Provacuno: «La carne vegetal no existe, es un ultraprocesado que se posiciona atacando al sector cárnico con falacias»
El sector de la carne de vacuno crea en España alrededor de 150.000 puestos de trabajo directos y más 150.000 indirectos.
Las granjas de vacuno de carne que se distribuyen por todo el territorio nacional son mayoritariamente familiares. El 40% están en manos de mujeres.
Javier López, director general de Provacuno, la Organización Interprofesional de la Carne de Vacuno en España, cree que desde hace tiempo hay una campaña de desprestigio contra el sector cárnico.
Expone que no sólo recibe ataques por parte del propio Gobierno, ya que aún recuerdan en esta industria las declaraciones de Alberto Garzón, ministro de Consumo, en el diario británico The Guardian; sino también, asegura, por parte de las empresas comercializadoras de productos vegetales ultraprocesados. «Intentan posicionar sus ultraprocesados en el mercado a costa de denigrar al sector cárnico diciendo falsedades y falacias de lo que somos», apunta.
Defiende López que hablar de hamburguesa vegetal sólo porque sea redonda no tiene sentido y, además, se salta la normativa vigente: «Es que la carne vegetal no existe, son ultraprocesados con una mezcla de 15 ingredientes o más. Imagina que nosotros hacemos un producto animal con forma de zanahoria y lo quisiéramos llamar zanahoria cárnica. Absurdo, ¿verdad?».
¿Cuál es el papel del sector de la carne de vacuno en el mercado español? Tanto desde el punto de vista económico como social.
Provacuno engloba producción, industria y comercialización, así como carnicería tradicional. Nos movemos juntos para poder llegar a lugares más lejanos y llevar a cabo acciones conjuntas que de manera individual no podríamos hacer, o al menos nos costaría más.
En este momento, a nivel nacional trabajamos en todo lo referente a la imagen y promoción del producto e informar a los consumidores de las características de la carne de vacuno, sus bondades y particularidades. Otro aspecto importante para nosotros es la apertura de la carne de vacuno española a los mercados internacionales, no sólo a Europa, sino también en Oriente Medio y Asia, donde está muy valorada la calidad de la carne española. Y, además, trabajamos de forma clara en todo lo referente a la investigación, desarrollo y análisis para que el sector sea competitivo en calidad y sostenibilidad, éste último aspecto creo que en este momento es fundamental.
Un punto problemático en el que está inmerso el sector cárnico son las denominaciones. Es decir, tienen batalla con las compañías o marcas que llaman carne a algo que no lo es poniendo detrás la palabra vegetal. Ustedes defienden que lo podrán llamar de otra forma, pero no carne.
Lo ha explicado usted a la perfección. Se están definiendo con denominaciones cárnicas a productos que no son carne y eso no es así porque hay una normativa que existe desde 2014 –Real Decreto el 474– a través del cual se regulan todos los aspectos de las denominaciones. Lo que pasa es que en este país parece que nos hemos especializado en incumplir nuestras propias normas. Esta norma de 2014 es la que dicta cuáles son las denominaciones que se pueden utilizar para productos cárnicos o no. Con lo cual, nosotros desde Provacuno sólo pedimos que se cumpla la ley, ni más ni menos.
Vamos, que hablar de hamburguesa vegetal es un poco absurdo porque, según la normativa, eso ni siquiera existe. ¿No?
Vamos a ver, es que imagina que nosotros hacemos un producto animal con forma de zanahoria y lo quisiéramos llamar zanahoria cárnica. Absurdo, ¿verdad? Los comercializadores de ultraprocesados vegetales tienen que buscar otra forma de llamar a sus productos porque presentar un producto redondo no lo convierte en hamburguesa. La carne vegetal no existe, sencillamente, porque no lleva carne. Si no lleva carne, es otra cosa.
Has pronunciado ultraprocesados, la palabra enemiga de los nutricionistas y los conocidos realfooders.
