sarasola (Lasarte, 1948) lleva 31 años en prisión. Asumió la dirección compartida de la banda terrorista con José Antonio Urrutikoetxea -Josu Ternera, actualmente fugado- y Francisco Múgica Garmendia, alias Pakito.
Tras su extradición a España en 2000, acumula condenas que superan los 3.000 años de prisión. Fue condenado por la masacre de Hipercor en Barcelona, en la que fueron asesinadas 21 personas -incluyendo 4 niños- y hubo 45 heridos. Y en su calidad de inductor por el atentado de la plaza de la República Dominicana en Madrid, que alcanzó la veintena de muertos.
Quedó en libertad en diciembre de 2014 e ingresó posteriormente de nuevo en la cárcel por causas pendientes con la justicia. Su fecha de excarcelación, inicialmente prevista en 2030 reducida con la anulación de la «doctrina Parot», se ha fijado en 2025.
Fitipaldi
Joseba Arregi Erostarbe, alias «Fitipaldi», ha pasado los últimos 26 de sus 72 años entre rejas. Fue detenido junto a sus compañeros «Pakito» y «Txelis» en una operación policial coordinada con Francia, en la que por primera vez se descabezaba la cúpula etarra, y entregado a España en el 2000.
Se le considera el máximo artificiero de la organización terrorista. Y su participación en diversos atentados -como el envío en 1990 de un paquete bomba al Comisario General de la Expo 92- le supuso una condena que supera los 1.000 años de cárcel. Permanece en la penitenciaría de Villena (Alicante) y saldrá de prisión con más de 80 años.
No ha mostrado jamás arrepentimiento ni ha condenado la lucha armada.
Alkorta
Sebastián Etxanitz Alkorta ha pasado de sus 75 años los últimos 11 en prisión. Perteneció a un comando de ETA que colaboró para los servicios secretos del régimen sandinista en Nicaragua. Fue extraditado por Venezuela a España en 1993 y está vinculado, al menos, a 17 asesinatos durante los años 80.
Condenado a 34 años y medio de prisión por ejecutar al teniente coronel de la Guardia Civil, Luis Cadarso; 35 años de cárcel por el asesinato del Jefe de la Policía Municipal de Barakaldo, José Aibar Yáñez; y a 88 años más por el atentado contra dos coches del instituto armado.
Susper
Ibon Fernández Iradi (San Sebastián, 1972) se hizo famoso porque gracias a la documentación que se le incautó en su detención en 2002, la policía pudo acceder a la contabilidad de ETA y detener, al menos, a otro centenar de etarras, además de identificar arsenal disponible, direcciones de zulos…
«Susper» acumula diversas condenas por su participación en 18 atentados. Uno de los más graves, el que mató al Ertzaintza Iñaki Totorika en Hernani en 2001.
Condenado a más de 75 años de prisión, padece esclerosis múltiple. En 2015 se emitió un informe sobre el estado y avance de su enfermedad, a petición judicial, que concluía que su estado era «compatible» con su permanencia en la cárcel a pesar de que el peritaje confirmaba que la evolución de su enfermedad conducía a una «pérdida de motricidad» irreversible.
Azkárate
Jose Manuel Azkárate Ramos, alias «Manu», que ya ha obtenido el tercer grado por motivos de salud, padece un cavernoma -malformación venosa que le provoca hemorragias digestivas-.
El etarra ingresó en prisión en enero de 1986, por su pertenencia al comando Bizkaia de ETA en el que cometió diferentes atentados: el asesinato del teniente coronel Alberto Aznar Félix y el ataque a un convoy militar en Galdakao, que causó 3 muertos (dos militares y un civil). Colaboró en el secuestro del industrial Guzmán Uribe.
Obtuvo el tercer grado penitenciario en 2004, pero se fugó en 2011. Tras volver a ser detenido fue puesto de nuevo en libertad con medidas cautelares (la obligación de comparecer ante el juzgado semanalmente) en el 2012 por razón de su enfermedad.
Ibon