El día 15 de diciembre de 2022 era un día marcado para el devenir de aquellos que sustentan el proyecto de la Superliga, sin embargo, el día de antes pocos imaginaban que el dictamen que expondría el abogado general Rantos sería poco concluyente y que todo se decidiría en el Tribunal en la primavera de 2023. Por eso cuando conocimos las conclusiones finales del dictamen, nadie se sorprendió en exceso. Resulta leer el dictamen entero y no quedarse sólo con un resumen interesado expuesto por algunos medios y celebrado por Javier Tebas.
Las presiones político-jurídicas en la Unión Europea con respecto a este asunto hacían complicado un dictamen especialmente optimista para la Superliga. En un europarlamento en el que hemos visto desfilar a europarlamentarios con maletines cargados de dinero de Qatar, resulta complicado que se conceda al abogado general la libertad necesaria para hacer un dictamen contrario a los intereses anteriormente definidos por este organismo. Sin embargo, el citado dictamen sí se pronuncia de forma favorable hacia la libertad para poder iniciar una nueva competición, si bien la misma debe ser abierta. La apertura del formato de la Superliga ya ha sido reiterada por sus representantes en varias ocasiones, pero hay oídos sordos que de manera interesada ignoran esta modificación.
Del dictamen, lo más aparentemente demoledor para los intereses de la Superliga es la capacidad que se le confiere a la UEFA y la FIFA de sancionar o inadmitir a los clubes de la Superliga, pero esas sanciones deberían estar completamente motivadas y el formato abierto dificultaría mucho la labor a la UEFA.
En cualquiera de los casos, todo queda a la espera de lo que sentencie el Tribunal. El dictamen suele ser seguido por TJUE, pero en ningún caso es vinculante ni marca la tendencia en todos los casos. El Tribunal, como organismo independiente, resolverá lo que estime más oportuno conforme a los principios que deben inspirar a la Unión Europea. El principio de libre competencia aconseja favorecer que exista la misma. La Superliga no está muerta, proclaman sus representantes. Parece que el entusiasmo de Tebas ha sido excesivamente precipitado en este caso.
