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Economía
¡Es el mercado, amigo!

Amenazar con Bruselas, el enésimo error de BBVA en la OPA sobre Sabadell

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

En la huida hacia delante que ha emprendido el BBVA para intentar salvar a la desesperada su OPA sobre el Banco Sabadell, ha cometido su enésimo error que puede ser definitivo, según la opinión generalizada en el mercado: amenazar al Gobierno con llevarlo a los tribunales y a Bruselas si impone condiciones que hagan inviable la operación, como adelantó OKDIARIO.

El presidente del BBVA, Carlos Torres, acudió prestamente a Bruselas en cuanto el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, elevó la operación al Consejo de Ministros como todo el mundo esperaba. Y consiguió que la comisaria de Servicios Financieros, la portuguesa María Luís Alburquerque, declarara que «no hay motivos para detener una operación basándose en una decisión discrecional del gobierno de un Estado miembro».

Pedro Sánchez con Ursula von der Leyen.

No contento con eso, el BBVA ha utilizado su diario económico de cabecera para prolongar la campaña durante varios días con declaraciones de fuentes comunitarias anónimas que advierten al Gobierno de que no puede impedir una operación que ya han autorizado el BCE y la CNMC.

Lo del BCE era un mero formalismo, ya que se limitó a decir que la fusión de dos bancos solventes sería solvente (imagínense que dice que no lo sería, la que se habría liado).  Y la CNMC, como es sabido, ha aceptado las laxas condiciones propuestas por el BBVA.

Cabrear al Gobierno

Pero a lo que vamos. Esta campaña -a la que el viernes sumo al mismísimo FMI, pese a que ni pincha ni corta en esta historia- es un craso error, a juicio de todas las fuentes del sector consultadas: «No parece la mejor idea del mundo cabrear ahora al Gobierno cuando tiene que tomar la decisión sobre la OPA y cuando los socios que le mantienen en el poder quieren que la operación no salga», opina una de ellas.

«Hay una alta probabilidad de que el gobierno pare la OPA. BBVA se equivoca con la campaña de la Comisión Europea. ¿Si en Italia y Alemania sí se permite al Gobierno poner condiciones a las fusiones bancarias, por qué aquí no? No tiene sentido», comenta un banquero de inversión.

Carlos Cuerpo, ministro de Economía.

Una tercera fuente sostiene que, «aunque la Comisión abriera un expediente a España, tendría que llevar el caso al Tribunal de Justicia, que resolvería dentro de no sé cuántos años. Para entonces ya daría lo mismo, porque el BBVA habría renunciado a la OPA».

Así pues, Torres está quemando las naves para tratar de evitar lo que la mayoría considera inevitable: que el Gobierno, presionado por Junts (ERC pinta poco en esto) y con la excusa de la famosa consulta pública, imponga unas condiciones de «interés general» que hagan que no salgan los números de la operación para el BBVA.

Cabrear al PNV

Porque el BBVA no sólo ha ido a Bruselas: también ha paralizado la financiación de la operación que más interesa al Ejecutivo ahora mismo, la venta de Talgo al consorcio de Sidenor y el propio Gobierno vasco, como adelantó este periódico. Es decir, también se ha puesto en contra al PNV, el único partido que a priori apoyaba la OPA por aquello de la sede social en Bilbao (aunque hace ya muchos años que el BBVA no es «su» banco).

Otro craso error que se suma a la cascada que ha cometido el BBVA, empezando por el momento de lanzar la OPA en vísperas de las elecciones catalanas del año pasado, y siguiendo por no negociar con el Sabadell para hacer una operación amistosa. Y posteriormente, prometer una operación rápida, no contar con la férrea defensa del banco catalán mediante la remuneración al accionista, ni con el rechazo unánime de partidos, patronales y sindicatos… hasta de la Iglesia, según Yolanda Díaz.

Aitor Esteban, presidente del PNV.

En la batalla del relato, el BBVA ha sido vapuleado por el Sabadell, hasta el punto de cambiar al director de comunicación a mitad de carrera. Pero al final, lo importante es la decisión de los accionistas. Aquí a los minoritarios los tiene totalmente perdidos, porque son también clientes del Sabadell y no quieren perder un banco. Su única esperanza reside en los institucionales, es decir, los fondos de inversión.

Y para que éstos acudan, es imprescindible que suba el precio. «Ahora mismo no va a ir nadie porque la prima es negativa, no hay valor en la operación», señala el banquero de inversión. Pero Torres y su segundo, Onus Genç, han repetido mil veces que es lo máximo que pueden pagar. Y pagar más por algo que valdrá menos con las condiciones de la CNMC y las que imponga el Gobierno sería rechazado por sus propios accionistas (incluso sería demandable). Una situación diabólica que también apunta al fracaso de la OPA. Pero hasta el rabo todo es toro.