Economía
Buques metaneros

¿Cómo son los barcos que transportan gas? El «salvavidas» del Gobierno en plena la crisis energética

La crisis diplomática con Marruecos ha alterado el suministro de gas de Argelia a España, que desde este domingo se realizará a través del gasoducto de Medgaz, con destino la costa de Almería, una vez finalice el contrato con el Gasoducto Magreb-Europa (GME) ante la incompetencia del Gobierno de Pedro Sánchez. Los envíos se complementarán con gas natural licuado (GNL) que llegará en buques metaneros, embarcaciones concebidas expresamente para el transporte de esta materia prima.

Los buques metaneros mueven el GNL desde los lugares de producción a los de consumo, lo que supone un auténtico reto tecnológico, ya que el gas debe mantenerse a una temperatura de -160 grados, cercana al cero absoluto, a lo largo de grandes distancias. El objetivo de procesar esta mezcla de hidrocarburos para hacerla líquida no es otro que facilitar su transporte, y es que, explica el gestor técnico del sistema gasista, Enagás, ocupa seiscientas veces menos que el gas natural en estado gaseoso.

Según la Agencia Energética del Gobierno Vasco, una de las características de un metanero es su gran calado y capacidad de carga, necesarias para el transporte de importantes cantidades de gas. La eslora (o longitud) tipo superaría los 284 metros, y la manga (o anchura) estaría en 42,5 metros.

Naturgy, accionista con un 49% del gasoducto de Medgaz, en el que participa junto con la compañía nacional argelina de hidrocarburos Sonatrach, cuenta con más de una decena de buques con capacidad media de casi 165.000 metros cúbicos, que recorren el globo a una velocidad media de 18-19 nudos. Por capacidad total, destaca el «Castillo de Mérida» con 178.818 metros cúbicos, entregado en 2018 y fletado a la española Naviera Elcano.

Poco antes de la pandemia, Endesa hacía público su acuerdo con FLEX LNG, propietario y operador comercial de este tipo de buques, para el fletamiento del «Flex Ranger», embarcación de última generación con capacidad de 174.000 metros cúbicos, el equivalente a la demanda de un día de gas de toda España. A pesar de su talla, ambos se quedan lejos del mayor metanero del mundo, el modelo Q-Max, de la empresa catarí Qatargas y fabricado por Daewoo, Samsung y Hyundai, capaz de albergar 266.000 metros cúbicos de GNL.

Contratos

A cierre de 2020, había 642 embarcaciones en todo el planeta habilitadas para transportar GNL, prácticamente el doble que hace una década y el 34  más que en 2016, según los datos de Statista recogidos por Efe. La mayor parte de la flota de las navieras está bajo contrato de carga -generalmente, de larga duración- con los fletadores, que son las compañías energéticas que usarán la nave.

En costes, este porte representa entre el 10 y el 30%  del total en el proceso, señalan académicos de la Universidad de Amberes, unos niveles que en teoría deberían caer por la creciente preparación de los astilleros y los avances tecnológicos. No obstante, en el informe «Visión del mercado del GNL a 2025», la consultora Deloitte subraya el peso del transporte, ya que, ante una escasez de barcos disponibles, en plenas crisis energética y ante la inminente llegada del invierno en el hemisferio norte, los picos de precio podrían superar los 100.000 dólares (unos 85.900 euros) al día, frente a la horquilla de entre 40.000 y 50.000 dólares (34.300 y 43.000 euros) de 2013.

Una vez que el GNL llega a destino, se dirige a una planta de regasificación, que lo devolverá a su estado gaseoso para, acto seguido, inyectarlo en los gasoductos y transportarlo por toda la red. En 2020, se descargaron en España 238 metaneros, señala Enagás en su informe «El sistema gasista español», en el que detalla que cada una de estas plantas -Barcelona, Huelva, Cartagena, Mugardos, Bilbao y Sagunto- recibió gas de, al menos, seis países diferentes.

Argelia es clave para España

Cerca del 45% del gas que España importa y consume procede de Argelia, según cálculos de la Corporación de Reservas Estratégicas (Cores), de ahí la preocupación por que la problemática entre Argel y Rabat acabe afectando al suministro a falta de poco más de un mes para el cambio de estación y con el precio de la luz en máximos.

Esta semana, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, fracasó en su viaje a Argelia, razón por la que España tendrá que comprar gas más caro y traerlo en barcos. El gasoducto de Medgaz será la vía que canalizará el gas una vez que el 31 de octubre finalice el contrato con el Gasoducto Magreb-Europa (GME), que atraviesa Marruecos y que, hasta ahora, transportaba una media anual de 10.000 millones de metros cúbicos a la península ibérica.