Bueno, es que dime, ¿cómo llamas a un producto que está compuesto por 15 o 20 ingredientes que tiene forma redonda y que intenta asemejarse en color y sabor a la carne? Unos lo llaman burguer, está mal dicho porque por normativa, insisto, no lo pueden hacer. Mira, podemos cambiar las normas si no nos gustan, pero no las incumplamos. ¿No han podido buscar otro nombre? Es que son ultraprocesados vegetales con forma redonda o cuadrada, me da igual, pero ultraprocesados. Esto es, sencillamente, un negocio, ya que tengamos en cuenta que este procesado vegetal se está vendiendo entre 15 y 20 euros el kilo. No hay que engañar a la gente, las compañías que comercializan estos productos vegetales, insisto ultraprocesados, intentan posicionarlos en el mercado denigrando al sector cárnico y, en nuestra opinión, diciendo falsedades y falacias de lo que somos. Lamentablemente, la carne de vacuno está en esta situación.
Cuáles son esas falacias a las que se refiere, Javier.
La lista sería infinita. Pero hay una que para mí es esencial y es la famosa coletilla de los litros de agua que se usan para hacer un kilogramo de filetes. He escuchado decir que hasta 15.000 litros de agua. Bueno, se omite un pequeño detalle y es que el 90% del agua que se usa procede de agua de lluvia. Es decir, agua verde, agua de lluvia que caería igualmente estén o no los animales. Es que estas declaraciones son una gran manipulación de lo que es la realidad.
Estas empresas de productos vegetales han visto un nicho de mercado importante que quieren posicionarse haciendo cosas con la textura y sabor de la carne, y además apoyándose en grandes campañas publicitarias en las que no destacan las bondades de su producto, que no digo que no las tenga, sino que en estas promociones lo que hace es destruir o denigrar a nuestra industria.
¿Cree que tras esas campañas sólo hay beneficio económico?
Detrás de estas empresas hay empresarios, más grandes y más pequeños, hay fondos de inversión, etc. Es un negocio que está creciendo, pero ahora al menos la gente comienza a ver que realmente detrás de estas campañas contra el sector de la carne hay algo que no está del todo claro, lo que sí está clarísimo es que detrás hay mucho dinero de fondos de inversión que están intentando posicionarse en ese nuevo sistema de alimentación que queremos dar al ser humano.
Para explicar a las personas cómo sería España sin el sector ganadero y agrícola, ustedes en Provacuno han hecho el documental Goodbye Cows. ¿A qué conclusiones han llegado?
Es un documental que está al alcance de todos en YouTube y que analiza, desde un punto de vista medioambiental, social, nutricional y económico, las consecuencias que tendría el cese de la ganadería del vacuno de carne. Hemos querido alertar de lo que podría ser un mundo sin carne de vacuno. Y, aunque muchas personas no lo crean, sería probablemente un mundo en el que aumentarían los incendios porque el ganado tiene una labor esencial en la preservación del medio ambiente.
Sería, además, un mundo sin personas en los pueblos, la despoblación sería total. A todos nos gusta ir el fin de semana al pueblo, pero que todo esté en perfecto estado de revista, ¿verdad? Nos olvidamos a menudo que para eso hay personas que están trabajando en el campo y la ganadería los 365 días del año. En la actividad agrícola y ganadera no se da un botón de apagar el viernes y lo enciendo el lunes. No, señor, a los animales hay que ir a verlos todos los días del año. España es fundamentalmente agrícola y ganadera, y turística, son tres de nuestros pilares más importantes, conviene no olvidarlo porque, si lo hacemos, de alguna forma estaremos destrozando nuestro sistema de producción. Con la alimentación no se juega o no se debería jugar, desde luego.
¿Cree que los nuevos movimientos ecológicos o veganos o ultraprocesados, o como quiera llamarlos, pueden cargarse la dieta tradicional?
Esto de los ultraprocesados no va de un debate de judías y garbanzos contra la carne. Nosotros defendemos la normalidad en la alimentación, que se coma de todo, porque somos omnívoros. La carne siempre ha tenido un papel fundamental, lo que pasa es que ahora la rica Europa, rica entre comillas, parece que está abandonando su alimentación tradicional y va a por cosas más snob, y si me falta vitamina B12, pues me tomo una pastilla y andando.
Lo que defendemos nosotros es consumir alimentos con normalidad, no abandonar la dieta mediterránea donde se consumen con normalidad legumbres, verduras, frutas, carnes, leche o queso porque podría si dejamos de hacerlo podría llevarnos a desajustes alimenticios. Si la naturaleza hubiera querido que comiéramos sólo hierba tendríamos rumen y no estómago, pero no es así, por tanto, debemos comer de todo.
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