El Real Madrid vivió una de sus noches más negras en El Collao, donde el Alcoyano, un equipo de Segunda División B que terminó el encuentro con 10 jugadores, fue capaz de apear de la Copa del Rey al 13 veces campeón de Europa. Un batacazo al nivel de otros como el vivido frente al Alcorcón, Real Unión, Toledo o Alavés. Una derrota tremendamente dura que deja a un hombre señalado por encima de todos: a Zinedine Zidane.
El entrenador del Real Madrid vivió su noche más amarga. El hombre de las tres Champions seguidas, de la Liga del coronavirus y de otros muchos éxitos patinó ante el Alcoyano. En rueda de prensa asumió su responsabilidad, la duda es si es suficiente. Y es que, los males de los blancos vienen desde hace tiempo. Instalados en una temporada demasiado irregular, donde han llegado a coquetear hasta con la eliminación en la fase de grupos de la Champions, el francés y su equipo han tocado fondo en Alcoy.
Es normal que el foco le señale. Zidane lleva tiempo sin tener ese aura que le convertía en un ser divino. Algún destello, como en el Clásico del Camp Nou, en el derbi madrileño o el doble enfrentamiento frente al Inter de Milán, pero la realidad es que la dinámica del curso está marcada por los tropiezos contra equipos a priori inferiores que son capaces de pintarle la cara. Eso sí, nada comparable con lo que ha sucedido ante el Alcoyano.
Zidane está perdido
En un amplio sector del madridismo se ha instalado la sensación de que Zidane lleva tiempo sin dar con la tecla. El 2021 lo está demostrando. Un año que comenzó con victoria ante el Celta, que continuó con un empate contra Osasuna que complica mucho la Liga y que ha seguido con dos derrotas que han costado dos títulos. La primera frente al Athletic en las semifinales de la Supercopa de España. Es cierto que ese día el equipo mereció más, pero no pudo. Y la segunda el fracaso, esa palabra que tan poco le gusta al galo, contra un rival de Segunda B.
A estos malos resultados deportivos hay que sumarle otras decisiones cuanto menos cuestionables. El madridismo, y alguno que forma parte del club, se preguntan con cierta ironía sin ningún joven vale para triunfar en el Real Madrid. El último es Ödegaard, que asqueado por la situación que está viviendo ha pedido salir en este mercado de invierno. Antes fue Jovic, Marcos Llorente, Reguilón, Ceballos y un largo etcétera. El francés es incapaz de mover el equipo, de buscar soluciones y se ha decantado por apostar por aquellos jugadores que le llevaron a la gloria y que ahora no tienen las piernas para tantos trotes.
Esta forma de actuar está acabando con una parte de una plantilla que comenzó con 24 jugadores, ya son 23 y la duda es cuántos están enchufados. Ödegaard parece que no. Otros como Odriozola, Militao, Lunin o Mariano ahora que no hay Copa ni se sabe cuándo volverán a tener un partido para mostrarse. Zidane se ha quedado con un pequeño grupo de futbolistas que lo intentan hasta donde pueden, pero que parece corto para la temporada más comprimida de partidos de la historia y que comenzó sin una pretemporada.
Con todo esto, el futuro del Real Madrid en el presente curso se antoja muy oscuro. Parece atrevido pensar que el club vaya a tomar alguna decisión, más que nada porque poco o nada hay fuera que pueda reemplazar al francés. Pero los más negativos ya empiezan a pensar que el objetivo es acabar entre los cuatro primeros para asegurar la Champions y el próximo año será otra historia. Y todo esto en el primer mes del año y con demasiado por delante.