El 9 de noviembre de 2024 la preocupación y la pena se instalaban tanto en el Real Madrid como en la selección brasileña. Éder Militao, uno de los mejores centrales del mundo, sufría la segunda rotura de ligamento en menos de un año. En un partido contra Osasuna, en una acción aparentemente rutinaria, la rodilla del brasileño decía basta. Por delante, le esperaban muchos meses de recuperación hasta que llegó el duelo de semifinales del Mundial de Clubes contra el PSG. Aquel día, Xabi Alonso le dio unos minutos en el tramo final de un encuentro donde los madridistas cayeron con rotundidad, pero ganaron la confirmación de que Mili estaba de vuelta.
Militao disputó sus primeros minutos contra el PSG y lo hizo a un gran nivel, aunque la verdadera confirmación de que estaba listo llegó ante Osasuna en la primera jornada de Liga, donde jugó los 90 minutos con un rendimiento sobresaliente. Descansó ante el Oviedo en la segunda jornada y repitió frente al Mallorca en el Bernabéu. Después llegó el parón internacional, ideal para darle los mimos necesarios y terminar de acercarle al cien por cien físico, un objetivo que ya no está lejos.
Carlo Ancelotti optó por no citar a Militao para los partidos que Brasil debía disputar contra Chile y Bolivia, lo que permitió al central quedarse trabajando en Valdebebas con tranquilidad. Xabi Alonso y su cuerpo técnico aprovecharán este parón de selecciones para que el zaguero recupere ritmo competitivo y, sobre todo, descargue su rodilla. El plan es que, más pronto que tarde, forme de manera habitual en el centro de la defensa junto a Huijsen. Si ambos están bien, esa es la pareja de centrales titular del técnico donostiarra.
Dos años duros para Militao
Militao ha dejado claras sus intenciones: quiere volver a rendir al nivel que mostró antes de sus dos graves lesiones. El brasileño se consolidó como el mejor de los zagueros con los que contaba Carlo Ancelotti tras la marcha de Sergio Ramos. Aunque en sus dos primeras temporadas no gozó de demasiado protagonismo, tras la salida del camero justificó con creces los 50 millones que pagó el Real Madrid por su fichaje en 2019.
Estos dos periodos largos de inactividad por sendas roturas de ligamento cruzado han supuesto dos enormes obstáculos en la carrera de Militao. Sin embargo, el central afronta ahora un nuevo reto: recuperar su condición de indiscutible. No será un camino sencillo, pero ya demostró, tras la primera lesión, que es capaz de regresar al máximo nivel.