La mala suerte se cebó con Sergio Ramos instantes después de anotar el 0-1 para el Real Madrid en su visita a Anoeta. El capitán madridista sufrió un duro golpe en la rodilla después de chocar fortuitamente con Isak en área madridista y tras la atención de los servicios médicos y una intentona en el césped, tuvo que retirarse del terreno de juego dejando su puesto a Eder Militao.
Ramos acababa de anotar de penalti el primer tanto del partido, pero en el regreso a sus competencias defensivas, necesitó entrar al corte para evitar una ocasión de gol de Isak. Sergio tuvo éxito, pero se llevó la peor parte en forma de choque, rodilla con rodilla, con el delantero sueco. El ‘4’ cayó inmediatamente al suelo con ostensibles gestos de dolor, pero guardó esperanzas de continuidad después de ser atendido por los servicios médicos.
Tras unos minutos de incertidumbre, incluyendo el regreso al partido de forma activa, Ramos habló con Zidane y entre ambos decidieron que no podían arriesgar con el estado físico de un jugador imprescindible, al que se someterá a pruebas en las próximas horas para determinar si existe alguna lesión en la rodilla.