Los agricultores comenzarán a sufrir ya el recorte de la PAC en sus cuentas en 2021

El recorte de las ayudas de la Política Agraria Común, PAC, es una de las consecuencias del nuevo pacto europeo para poner en marcha el fondo de reconstrucción. Los Estados miembros han priorizado movilizar dinero para la reconstrucción de la economía tras la crisis del coronavirus que mantener inalterables o con mejoras presupuestarias programas como la PAC, imprescindibles para los agricultores y clásicos en la UE.

Aunque hay diferencias entre las cifras que da el Gobierno y los empresarios -el debate está en si hay recortes o se congelan los fondos- lo cierto es que el ajuste en el presupuesto se comenzará a notar ya, según explican desde ASAJA a OKDIARIO, en 2021.

Tras el Consejo de Ministros del martes, el ministro de Agricultura, Luis Planas, negó un recorte en la PAC y se mostró satisfecho con el resultado de la cumbre. También explicó de que los próximos reglamentos de la PAC no entrarán en vigor hasta 2023, pero que hasta entonces se abre un periodo transitorio en el que se seguirá actuando con las normas actuales y, al mismo tiempo, con el presupuesto nuevo.

De media, el director de Relaciones Internacionales de ASAJA, Ignacio López García-Asenjo, explica que, según sus cálculos, el recorte será del 9,6% de media por agricultor y que afectará a cerca de 700.000 explotaciones en las que las ayudas de la PAC representan el 20% o el 25% de sus ingresos. Las ayudas europeas suponen, para muchos empresarios del sector primario, entre una quinta o una cuarta parte de sus ingresos anuales.

Concretamente la PAC son las ayudas que recibe el sector productor para poder ser eficiente y poder seguir manteniéndose a flote. Sin estas ayudas a los agricultores, que existen desde el comienzo de la Unión Europea, muchos empresarios no podrían subsistir, sobre todo teniendo en cuenta que en ocasiones siguen vendiendo algunas materias primas con precios de hace décadas.

Lo que está claro es que, como consecuencia de esta crisis, como explica López García-Asenjo, el «sector está atravesando momentos duros», ya que las ventas no se han recuperado del todo y hay costes demasiado elevados que van desde el gasóleo, el transporte, la maquinaria o la infraestructura. No obstante, sí que hay algunos subsectores (especialmente ganaderos) que se han salvado del impacto, ya sea por el auge de las exportaciones, que en el sector alimentario han sobrevivido mejor que en otros.

Teniendo en cuenta los precios constantes, el presupuesto total en la UE para la Política Agraria Común (PAC) se quedará en 343.950 millones de euros para los próximos siete años, lo que supone un 10% menos que la estimación que se hace para el periodo 2014-2020, de 382.855 millones de euros (comparación con precios de 2018).

Sin embargo, el Ministerio de Agricultura utiliza otra fórmula, con un factor corrector de la inflación, con la que el Gobierno argumenta que no habrá recorte sino congelación. Explica además el departamento de Luis Planas que además hay que contar con los fondos de cohesión, que aumentarán un 2,7%, y que las ayudas que se recibirán a través del fondo de recuperación también pueden beneficiar al campo español.

Desde ASAJA creen que aunque la PAC no se renegocie y gane más fondos, hay otros retos para los agricultores que deben contar con el apoyo de Europa y del Gobierno central. Por ejemplo, que haya una normativa que permita mejorar los precios que cobra el agricultor, muy bajos en comparación con el coste que paga por el producto el consumidor final; que haya una reducción del coste de producción, por ejemplo, con una rebaja de las cargas impositivas; que se trabaje en una reducción del coste de la energía, o que se haga una política que permita aprovechar el fondo de recuperación para tener un campo más digitalizado e innovador.

El sector productor cree que la solución para el campo debe ser la siguiente: «poner las luces largas», para no sólo ver los problemas a corto plazo sino para afrontar los retos del futuro.

¿Cuánto dinero se necesitaría para cumplir estos objetivos? Los agricultores sólo se atreven a dejar clara dos cifras para mostrar su importancia: representan el 15% del Producto Interior Bruto y acaparan en el 80% del territorio del país, especialmente en zonas de la España vaciada, de la que cada vez se habla más pero que siguen necesitando más apoyo del sector público, para hacer, por qué no, atractivo el sector primario a los más jóvenes.