El Real Madrid, obtuso y desnortado, se dejó los dos primeros puntos de la temporada y, de paso, el liderato de la Liga ante un Osasuna ordenado y peleón. Se adelantaron los blancos con gol de Vinicius antes del descanso pero Kike igualó el duelo para los rojillos en la segunda parte. Benzema falló un penalti, Osasuna se quedó con diez, Ancelotti trastornó a su equipo con los cambios y el Madrid acabó con seis delanteros… incluido Mariano. Todo muy loco.
Regresaba la Liga al Bernabéu después del último kit-kat de selecciones antes del Mundial y Ancelotti rotaba para evitar las indeseables consecuencias del virus FIFA. Con la ausencia obligada de los lesionados (leves) Courtois y Modric, Carletto también recetaba descanso a dos de los futbolistas titulares que venían de cruzar el charco (Militao y Fede Valverde) y mantenía al guadianesco Camavinga en el banquillo. La oportunidad en la alineación del Real Madrid era para un Ceballos inmune a los parones de selecciones que es un clon de Modric pero con acento de Utrera.
Debutaba Lunin bajo los palos en una de las pocas ventanas para lucirse –sin contar la Copa– que le va a dejar Courtois. Por delante, una defensa que suena a titularísima: Carvajal, Rüdiger, Alaba y Mendy. El centro del campo lo formaba el trío Tchouaméni, Kroos y el mencionado Ceballos. Arriba, Rodrygo y Vinicius escoltaban a Benzema, que regresaba al once del Real Madrid justo a tiempo para ir engrasándose de cara al próximo Clásico.
Enfrente un Osasuna, incómodo como una maratón en tacones y aguerrido como un soldado ucraniano, que llegaba al Bernabéu con los deberes hechos y sin presión. Más peligroso todavía. Pero el Real Madrid salió dispuesto a pasaportar el partido por la vía rápida, igual que hacía Mike Tyson en sus combates. En los primeros minutos encerró, asedió y acogotó a los rojillos, que apenas podían capear el temporal para salir de su propio área.
Benzema, en su particular pretemporada, se asomó al gol en el minuto 7 tras un buen centro de Mendy con el exterior como si le hubiera poseído el espíritu de Marcelo. A Karim le faltó la chispa que se pierde en la inactividad para conectar el remate en boca de gol. Superado el susto, Osasuna trató de sacudirse el dominio blanco adelantando su defensa.
Sale fuerte el Madrid
Hubo que esperar al 17 para encontrar otra ocasión del Real Madrid cocinada entre laterales. Centró Carvajal y atacó el remate de cabeza Mendy, con un salto tan poderoso como impreciso fue su impacto al conectar con la pelota. Ancelotti se impacientaba y el Bernabéu también. Osasuna, duro y resistente como un Nokia, fue creciendo y estirándose. El Real Madrid buscaba a Vinicius como Pedro Sánchez a Tezanos: para que inventara. Peor el brasileño andaba algo ofuscado y chupón.
Abde pudo poner patas arriba el Bernabéu al finalizar una contra de Osasuna en el 33. El extremo, cedido por el Barcelona, cruzó demasiado su disparo ante la media salida de Lunin. Era el primera aviso para el Real Madrid. Que respondió poco después con una contra de Vinicius, omnipresente y bullicioso, que asistió con el exterior a Benzema. El francés conectó un remate plástico y acrobático que se marchó a la derecha de Herrera.
Tanto fue el cántaro de Vinicius a la fuente de Osasuna que acabó rompiéndose al filo del descanso. El brasileño, escorado en la banda siniestra, conectó un centro que se fue envenenando, nadie acertó a despejarlo y ni tampoco a rematar (ni siquiera Benzema en fuera de juego). La pelota circuló por el área, Herrera se despistó y se acabó comiendo el gol de Vini. El colegiado consultó con el VAR y dio validez al tanto porque no había forma de anularlo.
El tanto del brasileño arruinó el buen trabajo de Osasuna en la primera mitad y fue el telonero del descanso. Del que volvimos con la mejor noticia posible para los rojillos: el gol del empate. Fue un golazo imposible y con un poco de suerte para los García. Unai la puso al área y Kike, que cabeceó de espaldas, ganó la partida a Alaba y la puso por encima del vuelo de Lunin. Partido nuevo, que pudo ser con el 1-2 si el propio Kike García hubiera acertado con el pie un remate franco dentro del área pequeña.
Empata Osasuna
Ancelotti reaccionó con un doble cambio antes del 55: fuera Tchouaméni y Ceballos, dentro Fede Valverde y Camavinga. El francés, al menos de salida, ocupó el mediocentro. A los dos minutos abandonó esa posición y se la quedó Kroos. El Real Madrid tenía media hora para enderezar el partido y no perder el liderato que se le estaba empezando a torcer.
Asensio apretaba en el calentamiento como solución de urgencia. También Militao. Se iban Kroos y Mendy. Y alcanzábamos el 75 con un Real Madrid espeso y gris como una tarde de otoño en Londres. Ancelotti cambió hasta el sistema: 4-2-3-1 con Alaba como lateral izquierdo y con Valverde y Camavinga como mediocentros.
Fue en el 78 David García decidió prenderse a lo bonzo y cometer un penalti escandaloso sobre Benzema. Cuadra se lo comió pero el VAR le advirtió. No tuvo más remedio que pitar el empujón del central osasunista con las dos manos y, de paso, expulsarle. No tenía otra opción. Benzema, que llevaba un partido canalla, lo terminó de estropear al estrellar su disparo de pena máxima contra el travesaño para disgusto del Bernabéu.
Luego lo pudo arreglar en el 80, pero su gol fue anulado primero por el árbitro y luego por el VAR por fuera de juego. Para colmo en el 85 salió Mariano por Carvajal. El Real Madrid apeló a la épica y lo intentó hasta el final. Vinicius en el 86, Mariano en el 87 y Mariano otra vez de cabeza en el 92 rondaron el gol, pero no hubo manera. Los de los blancos se dejaron sus primeros dos puntos de la temporada ante un Osasuna serio y ordenado y, de paso, el liderato.