Sergio Ramos no piensa en otra cosa que jugar contra el Mallorca. El Real Madrid defiende el liderato el miércoles en el Alfredo di Stéfano y el capitán no quiere faltar a la cita pese al fuerte golpe que sufrió en la rodilla este domingo en el triunfo blanco en San Sebastián.
El capitán madridista sufrió un duro golpe en la rodilla después de chocar fortuitamente con Isak en área madridista y tras la atención de los servicios médicos y una intentona en el césped, tuvo que retirarse del terreno de juego dejando su puesto a Eder Militao.
Ramos acababa de anotar de penalti el primer tanto del partido, pero en el regreso a sus competencias defensivas, necesitó entrar al corte para evitar una ocasión de gol de Isak. Sergio tuvo éxito, pero se llevó la peor parte en forma de choque, rodilla con rodilla, con el delantero sueco. Tras unos minutos de incertidumbre, incluyendo el regreso al partido de forma activa, Ramos habló con Zidane y entre ambos decidieron que no podían arriesgar.
Sin embargo, Sergio Ramos es optimista de cara al choque del miércoles contra el Mallorca y más después de haberse sometido este lunes a una prueba en la articulación para descartar cualquier lesión.
Aunque no participó en la sesión de entrenamientos de este lunes, al jugador no se le pasa por la cabeza perderse una de las ocho finales que le restan al conjunto madridista para salir campeón de Liga. Intentará apurar sus opciones para liderar al equipo.