La excelente actuación de Rodrygo ante el Galatasaray confirmó lo que se venía viendo semanas atrás, desde que Zinedine Zidane decidiera ante el Leganés que el joven de 18 años estaba preparada para dar un paso más, para afrontar su oportunidad. No la desaprovechó. Sumó un tanto ante los pepineros en un partido que disputó al completo, no fue tan certero ante el Betis aunque Zizou no dudó con darle la titularidad ante los turcos. Y qué gran decisión.
Anoche Rodrygo firmó una de esas noches de ensueño, con las que imagina cualquier crío, hizo una actuación perfecta, con un hat-trick de órdago y una asistencia que no fue más que el broche de un partido sobresaliente, de matrícula. Primero con la izquierda, luego con la testa y por última con la derecha: triplete excelso. Como brillante fue su asociación con Benzema, que se rinde a su fútbol, al igual que un Zidane que ya tiene a la última pieza del su rompecabezas, la última figura de su tridente ofensivo.
Su irrupción ha terminado por hacer encajar todo en la cabeza de Zizou. El dolor de cabeza que generaba Gareth Bale semana tras semana o las dudas recurrentes que le producía Vinicius han cesado con la penicilina de que es Rodrygo. El brasileño terminó de constatar ante el Galatasaray que está preparado para ser importante, que tiene fútbol y esa chispa diferente que le otorga su juventud y picardía, que tiene mucha hambre, ese bien tan preciado en estos tiempos.
Vinicius Junior puede ser el gran perjudicado de la explosión de su compatriota, compañero y amigo. Desde la llegada de Zidane, el de Sao Gonçalo no ha gozado de la confianza del técnico, aunque éste tampoco se la ganado en el campo. Poco queda del virtuosismo del carioca en sus primeros partidos con el primer equipo del Real Madrid, algo que le ha ido apartando del foco hasta tal punto de quedarse habitualmente en el banquillo, o incluso fuera de la convocatoria… Debe ponerse las pilas.
Gareth Bale, tras confirmar su permanencia en el Real Madrid hasta, como mínimo, enero, parecía predestinado a ser el tercer elemento de ese binomio asegurado que eran Eden Hazard y Karim Benzema. El galés parecía querer serlo en el arranque de la temporada. Firmó buenas actuaciones entre agosto y septiembre antes de su apagón tras exprimirse con Galés. Sus lesiones y desplantes ante la causa han terminado por desquiciar a Zidane que, definitivamente, le da por perdido. Su salida en enero, inminente.
